Valor compartido: enfrentando la ausencia de Estado y sociedad.

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De esta forma, la creación de valor compartido es una herramienta para contrarrestar el círculo vicioso que se presenta en el sistema capitalista: la sociedad y el Estado culpan al sector privado como el causante de problemas ambientales, sociales y económicos, mientras que, en una gran proporción, las empresas continúan con su visión clásica de obtener el máximo rendimiento sin tener en cuenta su entorno ni asumir los costos externos que produce su actividad.

“No todos los problemas de la sociedad pueden ser resueltos con las soluciones de valor compartido. Pero el valor compartido ofrece a las corporaciones la oportunidad de utilizar sus habilidades, recursos y capacidad de gestión para liderar el progreso social de maneras rara vez igualadas por las organizaciones sectoriales y gubernamentales mejor intencionadas. En el proceso, las empresas pueden recuperar el respeto de la sociedad” (Porter & Kramer, 2011, pág. 18).

Por una parte, las empresas tienen el gran reto de enfrentar la mala imagen que tienen las comunidades frente a ellas y evitar que la pérdida de confianza traiga consigo medidas del gobierno, como impuestos y regulaciones, que las perjudiquen y socaven su crecimiento. Para ello deben conectar su objetivo principal, concebido como generar beneficios económicos para accionistas e inversionistas, con temas sociales y ambientales que contribuyan al desarrollo integral de la comunidad entendida como clientes, colaboradores y proveedores.

El mundo corporativo debe asumir un liderazgo en la comunidad y ambiente que lo rodea, en ocasiones por falta de políticas públicas adecuadas y oportunas, “porque las deficiencias sociales les crean costes internos...por ejemplo una empresa sin un entorno educativo o de salud o de seguridad o no dispone de un suministro fiable y económico de energía o de materias primas no tiene futuro” (García, 2014).

Por otro lado, el gobierno y la sociedad no pueden ser actores pasivos y sólo dedicarse a señalar y esperar que las empresas tomen medidas para apaciguar problemas que en primer lugar no son de hoy sino consecuencia de actos irresponsables pasados; y segundo no son sólo responsabilidad de estos entes privados sino de todos. No se puede olvidar que aunque la empresa necesita de una comunidad ésta también necesita del sector privado que provee empleos, oportunidades económicas y un espacio para el desarrollo profesional de los ciudadanos.

Tanto las empresas, como el Estado y la sociedad civil deben empezar a romper la división que existe entre desarrollo económico y progreso social-ambiental cada uno desde su rol en el sistema. La escasez de recursos y la creciente conciencia social llevará a la búsqueda de oportunidades e innovación para desarrollar nuevos productos, llegar a mercados marginales, rediseñar los procesos internos y alcanzar la integración del valor económico con el social.

Bibliografía

García, R. F. (9 de Enero de 2014). Diaro Responsable. Recuperado el 16 de Julio de 2015, de http://diarioresponsable.com/portada/opinion/17011-el-valor-compartido-una-evolucion-de-la-rse.html

Porter, M., & Kramer, M. (2011). La creación de valor compartido. Harvard Business Review, 1-18.

Semana. (25 de Enero de 2014). Recuperado el 14 de Julio de 2015, de http://www.semana.com/economia/articulo/desigualdad-crece-de-forma-alarmante-segun-informe-del-foro-de-davos/371907-3

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