¿Cuál es la relación, si es que hay alguna, entre diferencia sexual y escritura?

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Con lo expuesto anteriormente, intentemos darle una respuesta a la pregunta, ¿cuál sería entonces la relación entre diferencia sexual y escritura?, con los antecedentes expuestos por Ranciere y relacionando estos a los textos, sobre todo a las realidades que nos exponen tanto Gabriela Mistral como Diamela Eltit, podemos hablar que la relación que existe es de carácter político, en el sentido de que como dice Ranciere” la literatura hace política en tanto que literatura”[4], los casos de Mistral y Eltit, nos expresan formas de hacer política a través de sus formas de escritura, la poetisa, mediante sus poemas en locas mujeres nos manifiesta sus dolores y negaciones como mujer, como una mujer que se abría paso por un mundo que estaba dominado por la mirada masculina, el cual, implantaba sus ideales y formas de hacer las cosas.

El caso de Diamela Eltit, nos plantea una situación en que la escritura busca manifestar el descontento que poseía la autora con la sociedad machista que caracterizaba a la época, como también, y esto se refleja en la forma de escritura que caracteriza a la obra Lumpérica, el descontento de Eltit con la dictadura militar y contra la gran censura que esta ejercía contra los artistas, es por eso que Lumpérica intenta decir mucho pero de una manera subterránea, puesto que no había forma de llevar a cabo una escritura directa y sin tapujos en esa época.

“La política existe cuando el orden natural de la dominación es interrumpido por la institución de una parte de los que no tienen parte”[5]

No es precisamente esto, que Ranciere nos plantea, lo que se ve planteado en las obras de Mistral y Eltit, el hecho de que mediante su escritura, buscar visibilizar las concepciones del mundo femenino, el cual, se encontraba a la sombre de la sociedad masculina. Es este hacer aparecer a los que no se encontraba visible lo que mueve la literatura de estas dos autoras y en lo que gira este ensayo, puesto que la literatura femenina eso es lo que busca, manifestar su oposición a la dominación masculina de la cual son prisioneras, lograr por medio de su literatura hacerse un espacio dentro de la sociedad.

“La actividad política es la que desplaza un cuerpo del lugar que le estaba asignado o cambia el destino de un lugar; hace ver lo que no tenía razón para ser visto, hace escuchar un discurso allí donde solo el ruido tenía lugar, hace escuchar como discurso lo que no era escuchado más que como ruido”.[6]

Como ya se ha dicho, la relación que se presenta entre diferencia sexual y escritura, radica en el hecho que la escritura que es llevada a cabo y que se presenta a largo del curso, y en especial desde la perspectiva feminista, posee un carácter de político. Esto debido a que el uso de la escritura por parte de las mujeres en su condición de seres que se encuentran invisibilidadas bajo el dominio de lo masculino, busca manifestar su descontento frente a la hegemonía masculina y a las concepciones que esta les imponía a las mujeres, a su forma de vestir, de comportarse y hasta de sentir, puesto que muchas mujeres se sentían culpables de poseer un desenfrenado desplegar de sus pulsiones, sintiendo desprecio de ellas mismas. La escritura feminista, lo que busca es desplegarse en la sociedad masculina, visibilizando a la mujer y a su pensamiento, logrando visibilizar las demandas que estas poseían, y por sobre todo, logrando situarse fuera del espacio de marginalidad que se les había asignado en el reparto de lo sensible, situándose ahora en un espacio visible para manifestar su opinión y visión de la sociedad.

“Como sujeto a la historia, la mujer se da siempre simultáneamente en varios lugares. Des-piensa la historia unificadora, ordenadora, que homogeneiza y canaliza las fuerzas y lleva contradicciones en la práctica de un único campo de batalla. En la mujer coinciden la historia de todas las mujeres, su historia personal, la historia nacional e internacional”.[7]

Para finalizar, como nos plantea Hélene Cixous, la mujer es quien des-piensa la historia, escrita de manera masculina, buscando enfrentarse a la fuerza homogeneizadora que esta trae consigo, la mujer al plantearse a buscar su lugar en la sociedad, lleva con ella no solo su historia, sino la de todas las mujeres, todas las mujeres que han sido invisibilizadas por la hegemonía masculina. La mujer para Cixous debe alzarse a alcanzar su lugar en la sociedad, debe atreverse a escribir su realidad para que esta sea visibilizada, debe escribir para mostrarle a la sociedad las penurias que estas pasan al encontrarse a los márgenes de la sociedad.

“De la feminidad las mujeres tienen que escribir casi todo: de su sexualidad, es decir de la infinita y cambiante complejidad, de su erotización, de las igniciones fulgurantes de tal intima-inmensa región de sus cuerpos, no del destino, sino de la aventura de semejante pulsión, viajes, travesías marchas, bruscos y lentos despertares, descubrimientos de una zona hace poco tímida dentro de poco emergente”.[8]

La mujer por medio de la escritura debe entrar en la esfera de lo político, para de esta manera poder dejar de ser un mero ser oscurecido por la hegemonía masculina, debe plantearse firme, y por medio de su literatura ir abriéndose paso ante la mirada extrañada de la sociedad masculina, la cual intentara sabotearla, desacreditarla y por sobretodo callarla, intentando devolverla al lugar que ocupaba hasta hace algunas décadas, a ese lugar invisible dentro de la hegemonía masculina.

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