CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA 10º

...

En la perdida de moral en la política, se va dejando a un lado el objetivo principal que es satisfacer las necesidades de las mayorías, y se cambia al actuar únicamente en beneficio propio.

El interés personal corrompe y va por encima de la ética, los principios y valores.

Actualmente quien desea gobernar no es con el propósito de ayudar y servir a la nación, esto ocasionado por los exorbitantes salarios que se perciben al tener algún cargo público, seguido por la autonomía con la que se manejan altos puestos políticos tales como los senadores o los diputados, quienes en su deber ser, son la voz del pueblo ante el congreso y quien defenderá y trabajará por sus intereses, vemos más inactivos cada día.

Para Platón un buen gobernante debería ser filósofo y no solo político, debido a que le filósofo se enfoca en la verdad en el mundo inteligible, esta liberado de los deseos mundano, posee principios éticos y no se corrompe ya que su honor y su conocimiento se lo impide, contrario al político que vive en el mundo de la apariencias y sus acciones son guiadas por los deseos mundanos, como el poder y el dinero.

El dilema se encuentra en que un filósofo se niega a participar en el mundo de la política por el desinterés que tiene, a él le satisface el conocimiento, mientras que el político carece de conocimiento, no le importa adquirirlo, ya que su interés esta fijado en los deseos mundanos e intereses personales por encima del bienestar común.

La educación, lo que en un principio, el saber representaba honor en quién lo poseía, como muchas cosas, los interés personales deforman los objetivos y la rectitud en el actuar, con los sofistas se dio la apertura a la educación, la cual tenía un costo y quienes tenían interés de participar en la política se acercaron a ellos.

Desde Platón y su ideal de un gobernante filósofo, podemos apreciar como el conocimiento, como señal de virtud ha perdido valor en aspectos muy importantes, que actualmente parecen no tener validez a tal grado que cualquiera con los requisitos mínimos establecidos por ley puede ser gobernante o tener un cargo público, muchos sin tener ni la primaria terminada o personajes cuya honorabilidad es inexistente.

Estamos muy lejos de tener a un filosofo haciendo política o de alguien que gobierne y trabaje para un interés colectivo. Trabajar sobre una política moralizada y cuya virtud sea valorada.

“No habrá fin a los problemas de los estados, o de la propia humanidad, hasta que se convierten en filósofos reyes de este mundo, o hasta los que ahora llamamos reyes y gobernantes real y verdaderamente se convierten en filósofos, y el poder político y la filosofía por lo tanto entran en las misma manos”

Platón