ESCLAVITUD SOCIAL. COMPARACIÓN CON EL LIBRO “EL ENTENADO”
Enviado por Ledesma • 20 de Octubre de 2018 • 1.082 Palabras (5 Páginas) • 286 Visitas
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En el caso del canibalismo “[...] comer carne humana no parecía ser tampoco una costumbre de la que se sintiesen muy orgullosos, lo prueba el hecho de que nunca hablaban y de que incluso parecían olvidarlo todo el año hasta que, más o menos por la misma época, volvían a empezar” (El entenado, pág.155). En el inicio del libro, el protagonista nos narra con mucha tranquilidad como descuartizaban, preparaban y cocinaban la carne de sus compañeros de viaje, incluso comenta que le entraban ganas de saborear esa carne, ya que el olor era muy agradable, luego de esto, los indios enfermaban, pero según se percibe, era para liberarse “[...] cuando empezaban a masticar, el malestar crecía en ellos, era porque esa carne debía tener, aunque no pudiesen precisarlo, un gusto a sombra exhausta y a error repetido. Sabían, en el fondo, que como lo exterior era aparente, no masticaban nada, pero estaban obligados a repetir, una y otra vez, este gesto vacío para seguir, a toda costa, gozando de esa existencia exclusiva y precaria que les permitía hacerse la ilusión de ser en la costra de esa tierra desolada, atravesada de ríos salvajes, los hombres verdaderos” (El entenado, pág.156). Si analizamos este fragmento, algo muy similar pasa en la actualidad ya que, si tomamos el papel de explotadores, después de hacer algo que llamaríamos “malo” nos entra una especie de culpa, de vacío, pero aun así lo repetimos, a diferencia de los indios, que, en su barbarie, se dieron cuenta que la solución no es comerse entre ellos mismos, como lo hacemos nosotros, “Los indios empezaron a sentirse los hombres verdaderos cuando dejaron de comerse entre ellos. Algo distinto de acecho mutuo los transformó. No se comían, y se volvían hacia el exterior, formando una tribu que era el centro del mundo” (El entenado, pág.157). Esto nos deja a entender lo organizados que eran, lo unidos que estaban, y la claridad que tenían referente a los actos, ya que “todo acto, por mínimo que fuese, entraba en un orden preestablecido”.
Nuestra sociedad, sin embargo, va encaminada por un sendero sin salida, según el filósofo Karl Marx en su frase: “La explotación del hombre con el hombre” nos revela una forma de ver el mundo, un mundo que se mueve por los explotadores y los que son explotados o mejor dicho los cautivos del capitalismo, pareciera como si en la actualidad, luego de tantos años de que esta costumbre fuera “erradicada” aún se arrastraran las cadenas de los esclavos antepasados. Ahora, la violencia, la sed de poder, y los valores económicos superan los éticos y morales, hoy en día nos conformamos con un trabajo, con un bien, con una miseria, pero, ¿Dónde queda lo humano? ¿Dónde queda el ser? ¿la vida?, ya las personas tienen un precio, y pierden su valor, ya no nos importa cuidar lo que nos rodea, solo por acrecentar un número en una cuenta bancaria, ¿Desde cuando dejamos de ser humanos?, Incluso me atrevería a decir que, aunque no comparto las ideas y costumbres de estos indios, no puedo negar que nos dejan una enseñanza sobre cómo vivir.
ADRIANA MOLINA JIMÉNEZ
CÓDIGO: 201610127013
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