LAS HERRAMIENTAS DEL APRENDIZ MASON

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esparcidas en el mundo, persiguen el desarrollo del pensamiento propio, original, lógico y constructivo, despertando las aptitudes dormidas y haciendo aflorar las perspectivas de mejoramiento.

Todas nuestras imperfecciones, vicios e ignorancia la Masonería lo simboliza como la piedra bruta informe como irregular que los Aprendices debemos labrar y pulir para que tenga utilidad, tal como lo hace quien construye una casa o quien por su talento convierte la piedra bruta en una obra de arte. Pero así como hay piedras que pueden ser labradas sin resquebrajarse, hay otras que son inútiles e inservibles, como es el caso de aquellas personas que han hecho de su modo de vida la inconciencia, la inmoralidad, el engaño, el delito, el rechazo a Dios y sobre todo que alientan la putrefacción de su propia alma y el de los demás. Ellos jamás podrían ser los Masones de Convicción que la masonería requiere.

“He aquí yo contra ti, oh monte destruidor, dice Yahweh, que destruiste toda la tierra; y extenderé mi mano sobre ti y haré rodar las peñas y te tornaré monte quemado. Nadie tomará de ti piedra para esquina ni piedra para cimiento, porque perpetuos asolamientos serás” Jeremías 51.21.26.

El Respetable Hermano Manuel Vega apuntaba con acierto en una de sus charlas, “La Masonería no busca que el Masón no sólo sea mejor, sino un hombre diferente”. Ese hombre diferente está referido a sí mismo y no en cuanto a los demás y se da con un viaje a lo más profundo de nuestros sentimientos que nos permita ver la realidad de nuestros defectos y desaciertos y, claro está, con la voluntad de corregirlos; esto es, un verdadero trabajo interior que anime a constituirnos ese hombre nuevo que deseamos ser, distinto a lo que fuimos o que quizás aún somos.

Las herramientas son simples y a la vez que complejas, dependiendo el estado de quien las usa. Un mazo que simboliza la fuerza de la voluntad y un cincel que alude a esa inteligencia capaz de producir, no el encanto estético que busca el artista, sino aquella delicadeza fina de emplear lo útil de nuestras conductas que está representada por la belleza de una de las columnas de nuestro templo. Así como el escultor usa el mazo con fuerza calculada para no destrozar la piedra, el Aprendiz Masón requiere ser paciente y cauto para que los cambios en su vida sean graduales, increscendo y efectivos, evitando que la rapidez de sus impulsos lo conduzca al cansancio o la fatiga, que como sabemos es causa primaria de la insatisfacción y la molestia. Por otro lado, el cincel que en el artista es hábilmente dirigido para guiar el impulso de la fuerza que otorgue forma a su proyecto, el

Finalmente, el trabajo masónico se dirige al perfeccionamiento del hombre visto desde lo abstracto de cada uno de sus simbolismos, por lo que el devastar y tallar la piedra bruta es una de sus tareas inmediatas dentro de un proceso permanente de renovación y/o actualización que implica en la masonería la persecución de la excelencia. Hace algunos meses provisto de las herramientas que mis Hermanos Masones me han confiado, empecé mi labor sobre esa piedra bruta como informe que obra en mi columna y siento que ya está adquiriendo perfil y apariencia, por lo que en esta oportunidad deseo renovar ese compromiso que hice al ser acogido en este templo de culminar con el trabajo que me he propuesto.

Lima. 21 de abril de 2016

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ALVARO HUANQUI MEDINA

APRENDIZ MASON

BIBLIOGRAFIA

M:.R:.M:. IVAN HERRERA MICHEL.- Blog “El Cincel”

R:.M:. ERICK DOMINGUEZ BALBUENA.- Blog “El mazo y el cincel”

JASPER RIDLEY.- “Los Masones”

GEORGE CARLIN.- “Paradojas de nuestro tiempo”