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EL Sofismos y Recursos fundamentales para el mejoramiento de la educación.

Enviado por   •  20 de Mayo de 2018  •  5.353 Palabras (22 Páginas)  •  334 Visitas

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Los sofistas eran maestros que iban de ciudad en ciudad enseñando a ser buenos ciudadanos y a triunfar en la política. El arte de hablar en público, la retórica, era esencial en la democracia griega, donde los ciudadanos participaban constantemente. Las enseñanzas de los sofistas tenían un fin práctico, saber desenvolverse en los asuntos públicos. Fueron los primeros pensadores que cobraron dinero por sus enseñanzas. Unos de los principales sofistas fue Protágoras(480-410 a. de C.).

El sofismo representa el fin del período llamado cosmológico, en que la inquietud del saber se centraba en la naturaleza, y el inicio del período antropológico, centrado en el hombre.

Los sofistas no creían en el ideal de la verdad absoluta y priorizaban el concepto de utilidad. Para el sofismo toda moral y cultura proviene del hombre y este concepto los llevó a romper con el pensamiento tradicional que los llevó a un escepticismo y relativismo subjetivo.

Creían en el carácter funcional del lenguaje y en que no existe un conocimiento válido y necesario, y esta forma de pensar los convirtió en los primeros en incursionar en una teoría del conocimiento.

El sofismo también se diferenció de la filosofía griega por su método, ya que aunque la vieja filosofía no excluía la observación empírica era típicamente deductiva, o sea que una vez que el sabio tenía un principio constitutivo general del mundo debía explicar a partir de él los fenómenos concretos. En tanto que los sofistas trataban de reunir una gran cantidad de observaciones de hechos particulares para sacar conclusiones, tanto teóricas como prácticas, siendo su método por lo tanto, empírico inductivo.

El método sofista más cuestionado era la enseñanza de la erística o el arte de persuadir. Obviamente en la práctica, esta habilidad podía equivaler a que la causa injusta pareciera justa, cuestión contraria al afán de llegar a la verdad de los antiguos filósofos.

Evolución del término

El verbo sophídsesthai, «practicar la sophía», sufrió una evolución similar al terminar por entenderse como «embaucar». La derivación sophistés se dio a los Siete Sabios4 en el sentido de «filósofos» y así llama Heródoto a Pitágoras, a Solón, y a quienes fundaron el culto dionisiaco. También se llamaba así a los mousike y a los poetas y, en general, a todos los que ejercían una función educadora. El uso peyorativo empezó a tomar forma en el siglo V a. C., coincidiendo con la extensión del uso del término a los prosistas. El momento coincide con un incremento de las suspicacias de los atenienses hacia los que mostraban una mayor inteligencia. Sócrates denostaba que el término «hubiera caído en deshonor» y Sófocles lo atribuye al hecho de que los educadores y maestros recibieran una remuneración por su trabajo. Esta es la tesis más extendida en la actualidad.

No obstante, era aceptado en la Grecia Antigua que los poetas cobrasen por sus servicios. El desprecio con el que los sofistas eran tratados en ocasiones no nacía del hecho mismo de recibir remuneración,8 sino de hacerlo, sobre todo, por la formación en la llamada areté, el arte de la política y la ciudadanía, que incluía todas las técnicas persuasivas para hacerse un lugar en la administración de la polis.

Críticas

Platón criticaba a los sofistas por su formalismo y sus trampas dialécticas, pretendiendo enseñar la virtud y a ser hombre, cuando nadie desde un saber puramente sectorial, como el del discurso retórico, puede arrogarse tal derecho.

La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz de persuadir a otros. «Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más débiles», dice Protágoras. Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos. El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del que habla. Llamaban a ese arte «conducción de almas». Platón dirá más tarde que era «captura» de almas.

Según algunos autores, no eran, pues, propiamente filósofos. Para quienes son de esa opinión, tenían sin embargo en común con los filósofos una actitud que sí puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos. Cada quien tiene «su» verdad.

Por el contrario, hay quien sostiene que sí lo eran, y que las ácidas críticas de Platón corresponden a una disputa por un mismo grupo de potenciales discípulos y a sus diferencias políticas y filosóficas.

De Aristóteles provendrá también el sentido peyorativo: sofista es quien utiliza del sofisma para razonar. Los más destacados miembros de la sofística fueron: Protágoras, Gorgias, Hipias, Pródico, Trasímaco, Critias y Calicles.

Película de la calle a Harvard

es una película muy impresionante, ya que muestra que cuando una persona se propone algo es capaz de lograrlo. Cuenta sobre una niña llamada Elizabeth³Liz´, que vive con sus padres y hermana. Su madre está en constante contacto con las drogas y Liz hace lo posible por ayudarla a salir de éstas. Liz no iba a la escuela todos los días, pero leía una enciclopedia y con esto le bastaba para hacer los exámenes finales. Su madre se fue a vivir con el abuelo de Liz y la hermana. Liz no se quiso ir y se la llevaron al orfanato. Su padre no pagó la renta del apartamento donde vivía y fue llevado a un albergue. A los 15 años regresó a casa de su abuelo junto a su madre. Ella vio que su madre había dejado las drogas, pero notó que se había vuelto alcohólica. Liz volvió a la escuela y conoció a Chris. Se hicieron amigas y las desvivían en una situación difícil, así que decidieron irse a vivir a la calle. Pasaron un tiempo así, robando, durmiendo en cualquier lugar y pidiendo dinero en las calles. Cuando la madre de Liz muere, Chris decide irse al orfanato, pero Liz no. Liz se fue a vivir con su antigua vecina y le dijo que quería estudiar. Ella la ayudó y Liz logró entrar a una escuela. Le fue muy bien. Vio que estaban dando una beca en la revista ³New York Times´ y decidió participar. Ganó la beca y terminó sus estudios en Harvard. Ante una situación similar, mi actitud no sería igual a la de Liz. Me parece que la valentía y el positivismo que tuvo ella desde tan temprana edad no sería el mismo mío. A pesar

De cada dificultad que se le presentaba, ella no se rendía. Siempre quiso luchar para que su familia fuera la misma de antes. Todo esto que ella vivió,

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