El turno de Maximillian Augustus B. Johnson.
Enviado por Albert • 5 de Febrero de 2018 • 1.865 Palabras (8 Páginas) • 295 Visitas
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-Señor Johnson! Siga por favor.-
-Si claro.
Siguiendo con el tema de la energía necesaria para realizar la transmutación, analizando paso por paso y detalle tras detalle, Albert y yo llegamos al problema de que solo esa variable era la faltante, pero sin manera ni diseños de cómo construir o dibujar un circulo de trasmutación y tampoco los diseños del gancho de lazaro, quedamos totalmente obstruidos en nuestra investigación, pero la curiosidad era tanta que no decidimos dejar la investigación a estas alturas, de esta manera recurrimos a escritos de todo tipo, con tal de encontrar la forma de encontrar esta energía aplicable, llevándonos a cantidades enorme de libros sin información útil para nosotros, y no conformes viajamos a otras ciudades en busca de algo útil, hasta dar a la capital del condado, a una de las bibliotecas mas antiguas de toda la región. En este lugar vimos fuente de sabiduría infinita, tanto que leer, tanto que encontrar y tanto que descubrir. Como niños en una feria, comenzamos a buscar y tomar libros por doquier, tal cantidad de libros, unos viejos otros aun mas viejos.
Al pasar el día y la emoción y curiosidad no cesaban, tal fue nuestra suerte que pudimos llevarnos cantidad de libros cada uno hasta nuestro hospedaje, tomando solo los mas grandes, nos tupimos los brazos tanto como nos permitieron. Una vez llegado al hospedaje, la lectura no cesaba, a pesar de no encontrar nada bueno en esos momentos, la curiosidad de saber que mas había en los demás libros, nos permitía no sentir sueño. Al pasar las horas, la noche se volvía mas amigable, pero comenzó a sentirse el ambiente extraño, cuando Albert terminó la lectura de un libro y procedió a tomar el siguiente, no pude evitar verlo, era un libro de una pasta roja color vino, pero un tanto mas oscura, el titulo era ilegible y las paginas amarillentas dando la impresión de ser un libro demasiado viejo, enseguida le pedí prestado a Albert ese libro para yo ser el primero en ver que ocultaba este libro tan llamativo. Las únicas letras legibles eran “N cr m c n” la verdad, no me importó mucho no saber el titulo de este libro, lo que le intrigó fue que estaba escrito en un idioma ilegible por mi y por mi compañero, pero estaba lleno de símbolos en su mayoría círculos. Tanta era mi desesperada curiosidad que no tardé en relacionar estos dibujos con los inimaginables círculos de transmutación hablados en la alquimia, tanto que decidí esperar hasta el día siguiente y preguntar a la bibliotecaria en que idioma estaba escrito y si podía encontrar una copia traducida al inglés, español o latín.
De esta forma no quise leer mas hasta descifrar este libro. Así esperé hasta la mañana siguiente a primera hora para pedir mas información.
Al llegar con la bibliotecaria, pregunte cual era el titulo y el autor del libro, para poder encontrarlo en otro idioma en la misma biblioteca si era posible, a lo cual la señorita se sorprendió un poco ya que hacía años que no había registro de que alguien halla tomado ese libro. Comenzó a buscar en el registro y solo una persona había tomado ese ejemplar hacía ya 5 años atrás, el registro estaba a nombre del señor Strausman, Igor Strausman.
La impresión nuestra fue tan notoria, pero mas aun la de la bibliotecaria al recordar a este hombre también. Nos mencionó ser un hombre con una deformidad horrorosa en su espalda y ahí acertamos!, no había duda de que era el ayudante de Victor Frankenstein, preguntamos si recordaba algo mas sobre esa fecha y solo nos menciono que, un par de días después, el mismo hombre había vuelto a la biblioteca, siendo mas nervios que a lo que se podía llamar hombre y esta le preguntó:
-Sucede algo malo con el libro señor?
-No!, no quiero saber mas de esto! Quémelo! Tirelo! Destrócelo! Haga lo posible porque nadie mas lea esto!-
-Por qué señor? Que tan ofensivo puede ser un libro tan viejo?
Y entre miradas de nervios y temor el hombre deforme solo menciono esto:
-Hay cosas que nadie debe saber nunca, mas aun cuando están escritas sobre piel humana, agradezca que esta cosa si puede ser quemada, no pregunte, no cuestione, solo hágalo!-
El hombre se retiró con tanta prisa que no dio tiempo de averiguar algo mas.
Preguntamos a la bibliotecaria porque no se había deshecho de ese libro y solo nos dijo que no podía tener credibilidad en un hombre con esas deformidades y actitudes, solo se molestó en buscar el nombre, autor e idioma.
Mis ojos no sabían si sentir temor al estar siguiendo los mismos pasos de Frankenstein o saber que podría saber lo que se encuentra en ese libro, pero mi tonta curiosidad no me permitió ver el riesgo de este manuscrito, a lo cual procedí a preguntar toda la información sobre el libro. Ella me respondió que el titulo de libro era “necronomicon” por el autor Abdul Alhazred, que se encontraba en idioma arabe
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