Duda y falsedad

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El Genio maligno en Descartes.

Descartes en la meditación primera (Acerca de lo que puede ser puesto en duda) reflexiona y ve que se puede dudar de todo, pero básicamente el filósofo moderno accederá a dudar de cuatro cosas que según él siempre ha creído. 1) Sentidos. 2) Realidad. 3) Matemática. 4) Dios.

Antes de mencionar por qué duda de las cuatro cuestiones, Descartes nos introducirá en su meditación de la siguiente manera, a saber, piensa el filósofo francés que siempre ha recibido opiniones verdaderas que en realidad son falsas porque están basadas en principios erróneos. Descartes piensa que lo mejor es esperar y llegar a una etapa de madures ya que se habrá experimentado la mayoría de cosas.

Descartes puede dudar de todo pero piensa que esto le hará demorar mucho en su demostración de la duda, entonces sintetizará en las cuatro cosas que hemos mencionado arriba y que examinaremos en su orden establecido.

- Sentidos: Descartes piensa que los sentidos nos engañan.

“Todo lo que hasta ahora he recibido como lo más verdadero y seguro lo he aprendido de los sentidos, o por los sentidos: ahora bien, algunas veces he comprobado que esos sentidos eran engañadores, y es prudente no fiarse nunca de quienes hemos sido alguna vez engañados.” (Descartes, 2014, pág. 237).

- Realidad: Descartes dice que se debe de dudar de la realidad porque muchas veces él no puede distinguir entre el sueño y la vigilia.

“Pero, pensando en ello con cuidado, me acuerdo de haber sido engañado por semejantes ilusiones mientras dormía. Y al detenerme en este pensamiento, veo con tal evidencia que no hay indicios concluyentes, ni marcas tan ciertas por las cuales se pudiese distinguir la vigilia del sueño, que me lleno de extrañeza; y esta extrañeza es tal, que es casi capaz de persuadirme de que estoy dormido.” (Descartes, 2014, pág. 239).

- Las matemáticas: Dice Descartes que las matemáticas son lo más verdadero, pero que estas dependen de Dios. Si dependen de Dios, y Dios es un genio maligno entonces dirá Monsieur Descartes que Dios nos engaña y por ende es un genio maligno que será la siguiente duda.

“Porque ya sea que yo esté despierto o que duerma, dos y tres juntos forman siempre el número cinco, y el cuadrado no tendrá nunca más de cuatro lados; y no parece que verdades tan patentes puedan ser sospechosas de alguna falsedad o incertidumbre.” (Descartes, 2014, pág. 241).

- Dios: Descartes cree que Dios es un genio maligno que me engaña, es decir, que Dios nos hizo para engañarnos y por eso Descartes duda de las matemáticas. Pero ese genio maligno precisamente lo llama así Descartes para no confundirlo con el Dios cristiano, que es suma bondad y verdad.

“Supondré entonces que hay, no un verdadero Dios que es fuente soberana de verdad, sino un cierto genio maligno, no menos astuto y engañador que poderoso, que ha empleado toda su destreza para engañarme.” (Descartes, 2014, pág. 245).

Esas son las cuatro cosas en las que sintetiza Descartes que podemos dudar de todo, pero a diferencia de Francisco Suárez, Descartes no dice en su primera meditación que la primera verdad de nosotros es nuestro cogito y que Dios no es genio maligno sino es el edificio para nosotros poder darle certeza a nuestro cogito.

Conclusiones.

Descartes y Suárez se asemejan bastante, a saber, juegan con la falsedad. Pero Suárez se distingue de Descartes en que él hace una disputación porque está evaluando las propiedades del Ente trascendental, los llamados trascendentales y porque nunca llega al cogito. En cambio, Descartes nunca evaluará las propiedades de Dios sino al contrario, duda de Él y con esto dirá que la primera certeza es el Pienso luego existo. Yo pienso, yo soy. Descartes llega a la autoconciencia del sujeto y de ahí se apoyará en Dios para que sea garante de su certeza.

Vemos que los métodos ejercidos por ambos filósofos se asemejan como lo dijimos anteriormente, pero vemos que las conclusiones por ejemplo en Suárez es que la voluntad del hombre hace que juzgue y caiga en el error, mientras que en Descartes, su primera meditación no nos da esa conclusión de que sea el hombre el causante del error, lo dirá más adelante en su meditación segunda, pero concluyendo Descartes es el padre de la modernidad por llegar al cogito mediante su duda, influenciándose en Suárez ya que muchos dicen que Descartes no se leyó a Suárez en su totalidad pero que éste método de la duda lo adquirió porque quería romper con la inducción aristotélica.

Referencias bibliográficas.

Bergadá (1950): El aporte de Francisco Suárez a la filosofía moderna. En: Actas del Primer Congreso Nacional de Filosofía. Mendoza. Universidad Nacional de Córdoba, págs. 1921-1926.

Descartes, René (2014). “Acerca de las cosas que se pueden poner en duda.” En: Meditaciones acerca de la filosofía primera. Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, págs. 235-245. (Traducción de: Jorge Aurelio Díaz.)

Gracia, Jorge (1998). “Suárez”. En: Concepciones de la metafísica. Bogotá, Trotta, págs. 101-121.

Suárez, Francisco (1960). “Disputación IX. La falsedad o lo falso”. En: Disputaciones metafísicas. Madrid, Gredos, págs. 169 202.