¿Cómo desarticular el sincretismo que sigue persistiendo en nuestro entorno?

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Al explicar lo último mencionado anteriormente según el Monsiváis, esto se remonta al siglo XIX durante la guerra de Independencia de México, durante la cual aquellos que dieron inicio con el movimiento de insurgencia, al ser miembros excomulgados de la iglesia (Miguel Hidalgo y Costillas y José María Morelos, entre otros) y no tener propiamente la idea de una Constitución como tal, utilizaron símbolos religiosos para darle legitimidad al movimiento, tal como el estandarte de la virgen de Guadalupe; para nuestro autor a partir de estos eventos de separación y reconciliación entre Estado e iglesia que siguen dándose a lo largo de la historia generan que poco a poco la misma sociedad valla asimilando cada vez más la presencia de esta en sus vidas cotidianas, ya sea con o sin el apoyo del gobierno. Dando como resultado, que con el tiempo, sea tanto el control moral que la iglesia ejerce sobre el pueblo que poco a poco el gobierno comience a ceder un poco ante ciertas circunstancias o exigencias de la iglesia, un ejemplo seria el puente que se dan para vacaciones de semana santa, pues las instituciones incluso de gobierno, incluyendo escuelas, conceden días de asueto durante estas fechas de celebraciones de origen religioso.

Y para concluir con este breve análisis faltaría destacar que una de las razones principales por las que la iglesia “pelea por su regreso” al Estado (refiriendo al hecho de querer recuperar esa influencia en mayor medida sobre el gobierno), es bajo el alegato de que el hombre al evolucionar al grado en el que nos encontramos, hemos olvidado los principios de la vida y nos hemos despojado de lo verdaderamente valioso, ese sentido de vida y fe, que al final nos acercara a una trascendencia mayor a la idea terrenal, esto podríamos destacarlo de las ideas de San Agustín, sobre la ciudad de Dios, y que en la medida en que cambia la idea de los pecados, los vamos transformando en Derechos y los pecados pierden su sentido, lo que genera como consecuencia los castigos divinos a la sociedad los cuales se pueden entender como los males sociales contras los que combatimos hoy en día.