ESCUELA DE ESTUDIOS SUPERIORES DE JOJUTLA.
Enviado por Jerry • 8 de Febrero de 2018 • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 439 Visitas
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El amor materno, representa el anhelo más profundo de todo ser humano, o sea ser amado sin condiciones y no por sus méritos, tanto siendo niños como adultos.
Siendo niños la mayoría puede gozar del amor incondicional de la madre, pero de adultos este anhelo es más difícil de satisfacer.
La relación con el padre es diferente. El padre representa el mundo del pensamiento, de las cosas, de la ley, de la disciplina, de la aventura.
El padre es el que le abre a su hijo la puerta al mundo, su amor es condicional porque debe cumplir con sus expectativas, portarse bien, ser como él. Al amor paterno hay que ganárselo y se puede perder si no se hace lo que él espera, o sea que se le obedezca.
El amor del padre se puede conseguir haciendo algo, pero para ser amado por la madre no es necesario hacer nada. Un niño siempre va a necesitar el amor del padre, su autoridad, su guía; y la madre debe favorecer esa relación. Porque la función de la madre es brindarle seguridad a su hijo y la del padre guiarlo para que aprenda a vivir en la sociedad en que ha nacido. La madre debe confiar en la vida, no ser demasiado ansiosa y desear que su hijo sea en el futuro una persona independiente, muchas veces las madres somos muy cautelosas y a veces hasta sobreprotectoras cuando se trata de nuestros hijos, porque no queremos que nada malo les pase o les haga daño, pero debemos aprender que tarde o temprano los debemos dejar ir.
El padre debe ser paciente y tolerante, no autoritario ni amenazante; permitiéndole oportunamente a su hijo que sea su propia autoridad. En el mejor de los casos una persona madura llega a ser su propio padre y su propia madre; o sea cuando se libera de las figuras parentales y las incorpora a su interioridad, elaborando una conciencia materna que le permite tener capacidad de amar y una conciencia paterna basada en su razón y en su discernimiento.
Una persona que considera solamente su conciencia paterna será inhumana y áspera; y si tuviera únicamente conciencia materna perdería su criterio y podría trabar su desarrollo o el de otros.
Si en cambio la madre fuese fría, indiferente y dominante, puede transferir la necesidad de protección materna al padre y el resultado puede ser parecido al anterior, o bien, identificarse con las cualidades del padre pero sin la capacidad de esperar recibir amor incondicional, situación que se acentuaría si el padre fuese autoritario y muy apegado al hijo.
CONCLUSIÓN
El amor es el ingrediente básico que constituye la base de la vida. Es un sentimiento que no puede ser medido pero que, sin embargo, es vital para la coexistencia de todas las formas de seres vivos que habitan en el planeta. El amor entre padres e hijos es la base de cualquier educación. No se trata simplemente de elegir y dar al niño lo mejor, sino de conseguir que el amor que reciba le haga ser mejor persona.
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser;
1Corintios 13:4-8
BIBLIOGRAFÍA
Erich Fromm (2011[1959]), El arte de amar, México, D.F, Editorial Paidós, 127 pg.
Santa Biblia. Versión Reyna Valera 1960. Primera de Corintios, Capítulo 13, Versículos del 4 al 8
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