LA FILOSOFÍA ESCLAVISTA

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Otra de las batallas que se libran en la filosofía esclavista griega, consiste en la lucha entre el materialismo y el idealismo que reflejaba en última instancia la lucha entre la democracia esclavista – progresiva en aquéllas condiciones históricas -, y la reaccionaria aristocracia esclavista.

Los antiguos materialistas griegos – Anaxágoras; Empédocles; Demócrito y Epicuro-, eran ideólogos de la democracia esclavista; sus ideas filosóficas, vinculadas íntimamente a sus concepciones políticas, constituían la base teórica de la actitud social progresiva de las capas avanzadas de la clase esclavista. El materialismo griego antiguo era la concepción del mundo de los círculos progresivos de la clase esclavista, interesados en el incremento sucesivo de las fuerzas productivas de la sociedad, en el desarrollo de su cultura y de sus ideas científicas.

En cambio, los filósofos idealistas como: Sócrates y Platón, eran ideólogos de la reaccionaria aristocracia esclavista; sus ideas filosóficas se entrelazaban íntimamente con las concepciones políticas aristocráticas y solían servir de fundamento teórico a la actitud política reaccionaria de la aristocracia, enemiga del progreso social, de la democracia esclavista de la ciencia y del arte antiguo.

La lucha entre el materialismo y el idealismo en la filosofía de la antigua Grecia, reflejaba también la lucha contra la religión. Los filósofos materialistas eran ateos; defendían ideas avanzadas en el terreno científico – natural; formularon algunas ideas científicas muy fecundas (entre ellas la teoría acerca de la estructura atómica de la materia) y, por último, sometieron a crítica la religión, las supersticiones y los elementos teológicos de la mitología griega.

Por el contrario, los filósofos idealistas combatían las ideas avanzadas en el conocimiento científico – natural, defendían la religión y miraban con odio el ateísmo.

En definitiva, comenzaremos a escudriñar gran parte de la filosofía griega antigua, que es uno de los grandes monumentos de la historia de la cultura. Marx y Engels,[7]apreciaban altamente la filosofía griega y señalaron que el multiforme pensamiento filosófico griego encerraba ya, en germen, todos los tipos posteriores del mundo[8].

Así pues, podríamos comenzar señalando que, la filosofía griega tuvo su cuna en Mileto, la mayor ciudad del Jonia, en la costa de Asia Menor[9]. Por eso a esa etapa de la filosofía no sólo se le llamaba pre-socrática, sino filosofía jónica (Tales, Anaxímedes y Anaximandro). Esta filosofía, no sólo reflexiona sobre la “naturaleza” (physis), sino sobre el “ser”, su esencia y sus leyes particulares, y que inquiriría las últimas razones que pudieran explicar al ser y al acontecer[10], pero no “teologizaban” como sí lo hacían Homero y Hesíodo (confundían divinidad con naturaleza). En éstos últimos se utilizan concepciones míticas, mientras que en los presocráticos se inicia un pensar “demostrativo” de observación y reflexión crítica.

El problema capital de la filosofía presocrática se cifra en la cuestión del “Arkhé” = principio de todas las cosas[11].Arkhé, quiere decir, literalmente, origen. El verdadero problema era, por tanto:¿Cuál es el principio primero del mundo físico?¿Qué son en su verdadero y más íntimo ser las cosas, cuyo aspecto es tan variado y que nuestra percepción sensible los distingue unos de otros? Ese primer saber es “cosmológico”, los primeros filósofos querían saber el origen, la formación y el destino del mundo en que vivimos[12], es decir, las causas primera de la realidad. La ciencia de las causas primeras se llama: “Metafísica” o filosofía primera. Históricamente, el primer problema es el del mundo o problema cosmológico. Debe advertirse que los primeros filósofos no se preguntaban por un problema físico, sino metafísico, por eso Aristóteles les llamo: fisiólogos.

Los presocráticos aprecian cierta unidad en el acaecer de algunos fenómenos, vale decir, que bajo la multiplicidad se aprecia cierta unidad esencial de las cosas en su origen, un lazo constante en la naturaleza.

4.1.1 La Escuela Jónica: Para los materialistas Jonios los fenómenos de la naturaleza partían de un fenómeno natura único: para Tales: el agua; para Anaximandro: la materia indefinida (apeirón); para Anaxímenes: el aire y para Heráclito: el fuego. Así pues, - escribe F. Engels[13] -, aquí vemos ya perfilarse un materialismo espontáneo, que en la primera fase de su desarrollo considera algo muy natural, como algo que se comprende de suyo, la unidad en la infinita diversidad de los fenómenos naturales y busca en algo netamente físico, en un cuerpo en particular, el origen del todo. Otro de los aspectos a destacar dentro del materialismo jónico es su nítida tendencia atea, pues todos los cambios que se operan en el cosmos no son producto de la intervención de los dioses, sino pura y exclusivamente debido a el movimiento eterno de la materia.

Tales de Mileto[14]: (624-547 a.e.c): Aristóteles, lo define como: “el primer fundador del linaje de los filósofos”. Fue Legislador, matemático y astrónomo, considerado como uno de los siete sabios de Grecia, junto a: Cleóbulo de Lindos; Solón de Atenas; Quilón de Esparta; Pítaco de Lesbos; Brías de Priene y Periándro de Corinto. Se distinguió por su actitud ejemplar al servicio de la concordia ciudadana por sus consejos y su obrar prudencial. Trabajó sobre las ideas de la Physis (naturaleza) y el Arkhé (origen). Así, una mata de limones tiene su Physis, en el proceso por el cual la semilla da lugar a la mata de limones, su physis controla ese proceso. El Arkhé tiene que ver con la verdad, tanto como lo que está detrás de las apariencias, así como lo inmutable. Se le describe paseándose por su jardín contemplando el firmamento, es decir, contemplando lo que permanece firme, inalterable como la verdad. Creyó encontrar el Arkhé de la naturaleza en el “agua”, pues el alimento siempre es húmedo, las semillas también. La humedad hace que todas las cosas tengan vida. Las cosas cambian porque están sobre agua, la tierra flota sobre agua.

Se le atribuyen muchos descubrimientos científicos, como la Osa Menor; las estaciones del año y asignó a éste 365 días; midió las pirámides por medio de sus sombras en Egipto; la física lo recuerda por conocer las propiedades magnéticas del imán. Heródoto, cuando narra las escaramuzas entre medos y persas, dice que al mediodía de una batalla se hizo de noche y los combatientes aterrados arrojaron las armas, ese eclipse total de sol, fue anunciado por Tales y ocurrió el 26 de mayo del 585 a.e.c. Entren sus pensamientos recogidos por