El Adulto y su aprendizaje Educación de Adultos

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El adulto necesita otras formas de aprendizaje y de enseñanza y requiere una motivación especial para aprender.

Se supone que los adultos están conscientes de sus necesidades educativas, que son lo suficientemente maduros como para seleccionar si buscan o no medios para educarse y en qué forma, que están adecuadamente experimentados a través de la vida y el trabajo lo cual les permite razonar y aplicar conocimientos particulares a su rango de experiencia, para ser capaces de escoger cuándo y dónde estudiar y aprender, pudiendo medir los costos de dicho aprendizaje (costos, ya sea en términos de tiempo, dinero u oportunidades perdidas). Se asume que los adultos tienen tiempo limitado, y que tienen que balancear las demandas de la familia, el trabajo y la educación. Igualmente se puede asumir que éstos ya han adquirido un conocimiento propio y del mundo, suficiente para sobrevivir, aunque no puedan controlar su entorno a su gusto. En otras palabras, los adultos no son listas vacías, sobre las cuales una persona pueda escribir.

Así pues, el ser humano alcanza su adultez en el momento de su existencia en que sus funciones para aprender adquieren una gran amplitud, profundidad y funcionalidad. Alcalá (1999) señala: que “algunos criterios de la adultez psicológica a tener en cuenta para facilitar el aprendizaje del adulto sobre sí mismo, es su condición de persona, y su relación con el mundo que lo rodea” (p.10). En efecto, su existencia responde a una escala de valores conformada en parte por la tradición familiar, la educación adquirida, los roles desempeñado en la sociedad y las responsabilidades asumidas en su vida personal y profesional. El conocimiento de estos y otros factores son particularmente relevantes en el momento de diseñar programas educativos para ellos.

La Educación de Adultos requiere entonces competencias, conocimientos, comprensión y aptitudes por parte de quienes participan en ella; por consiguiente, conviene que se contrate cuidadosamente a esos facilitadores, teniendo en cuenta sus funciones específicas y que reciban una formación previa y en ejercicio, adaptada a sus necesidades y a las del trabajo a que se dedican.” En función de motivar y orientar en situaciones favorables al participante adulto, Con relación a estos dos términos, básicos para el fundamento de la ciencia andragógica, Alcalá (1997) opina lo siguiente:

Los integrantes del proceso Andragógico son el Facilitador y el Participante. El facilitador orienta el aprendizaje del adulto, tratando de vincularlo a las necesidades de éste con los conocimientos y los recursos pertinentes de manera oportuna, efectiva y afectiva. Debe estar sólidamente preparado para facilitar el aprendizaje. (p.11)

Características de los Adultos.

Ven el aprendizaje como una necesidad, algo que les resultará útil y que les importa. Precisan la formación para mejorar su integración laboral. Eso los estimula y llegan a las aulas con expectativas y necesidades muy concretas y diferentes entre unos participantes y otros. Los participantes saben lo que quieren y la enseñanza debe responder a su necesidad particular.

Ampliando éstos contenidos, podemos definir algunas características concretas del aprendizaje de adultos:

Vivencias. Gente con experiencia, ricos en vivencias. Esta experiencia condiciona de

forma muy positiva, por la riqueza de saberes y conocimientos acumulados a lo largo de la vida en la experiencia vital y a través de prejuicios, cargas y la posibilidad de ser resistentes y reactivos al cambio.

Horizontalidad. Relación de diálogo entre adultos, la gente tiene experiencias previas, trayectorias profesionales y vitales.

Diferencias individuales. Grupo heterogéneo. Alta Individualidad: Según crecemos, las diferencias individuales entre personas, se incrementan. En la edad adulta son muy grandes las diferencias entre personas. La homogeneidad en las clases es imposible.

Alta motivación y nivel de responsabilidad. Alto nivel de compromiso en el aula. Ven el aprendizaje como una necesidad, algo que les resultará útil y que les importa. Precisan la formación para mejorar su integración laboral. Eso los estimula.

En tal sentido se expresa Hemos dicho que adultez es plenitud vital. Al aplicarla al ser humano debe entenderse como su capacidad de procrear, de participar en el trabajo productivo y de asumir responsabilidades inherentes a su vida social, para actuar con independencia y tomar sus propias decisiones con entera libertad. (Adam, 1977, p.31)

El paso de la situación de subordinación a la que, por lo general, están sometidos niños y adolescentes, a otra que le permite ser autónomo en lo económico, en su rol social y en tomar decisiones relacionadas con su educación, entre otros aspectos, constituyen los principales hechos que diferencian al adulto de las dos etapas precedentes de su vida.

Muchos adultos no tienen la oportunidad de educarse, o consideran que no tienen esta oportunidad. De esta forma los programas educativos que facilitan la asistencia, o por lo menos aquellos que la hacen menos complicada, tienen mayores posibilidades de atraer un grupo más amplio de personas.

Aprender a Aprender

Aprender a Aprender es tener conciencia de lo que se aprende, de los mecanismos que se están usando, de las técnicas de estudio que se emplean para aprender cada día y sobre todo que ayuden a desarrollar como personas de un alto conocimiento y poder de análisis.

Es así como todas las personas aprendemos día a día cosas nuevas no solo en nuestro lugar de estudio si no en todos los lugares por ejemplo: cuando vemos noticias, cuando conversamos con otra persona, cuando observamos, en fin cuando realizamos alguna acción. Mediante el aprender a aprender las personas estamos descubriendo técnicas y métodos que nos ayuden a una asimilación más rápida del conocimiento y además de que nos damos la oportunidad de todos los días adquirir una nueva visión de las cosas, de ver el mundo desde otra óptica, de desaprender lo aprendido y asimilar lo novedoso, tanto así que todo el conocimiento adquirido nos sirva de provecho para nuestra propia vida.

Una parte fundamental de aprender a aprender es la investigación, puesto que con esta nosotros resolvemos el por qué de las cosas pues si bien es cierto no podemos saber todo pero si en donde encontrarlo, tanto así que cuando tenemos una duda en nuestra cabeza tenemos que indagar hasta llegar a una respuesta que