MORAL Y REVOLUCIÓN DE LA VIDA COTIDIANA

...

El concepto de la vida cotidiana hace referencia al mundo de lo subjetivo y de lo personal, con el cual convivimos diariamente, es decir, el mundo donde el hombre y la mujer se refugian diariamente, campo donde la inercia social está llena de tradiciones, de ritos, de mitos y de prejuicios. La cultura y la ciencia son también un campo de batalla de la lucha de clases, en cualquier terreno que lo veamos, incluido el de la guerra. S u legitimidad estuvo dada por la promesa de la salvación industrial para alcanzar una mejor vida en el más allá, negando toda posibilidad de una salvación social y terrenal.

Una moral de la obediencia y de la pasividad, de la frigidez y del resentimiento eternamente reprimido, de la piedad más pasiva y del fanatismo más abyecto. La búsqueda de los subjetivo, de la satisfacción de las necesidades internas del hombre, de la relación consigo mismo, independientemente de haberlo encontrado sublimado en las potencialidades de otro ser, muestra el impacto de la moral cotidiana. Otros esfuerzos también religiosos por humanizar el mundo de los individuos, y si por algo se toma frecuentemente la moral prestada del cristianismo es por los valores humanos que, a pesar del papel de la iglesia católica, encierra dicha doctrina.

Existe una diferencia, y es para que para nosotros el sacrificio solo puede ser un medio y una un fin en sí mismo, la ausencia de mediación teológica en esa articulación que pregonamos entre la salvación individual y la salvación social. La mercantilización de la economía lleva aparejadas no solo la división del trabajo y de las clases, sino también la mercantilización de la vida. El capital como relación social ha desatado la acumulación por la acumulación y ha mediatizado a los trabajadores como productores y como consumidores. La mediatización y la incomunicación de los hombres es una de las secuelas sedimentadas en la vida cotidiana de las sociedades modernas por el mercado y el poder.

El sistema capitalista pero que no tiene acceso real ni a la riqueza ni al poder, se mantienen intersticios de los mismos y su moral correspondan a la desesperación por conseguirlos. El apelativo pequeño burgués en un sentido más calificativo que social, independientemente de que pueda haber una base socio-material en dichas actitudes. No desconocemos que existe una formación inmoral en el mundo reaccionario de la política, instituciones dedicadas a la defensa del orden de explotación y de la dominación acumulada por le pasado.

No de la lucha de todos los días, sino de la lucha de grandes batallas o de los grandes pero cortos periodos de la historia de las revoluciones. Hombres y mujeres que actúan de acuerdo a motivaciones ideologías, a principios y normas, a una concepción del mundo, a una teoría, pero también de acuerdo a unos valores, a unos ideales, a una moral. En la lucha contra el individualismo no deberían salir derrotados los individuos y much9o menos la individualidad o creatividad humana de los mismos. Y si las haces mal, la estas regando, y allí si se era drástico (…) además que en la formación en los valores hay una continuidad en toda la historia del Frente.

En la revolución, como en todo proyecto, encontramos una doctrina, una organización o una institución, unos valores, unos cuadros de vanguardia y una escuela que propague la doctrina. La conciencia moral se encuentra activa de manera extraordinario en el movimiento obrero moderno y que tiene grandes tareas que cumplir en la lucha proletaria de clases. Por supuesto que, tal como están las cosas, es la cultura de la sociedad de consumo quien decide cuanto tiempo hay que trabaje y que es lo que hay que consumir. Nacional, por cambiar las relaciones sociales de explotación, por intentar vivir de otra manera, por quiere eliminar la enajenación material y cultural.

Durante mucho tiempo los países subdesarrollados se mataron creyendo que el problema de ingresos era un asunto de producir más hectáreas de algodón –que también lo es- y no un asunto de precios de intercambio que es lo fundamental. Luchar desde ahora y al mismo tiempo resolver el problema material, social y espiritual de los individuos, de las clases y de los pueblos. De la misma manera, el marxismo debería apropiarse, tal como lo hizo con la democracia, de los aspectos individuales y cotidianos no es despreciable el avance de las relaciones humanas y del nivel de desprendimiento.

Al igual que en la política, la superación revolucionaria comienza cuando el reino de la contradicción avanza hacia el reino de la alianza y de la unidad perdida. La pasión de crear establece el proyecto de realización, la pasión de amar estable el proyecto de comunicación, la pasión de gozar establece el proyecto de participación. Ya que su política individual consiste en no preocuparse de la moral de los trabajadores; para ellos el amor es una debilidad porque no sufren el dolor de las madres combatientes ni comprenden la ternura como medio de comunicación. De la fidelidad masoquista al rol escogido en la vitrina de su clase de la veneración a la autoridad que hace que la mayoría de los individuos cercanos no sean merecedores de su gracia. Una de las manifestaciones más radicales y humanas de los que entendemos por alianza de la vida, se expresa en la comunión espiritual y material entre el hombre y la mujer.

Si la insurrección de la conciencia y del a sociedad significa concentración de voluntades individuales a partir de modelos subjetivos de conducta, la liberación debe enseguida alimentar revolucionariamente esas voluntades en los destacamentos de la vanguardia. La convicción individual del trabajo voluntario así como el sobrecumplimiento de las normas en el caso de los obreros que luchan y trabajan por cambiar la sociedad en que viven. Ciertamente que muchos de estos derechos los encontramos en diversas constituciones latinoamericanas donde imperan regímenes cuasi-fascistas, sin embargo aquí están interiorizados en el espíritu popular de un pueblo que se mantiene armado y que comienza a usarlos a su favor.

Una autoridad que solo se regocija y se solidariza con los individuos y con los pueblos sumisos y miserables. La lucha contra la explotación capitalista y la dominación imperialista no espero que el desarrollo económico se haya cumplido sus metas para engendrar desde ahora todas las batallas posibles a fin de insurreccionar las conciencias, la sociedad y la vida en todas y cada una de sus manifestaciones enajenadas.