LA FILOSOFÍA MEXICANA ¿INCIDE EN LA SOCIEDAD ACTUAL?.

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La función de la filosofía en México (Mauricio Beuchot Puente)

En el tercer ensayo, Mauricio Beuchot inicia por describir el sentimiento generalizado de pérdida de importancia de la filosofía en la estructura de nuestra sociedad, quedando solamente en las clases y escritos que se imparten.

Beuchot pretende mostrar los beneficios que traería la hermenéutica a nuestro país, esta busca, sobre todo, el sentido. Y sentido es lo que está faltando en nuestra fragmentada sociedad. Pero la búsqueda del sentido sólo puede lograrse si tenemos conocimiento de nuestro pasado filosófico. Así, si se quiere hacer filosofía que incida en la sociedad no se puede ignorar su historia; aunque a la hora de interpretarla existan diferencias.

Beuchot piensa que una de las mejores formas que tenemos para influir en nuestra sociedad, es a través de nuestra propia formación como hombres, pues esta permite traer mejores respuestas a los problemas que puedan aparecer. En este punto, es labor del filósofo responsabilizarse de su propia formación y notar que parte del problema actual de la filosofía reside en nuestra mala formación.

Hacia una filosofía para la democracia en América Latina (Guillermo Hurtado)

Guillermo Hurtado en el último ensayo de este texto, defiende la idea de que la filosofía puede hacer algo para el fortalecimiento de la democracia. Hurtado nota cómo la democracia ha crecido al mismo tiempo que la profesionalización de la filosofía. Sin embargo, si queremos que esto siga sucediendo, se tiene que ampliar la educación filosófica a los distintos estratos de la sociedad para que se fortalezca el trabajo democrático. Lo que propone Guillermo Hurtado va por el lado de la democratización de los distintos ámbitos que conforman a la sociedad; pues no tiene mucho sentido exigir elecciones democráticas si las piezas que estructuran tal proceso, o tal sociedad, no se encuentran democratizadas.

La filosofía en cuestión, tiene ciertas tareas que realizar para la consolidación de un estado democrático. Dentro de la escuela, principalmente, se tienen que reforzar tales ideales, “La escuela es el taller de la democracia y es allí donde el impacto social de la filosofía puede sentirse con mayor fuerza.”, señala Hurtado.

Pero, ¿Cuáles son las herramientas que debe enseñar el filósofo para que exista una verdadera sociedad democrática? En primer lugar, se tienen que brindar habilidades para argumentar y discutir de forma adecuada, para lograr, luego, una toma de decisiones colectiva. En segundo lugar, se tiene que enseñar a discutir de forma crítica y constructiva sobre la democracia, la igualdad y la libertad. En tercer lugar, hace falta una formación que guíe a los alumnos a volver suyos, pero de forma crítica, los valores democráticos, o de formular valores nuevos que vayan orientados a la persecución de la igualdad y de la libertad. Se enseña a argumentar y a discutir para un buen fin: para saber más y equivocarse menos, sí, pero también para ser más libres, más virtuosos y, en fin de cuentas, para tener una mejor sociedad.

A manera de conclusión

Es imposible no perderse entre las extasiantes letras de la presente antología, este recorrido histórico que desde la filosofía centra las posibilidades que la misma ha tenido y presenta para aportar una mejora social, considero en mi ignorante experiencia, efectivamente la filosofía más que una herramienta es una vía que promete a través del camino de la colectividad intelectual rescatar con mesura la decadencia de nuestra época, de mejorar estructuralmente está fragmentada sociedad, lastimada por el “dios mercado”, automatizada e idiotizada, donde la filosofía no es más que una mofa para los ignorantes. Es triste condenar a la filosofía a la inutilidad, oportunamente combatamos en la trinchera social por hacer de la filosofía el ápice del conglomerado social, que esta sea nuevamente, como en la antigua Grecia, el centro de las ideas, el centro que produce , genera y mueve todo.