Metafísica (apuntes)
Enviado por monto2435 • 18 de Octubre de 2017 • 1.967 Palabras (8 Páginas) • 582 Visitas
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2) Si el Bien en sí está separado de su esencia, será incognoscible, pues sólo hay conocimiento de una cosa cuando se conoce su esencia, y la esencia no existirá, pues lo que existe es la entidad Bien en sí, y las esencias por sí solas no son nada separadas de su entidad.
3) Si el Bien en sí no se identifica con su esencia, a él no le pertenecerá el ser lo que es, y entonces se caerá en el absurdo de que el Bien en sí no sea bueno.
A estas tres aporías, Aristóteles añade otra: 4) Si una entidad es distinta de su esencia, p. e. “Caballo” de la esencia del caballo, habría que postular a su vez una esencia de la esencia del caballo, y así hasta el infinito.
Estos argumentos valen también en contra de la trascendentalidad de las Ideas platónicas respecto de las entidades sensibles de las que, según Platón, son esencia. Pues si las Ideas constituyen la esencia de estas entidades, tendrán que identificarse con éstas y, por tanto, no podrán existir separadas de ellas, por las razones expuestas.
Sin embargo, la identificación entre realidad singular, entidad y esencia no se da en las determinaciones accidentales, que no son entidades. Y eso es porque la entidad que es sujeto de esa determinación no se identifica con la esencia de la determinación misma, sino con la esencia de la entidad. Así por ejemplo, la entidad “hombre blanco” no se identifica con la esencia “ser-hombre-blanco”, sino con la esencia “ser-hombre”, ya que la esencia de “hombre blanco” es “ser-hombre” y no “ser-hombre-blanco”. Y esto es así porque ningún hombre es por sí mismo blanco (VII 6, 1031a 19-28).
Aristóteles concluye de todo ello dos cosas: 1) que son la misma cosa cada realidad singular y su esencia, 2) que conocer una realidad singular no es otra cosa que conocer su esencia (VII 6, 1031b 18-21).
Aristóteles, sosteniendo una postura antiplatónica, defiende que el universal, en tanto algo que se predica universalmente (τῶν καθόλου λεγομένων), no es una entidad (VII 13, 1038b 9). Ofrece dos argumentos:
1) Si la entidad de una cosa es algo propio que no se da en ninguna otra (ἡ ἴδιος ἑκάστῳ, ἣ οὐχ ὑπάρχει ἄλλῳ), el universal no puede ser entidad, porque es común (κοινόν) a una pluralidad de cosas. En efecto, siendo común, no puede ser entidad ni de cada una de las cosas de las que se predica, porque la entidad no es común, ni de una sola de esas cosas, porque en tal caso todas éstas se identificarían con dicha cosa, formando una única cosa, ya que todo aquello cuya entidad o esencia es única es único (VII 13, 1038b 9-15).
2) Si la entidad es algo que no se predica de (o no se da en) un sujeto, el universal no es entidad, porque se predica (o se da) siempre en un sujeto (VII 13, 1038b 16).
Aristóteles hace frente a continuación a un posible reajuste de la tesis adversaria, según la cual, aunque el universal no pueda ser considerado entidad en cuanto esencia de algo, sí podría ser entidad en cuanto forma parte de esa esencia. Como, por ejemplo, “animal” está contenido en la esencia de “hombre” y “caballo”. Así, el universal sería entidad en cuanto sería esencia en este sentido (VII 13, 1038b 16-18). Pero contra este reajuste de la tesis inicial, Aristóteles opone cuatro objeciones (VII 13, 1038b 19-39a 14):
1) Que el universal esté incluido en la esencia de varias entidades no excluye que él mismo esté incluido en aquello en que se da como algo propio, como “hombre” está incluido en el hombre. De este modo, el universal será entidad de aquello en que se da o de lo que se predica como algo propio. Pero en ese caso volveremos a estar en la situación del primer argumento, porque el universal sigue siendo común a una pluralidad de cosas, lo que quiere decir que, por ejemplo, si el universal “animal” es la entidad o esencia del animal, será común a todas las especies de animales, de modo que sería entidad o de cada especie o de una sola, y ambas opciones son imposibles, como demuestra el primer argumento.
2) Si el universal no puede ser considerado una entidad, es absurdo que para evitar esta tesis se postule que una entidad (como “hombre”) pueda estar compuesta de universales (como “animal” o “ser vivo”) que formen parte de su esencia como entidades, porque en tal caso no serían otra cosa que cualidades, y la cualidad, como elemento del compuesto, sería algo anterior a la entidad de la que forma parte, lo que es imposible, ya que las cualidades no pueden ser anteriores a la entidad.
3) Si el universal fuera entidad, como se da en otras entidades, habría entidades que tendrían dos entidades o esencias. Así por ejemplo, Sócrates tendría dos esencias: “animal” y “Sócrates”, lo que es absurdo.
4) La unidad propia de la entidad excluye que pueda estar compuesta de entidades plenamente actualizadas, porque en ese caso no podría hablarse de una entidad, sino de varias. Así por ejemplo, para que una línea pueda ser considerada como única, los segmentos de que se compone no deben considerarse como segmentos en acto, porque ello supondría que en lugar de una línea, lo que existirían sería segmentos.
De todo ello no hay que deducir que Aristóteles conciba la entidad como una substancia simple, en la que no quepa la composición. Al contrario, ya vimos que concibe la entidad como un compuesto de materia y forma, y también como un compuesto de entidad y determinaciones accidentales. Lo que él niega es que los universales formen parte de la entidad como entidades, ya que ninguna entidad puede ser un compuesto de entidades, a no ser que éstas sean en potencia.
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