La República de Platón. La República es un dialogo que explica por partes lo que es el Estado ideal de Platón

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Concluida y refutada razonablemente la idea de Polemarco, Trasímaco dice que la justicia es “lo que le conviene al más fuerte”, y aunque tiene razón en la primera parte, erra en la segunda, ya que la justicia no es precisamente para el más fuerte, puesto que el ser que es justo, aunque parezca débil, es alguien cuya sabiduría y virtud están presentes, en tanto que un ser injusto lo adopta como un vicio que implica ignorancia aun cuando parezca ser fuerte ante todo.

Posteriormente a las primeras disputas, se inicia el Libro II, en el cual Glaucón entra en este contexto, diciendo que “la justicia y la injusticia sólo deberían valorarse de acuerdo con los resultados favorables o desfavorables que proporcionan, lo cual debe llevar a la felicidad”.

Sócrates reacciona ante ello afirmando que solo el hombre justo es feliz, pero no lo es así para el hombre injusto, no realmente. Para ello recurre a la explicación del “Estado Ideal Platónico”, en el cual, el gobierno es técnicamente lo justo mismo, como un sinónimo, siendo esta una organización social que se basa en el principio de especialización por educación apropiada y la división del trabajo acorde a la aptitud que tiene cada individuo y no de lo que quisiera ser según sus gustos o según lo que el crea.

Dando continuidad, en el Libro III, habla de censurar los textos que dañen la mente joven, ya que los jóvenes son débiles ante ilusiones alegóricas y se requiere de esta sección de la población para poder especializarlos con la educación que requiere para poder cumplir sus objetivos y nada más que ello.

Continuando con esa trama en el Libro IV, entra en disputa Adimanto, un joven filosofo que no queda convencido de la vida del guardián, puesto que esta podría no ser dichosa. A esto Sócrates le responde que quizás puede ser feliz el guardián o no serlo, pero de todos modos esto no importa, puesto que al constituirlos como guardianes solo se hizo para velar por el bien del Estado y no de ellos mismos.

Teniendo eso, se da el siguiente paso, que es establecer las virtudes del Estado:

- La templanza: Es la moderación de los sentidos para que no halla extremos, sino un justo medio, siendo propia de la clase productora.

- El valor: Implica no ceder ante el enemigo, siendo propio de la clase guardiana.

- La prudencia: Implica distinguir el mejor camino a la hora de tomar las decisiones, siendo propia de la clase gobernante.

- La justicia: Técnicamente es el origen de las tres virtudes anteriores y consistiendo en que cada hombre se ocupe únicamente de los propios asuntos.

Una vez asentado el Estado ideal, Sócrates demuestra a Glaucón los cinco modelos de organización política y las cinco formas del alma. De las cuales son:

- Aristocracia, o gobierno de los sabios (filósofos).

- Timocracia, o gobierno de la ambición.

- Oligarquía, o gobierno del poder del dinero.

- Democracia, o gobierno del pueblo.

- Tiranía, o degradación de la verdad y la libertad.

Mientras Sócrates iniciaba a explicar lo que para él era un buen gobierno, inciden en la disputa Polemarco y Adimanto con interrogantes como ¿cómo debería ser la educación de las guardianas?, ¿cuáles serían sus deberes? y ¿cómo ocurriría la procreación de los hijos?

Es de este modo en como inicia el Libro V, para lo que Sócrates les esclarece que la mujer posee las mismas capacidades que los hombres, aunque tiene una naturaleza más débil que éste, pero independientemente de ello, nada se opone a que ambos participen de la educación, la defensa del Estado y el cuidado de los niños.

Con respecto a la segunda pregunta, ¿Cuáles serían los deberes de las guardianas?, responde que éstas tendrían la difícil tarea de la educación de los niños y la procreación de la mejor raza.

En tanto que la procreación, que es la tercera pregunta, se la llevaría a cabo por medio de orgías en donde ninguna mujer u hombre podría negarse a entregar su cuerpo a quién de éste estuviese enamorado.

Una vez que Sócrates terminada la explicación, Sócrates se percató de que en ese Estado ideal que él había construido faltaba algo; y no era más que saber o establecer cuáles serían las condiciones del gobernante o de los gobernantes.

En el diálogo, Sócrates advierte que el gobernante del Estado ideal debía ser un filósofo, pero uno que realmente lo es y que únicamente piensa o señala que lo es.

He aquí la gran conclusión sintética de esta obra, que nos dice que la justicia es que cada hombre se ocupe únicamente de los propios asuntos en un gobierno que se rija por lo que es, no por lo que crea o vea, siendo siempre objetivo y parcial en diversas situaciones.

Esto sería algo bueno en nuestros días, ya que si realmente se hiciera lo justo, muchos de nuestros actuales políticos representantes a nivel nacional e internacional, estarían siendo enjuiciados y penado por crimines que en mayor o menor medida, quieran o no, realmente realizan en lugar de velar por el bienestar del pueblo, de las personas que más lo necesiten o de aquel que sea el “más débil”.

La filosofía según Platón es el saber perfecto o el grado superior del conocer porque nos permite descubrir estas realidades (las ideas). Por eso el filosofar para Platón es igual a la felicidad suprema del hombre. Este saber no se aprende, la filosofía es una reminiscencia o un recuerdo, que a pesar de todo, nos ayuda a encontrar no lo que queremos, ni lo que necesitamos, sino lo que realmente es la esencia del ser existente; la verdad universal.

REFERENCIAS ELECTRÓNICAS

http://palabrasyvidas.com/biografia-de-Plat%C3%B3n.html

http://www.todoexpertos.com/categorias/humanidades/filosofia/respuestas/1438783/epoca-de-la-republica-de-platon

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Navas L. E.G. & Ruíz J. R. (2014). Filosofía. México: Editorial Nueva Imagen.

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