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Libro 3 aristoteles

Enviado por   •  3 de Enero de 2019  •  2.108 Palabras (9 Páginas)  •  307 Visitas

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Capítulo XIV: El exordio (o preámbulo)

Todo comienzo de un discurso parte con el exordio, así como el preludio es el comienzo de la música.

El exordio se usa en el discurso de exhibición ya sea para reprobar o alabar algo o a alguien.También puede resultar en el discurso deliberativo para presentar a alguien como virtuoso o decadente, con el motivo de convencer a la audiencia. Por último, puede ser forense porque el preámbulo puede expresar disculpas a la audiencia con el propósito de apelar a alguna solución.

Llamada de atención

La atención es algo que debe esperarse en todas las partes del discurso; sin embargo, no es necesario usar el llamado de atención al principio del discurso, pues todos están atentos cuando se comienza un discurso. Algunas frases que plantea Aristóteles para llamar la atención son:

- ''Hazme caso porque no te interesa menos que a mi''

- ''Te diré algo tan terrible como nunca has oído''

Sobre todo en los discursos de exhibición es necesario que el oyente sienta que el elogio ha sido construido como si fuera para él. o algo familiar a él.

Por último, la creación de un preámbulo da la sensación de que algo está hecho de antemano y con dedicación. Si no se construye se notará que el discurso es improvisado.

Capítulo: XV: La sospecha

Es posible que en un litigio se le culpe a alguien de algún crimen o mala acción. Quien se encuentre en una situación similar deberá sembrar la sospecha entre sus oyentes para que se dicha inculpación se disipe.

Veamos los argumentos con los cuales se puede resarcir la inculpación:

- Alegar que el asunto no existe, que no es perjudicial para el oponente, que no es injusto, que no es importante, que no es vergonzoso, etc.

- Alegar que hay un error, mala suerte o razones de fuerza mayor.

- Alegar que el fin que resultó no era la intención, sino que otro.

- Alegar que el acusado también se encuentra imputado.

- Alegar una generalización (por ejemplo, decir que por vestir así es adultero o adultera).

- Alegar una inculpación apresurada sin bases de evidencias.

- Alegar a una acusación con otra (por ejemplo, que alguien que acusa no tenga mucha credibilidad).

- Alegar que la magnitud de la acusación derivaría en otros juicios.

- Enfatizar los méritos pequeños y los importantes pasarlos rápidamente.

Estos son más menos los consejos que nos da Aristóteles en cuanto a la sospecha.

Capítulo XVI: La proposición (o exposición)

Es en esta parte del discurso de exhibición donde se narran los hechos o las características de alguien. A veces no es necesario nombrar ciertos casos o a ciertas personas porque se conocen de manera suficiente. Por ejemplo, no es necesario hablar de Aquiles, pero sí de Calias pues este último no es tan conocido como Aquiles.

No es conveniente hacer una argumentación rápida, sino más bien hacerla de forma moderada. No es la rapidez lo que se evalúa; es la calidad del discurso. En todo caso, quien sí puede narrar rápidamente es quien se defiende contra una acusación porque quien la expuso ya la explicó.

Esta narración del discurso exhibición tiene que ver con los modos de ser. En efecto, sabiendo los modos de ser podremos clarificar cuál fue la intención de dicha persona a realizar cierto acto. Por otro lado, siempre hay que tomar en cuenta los modos de ser que existen en el propio orador, es decir, tener cuidado de cómo se va a expresar sobre ciertos asuntos porque pueden llevar a unos a la ira, a la indignación, etc. En fin, hay que conocer las consecuencias de los modos de ser.

Finalmente, la narración no debe ir al comienzo sino que en la proposición del discurso y siempre se debe referir a hechos pasados.

Capítulo XVII: El argumento (o persuasión)

Los argumentos surgen de los pleitos y estos pueden suceder por cuatro cosas.

- Cuando se acusa de una acción que no ocurrió.

- Cuando algo ocurre pero no ocasionó perjuicio.

- Cuando se hace algo malo, pero no hubo intención.

- Cuando se hace una acción que no fue injusta.

La pronunciación de los hechos debe ser siempre clara y precisa para que la audiencia no se siente confundida. Por otro lado, deben ser creíbles, pero si no lo fueran se deberá recurrir a la demostración.

Los ejemplos pertenecen más al discurso epidíctico o de exhibición, mientras que el entimema pertenece al discurso forense. En el primero se habla de sucesos futuros que se ejemplifican con el pasado, y el segundo habla sobre situaciones que no son y que por lo tanto necesitan demostración. En todo caso, los entimemas no deben usarse para provocar una pasión, pues se tienen dos posibilidades: o se apaga la pasión, o el entimema no tendrá valor.

Discurso ante el pueblo

Estos son algunos de los consejos que Aristóteles añade:

- Si el discurso trata de los modos de ser, no buscar entimemas.

- Evitar las digresiones, a menos que se introduzca un tema completamente diferente.

- El hombre de bien, más que riguroso debe mostrarse bueno.

- El mejor entimema es el refutativo que el demostrativo porque no es necesario demostrar cuando ya se han dado los razonamientos.

- Siempre se deben presentar las pruebas a nuestro favor en un juicio acusatorio. Luego refutar los argumentos del oponente.

Todo esto servirá para la argumentación del discurso.

Capítulo XVIII:

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