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EL LENGUAJE MORAL

Enviado por   •  29 de Noviembre de 2017  •  3.067 Palabras (13 Páginas)  •  338 Visitas

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- Referencia a un hecho, ocurre cuando aparece la pregunta “porque hemos ayudado a alguien” a lo que podemos responder “porque lo conocemos o solo por ayudar”, en tal caso se está dando por supuesta la existencia de alguna norma moral que indica el deber moral de ayudar; lo que supone que se refiere a la norma que se supone correcta por sí mismo.

En este punto de demostrar lo moralmente valido, es cuando intervienen las distintas teorías éticas: unas dirán que la norma es correcta porque forma parte de una virtud determinada (aristotelismo), otras afirmaran que se trata de promover el mayor bien para el mayor numero (utilitarismo).

- Referencia a sentimientos, se trata de justificar una acción, actitud o juicio moral mediante el recurso a los sentimientos propios o a los del interlocutor “lo hice xq me dio miedo dejar las cosas como estaban”, etc. Este modo de argumentar es insuficiente desde lo moral, puesto que la presencia en nuestro ánimo de algún sentimiento solo ayuda a explicar las causas psicológicas de la acción, pero no basta para mostrar la corrección o incorreción moral.

- Referencia a la competencia moral de cierta autoridad, algunas personas tratan de justificar sus opciones morales recurriendo a cierta “autoridad competente” a la que consideran fiable. Dicha autoridad competente en materia moral suele ser una persona o institución (padres, presidente del partido, tribunal de justicia, el Papa, etc.) ajena al individuo o también puede ser él, cuando ha alcanzado el puesto de dicha autoridad.

En principio, esta argumentación es endeble, puesto que lo que hace confiable una norma no es quien la dicta, son que validez posee. Además la referencia a una autoridad moral no tiene por qué ser aceptable para cualquier interlocutor, dado que en cuestiones morales no existe ni puede existir una autoridad semejante a la autoridad política o religiosa.

- Referencia a la conciencia, en la vida cotidiana hay una gran cantidad de ocasiones a las que se apela a la propia conciencia para justificar acciones, actitudes o juicios morales. en principio, hay que reconocer que este tipo de justificación goza de un principio arraigado en la tradición moral de Occidente. Muchas veces se recurre a la conciencia para justificar el propio capricho o para seguir ciegamente los dictados de ciertas autoridades que han tenido influencia en el proceso de socialización de la persona.

Cuando se trata de los dictámenes de la conciencia es preciso averiguar hasta qué punto es racionalmente valida la norma que se ha aplicado o se pretende aplicar, para los cual también recurriremos a las teorías éticas, puesto que ellas establecen la diferencia entre lo racionalmente aceptable y lo que no lo es.

POSICIONES A FAVOR Y EN CONTRA DE LA FUNDAMENTACIÓN DE LO MORAL:

El cientificismo:

Es un tipo de reflexión filosófica que considera que la racionalidad pertenece únicamente al ámbito de los saberes científico – técnicos, en tanto que los demás ámbitos de lo humano, incluido el moral, permanecen en la esfera de lo irracional. Más que una doctrina unitaria, es un rasgo que comparten determinadas escuelas de pensamiento contemporáneo, especialmente a partir del positivismo de Comte y del neopositivismo lógico.

Se basa en la tajante separación que establece entre los hechos y los valores, entre lo que es y lo que debe ser. De este modo, el cientificismo abre un abismo entre la teoría y la praxis, entre el conocimiento (lo objetivo, racional, ausencia de todo compromiso valorativo) y la decisión (subjetivas, irracionales, “contaminadas” por el compromiso del sujeto con determinados valores.

La situación en la que queda la Ética es lamentable: no puede aspirar al status de ciencia, salvo que adopte una perspectiva psicológica, sociológica o genética en el estudio de los contenidos morales, en cuyo caso perdería su carácter normativo. Desde el cientificismo no hay otra alternativa, ya que no se reconoce racionalidad de lo moral.

Esta actitud cientificista está extendida hoy en día, sobre todo en economistas y otros científicos sociales en la medida que consideran acertado el postulado weberiano de la neutralidad axiológica de la ciencia, según el cual las ciencias sociales, para ser objetivas deben excluir toda valoración, porque las valoraciones serían siempre subjetivas.

Tal ruptura está teniendo consecuencias prácticas nefastas para la supervivencia del planeta y del ser humano, ya que excluye el uso de argumentaciones morales como elemento a tener en cuenta en el ámbito de los grandes problemas comunes a toda la humanidad (hambre, guerra, deterioro ecológico, etc.). Por esto el cientificismo ha sido criticado desde corrientes filosóficas como el Racionalismo crítico, la Escuela de Frankfurt, el Reconstructivismo de la escuela de Erlangen:

- Según el racionalismo crítico, las decisiones no han de ser inmunizadas frente a la crítica, como hace el cientificismo, amparándose en una “ficción del vacío” de creer que la decisión por un sistema de valores se realiza sin contar con el conocimiento científico – técnico disponible.

- Según las demás, el cientificismo olvida en primer lugar, que la ciencia no puede prescindir de un fundamento reflexivo.

- El cientificismo no se ha percatado de que la posibilidad misma de la ciencia exige la moral, si la moral es irracional también lo es la ciencia. Las normas que utilizan en pos de la objetividad son normas morales que no pueden considerarse como puramente subjetivas de cada científico sin riesgo de que perdamos de vista la propia objetividad como meta.

Racionalismo crítico:

El racionalismo crítico, en la perspectiva de K. Popper y de H. Albert, argumenta que cualquier intento de fundamentación última de un saber (teórico o práctico) esta irremediablemente condenado al fracaso, porque incurrirá en alguno de los tres callejones de salida que Albert denomina “el trilema de Münchhausen”, recordando al Barón de las mentiras que aparece en un cuento tratando de solucionar un problema parecido. El trilema consiste en que:

“si se pide para todo una fundamentación entonces debe pedirse también para los conocimiento a los cuales haya retrotraído la concepción por fundamentar, lo cual lleva a una situación con tres alternativas que aparecen como inaceptables: 1- un regreso infinito, que no es realizable y por eso no proporciona fundamento alguno; 2- un círculo lógico en la deducción, cuando se recurre a enunciados que antes se habían mostrado

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