CUERPO Y ALMA EN UNIDAD
Enviado por Stella • 13 de Abril de 2018 • 2.223 Palabras (9 Páginas) • 439 Visitas
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fue creada en un principio. Pero, porque naturalmente es la forma del cuerpo, y no debió ser creada separadamente, sino en él. (Santo Tomas, 2001, I q. 90, a. 4, ad 1um)
Con esto se deja totalmente claro que el alma no es independiente pues está unida el cuerpo y que no es preexistente pues no puede ser creada por separado del cuerpo pero si es subsistente a la muerte, ya que “una de sus mayores diferencias con Aristóteles es justamente la que se refiere a la supervivencia del alma humana después de la muerte”. (Trigg, 2001, pág. 60)
El alma como forma del cuerpo
Propiamente, es difícil que una persona común reflexione sobre un tema tan complicado, máxime si su conocimiento es mínimo y cuando digo mínimo me refiero a un conocimiento básico religioso. En mi caso ese conocimiento religioso se dio desde pequeño (catequesis) y ese fue únicamente mi conocimiento por mucho tiempo, como lo dije anteriormente. Hasta que hace poco más de un año comencé a estudiar filosofía y en ese proceso de adquisición de conocimientos me platee la pregunta: ¿Qué es el alma? Ante esta pregunta mi respuesta seria que el alma es la esencia que da vida a nuestro cuerpo sin la cual nuestro cuerpo es solamente como un cascaron. Después descubrí que el alma no es solamente eso, sino que también el alma es creada junto al cuerpo y no es preexistente, como anteriormente se dijo, además el alma nos da ciertas facultades y es subsiste al cuerpo.
Desde el punto de vista filosófico, podemos mencionar a Aristóteles como un antecedente. Él va decir en el capítulo segundo del segundo libro De Anima: “Luego el alma es necesariamente entidad en cuanto forma específica de un cuerpo natural que en potencia tiene vida.” (Aristóteles, 1978, pág. 14) En este sentido se va referir al alma como la forma del cuerpo que va ser la materia. Y en cuanto a las facultades del alma, Aristóteles va presentar cinco y usara más el término potencias, tal y como lo expresa en De Anima: “Y llamábamos potencias a las facultades nutritiva, sensitiva, desiderativa, motora y discursiva” (Aristóteles, 1978, pág. 55). Es claro, desde mi perspectiva, que Aristóteles propone estas potencialidades del alma, pensando el hecho de que el alma es la forma del cuerpo y por lo tanto se manifiesta en nuestras acciones, como entes compuestos de materia y forma; por eso los seres humanos vamos a tener esas cinco potencialidades según él, mientras que las plantas, como lo sabemos, solo tendrían la nutritiva. Por ende puedo llegar a la conclusión que Aristóteles, se basa en un principio de observancia de las realidades presentes y de ahí retoma estas cinco potencias del alma.
Por otra parte, Santo Tomás, va retomar este pensamiento de la forma del alma y además va defender el hecho de que el alma no está compuesta por materia, es decir solo forma “está el hecho de que una cosa no tiene más que un solo ser sustancial es lo que da el ser sustancial. El alma es forma del hombre”. (Santo Tomas, 2001, I q. 77, a. 4, c.) Por tanto encuentro cierta similitud entre lo que Aristóteles proponía en el Tratado del alma y lo que va decir Santo Tomas en el Tratado del hombre de la Suma teológica, también porque Santo Tomas va retomar el tema de las facultades del alma, con la diferencia que presenta tres facultades en vez de las cinco que enseña Aristóteles, éstas son las siguientes: alma vegetativa, alma sensitiva y alma racional.
Al escuchar esto, lo primero que se me viene a la mente es, según este argumento, que ser humano posee tres almas distintas (vegetativa, sensitiva y racional), que los animales poseen dos almas (vegetativa y sensitiva) y que las plantas tienen solo un alma (vegetativa) y esto, porque así es como lo presenta Santo Tomas. Pero al decir esto, estaríamos en contraposición con su planteamiento, puesto que el propone la unicidad del alma. Entonces ¿Cómo entender este aspecto de las facultades? Creo que la respuesta se encuentra en esta misma pregunta, porque estamos hablando de facultades y no de almas, aunque las expresión usada sea esa, pero al referirnos a facultades nos estamos refiriendo más a un aspecto característico, diría yo, puesto que estas facultades definen las actividades vitales de ese ser, por eso es que se va decir que: “nos encontramos con una jerarquía de almas o principios vitales. Esto no quiere decir que el animal tenga un alma vegetativa y un alma sensitiva o que el ser humano posea tres almas” (F.C.COPLESTON, 1960, pág. 175), es decir, los animales no solo pueden desarrollar la facultad de la planta (vegetativa), sino muchas otras más, por eso es un grado superior al alma vegetativa es decir, posee un alma sensitiva. De esta forma, los seres humanos por ejemplo, van a ser “una sustancia en la que pueden distinguirse dos factores componentes” (F.C.COPLESTON, 1960, pág. 175), es decir, un ente compuesto por materia y forma. Las relaciones, podríamos decir, entre personas es por tanto unitaria puesto que todos estamos formados con estas mismas característica.
Ha sido realmente apasionante expresar algunos aspectos, los cuales como lo he dicho al inicio son expresión de lo que he podido captar y también de lo que durante estos años he podido aprender. Sé conscientemente, que la captación que he podido tener, de frente a un tema tan complicado como éste, puede que haya sido poca pero el aprendizaje que he obtenido al investigar un poco más sobre el alma y el cuerpo, en especial en Santo Tomas, ha llenado mis expectativas y me hecho replantarme en algunos puntos pero en especial me ha quedado un sentimiento de búsqueda, de adquisición de conocimientos y esto me llena de emoción porque me hace consiente de que me falta aún mucho por aprender y que además hay temas, como este, que han sido tratados durante años y su riqueza es enorme. Solo me queda decir como Sócrates: “solo sé que no sé nada”.
Bibliografía
• Aristóteles. (1978). Acerca del Alma. Madrid: Biblioteca Básica Gredos.
• Burgos, J. M. (2008). Antropologóa: una guía para la existencia. Madrid: Ediciones Palabra.
• F.C.COPLESTON. (1960). El pensamiento de Santo Tomás. Mexico: FONDO DE CULTURA ECONOMICA- MEXICO- BUENOS AIRES.
• Santo Tomás. (2001). Suma Teológica . Madrid: B.A.C.
• Trigg, R. (2001). Concepciones de la naturaleza humana. Madrid: Alianza.
• Vélez, J. (1995). El hombre un enigma. Bogotá: CELAM.
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