Planificación de juego dramático
Enviado por Christopher • 13 de Enero de 2018 • 2.012 Palabras (9 Páginas) • 936 Visitas
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todo lo que querían, si tuvieron que dar vuelto, etc.
FUNDAMENTACIÓN
Dadas las notas con las que se ha definido al juego (creatividad, imaginación, libertad, placer, iniciativa del jugador, etc.); caracterizar el de los niños más pequeños y diferenciarlo de otras conductas no es sencillo. Entonces, ¿Cómo se puede diferenciar la actividad lúdica del conjunto de “acciones” del pequeño? Es decir, ¿Cuáles pueden ser las marcas que permiten a un observador darse cuenta de que el niño está jugando? Desde esta perspectiva, se identifican cuatro marcas características del juego en las salas del jardín maternal:
• La creación de contextos de significación compartida (intersubjetividad).
• La construcción de un marco de representación-ficción.
• La presencia de un formato.
• La automotivación.
En primer lugar, el juego supone la creación de un espacio compartido, que no es necesariamente un espacio físico, sino un espacio de comunicación, entre la maestra y los niños. El juego es, una expresión de los procesos internos del sujeto y una forma de interacción comunicativa que se construye en relación con el medio físico y social. En las salas de jardín maternal, el juego se da a partir de la participación conjunta con el adulto. Es por eso, que supone un proceso de intersubjetividad y la creación de un contexto o marco de significación compartida. El juego en tanto lenguaje, posee aspectos metacomunicativos que deben compartir los sujetos implicados en la acción. El “acuerdo” que se da entre los jugadores permite determinar si una acción es o no juego. Este acuerdo, que generalmente no es verbal, se realiza dentro de un marco que les permite a los jugadores distinguir entre “realidad y ficción/fantasía”, moverse en el terreno del “como sí”, aunque esto no lo hayan expresado verbalmente.
En segundo lugar, jugar supone la construcción de un marco de representación-ficción que le da a las acciones que allí se realizan un sentido diferente del que estas mismas acciones tendrían ejecutadas en otro marco. Al hablar de marco de representación-ficción se está pensando en la posibilidad de simular o aparentar que algo es lo que no es en un sentido amplio.
En tercer lugar, uno de los rasgos que caracterizan al juego es el establecimiento de un formato. Bruner define este concepto en el marco de la metáfora del andamiaje. El formato presenta dos tipos diferentes de estructuras: una profunda, que le da significado al juego y otra superficial, que consiste en un conjunto de reglas de realización. Las acciones dentro de un formato vuelven a aparecer, pero nunca de la misma manera. El juego se construye a partir de este proceso “recursivo”: se vuelca sobre sí mismo y reaparece modificado (repetición espiralaza de un formato). De esta manera el juego se distingue de la repetición circular y cerrada sobre sí misma, propia del ritual.
Para jugar el niño tiene que querer hacerlo. Esto es lo que se denomina automotivación. En el caso del niño pequeño, la automotivación también comprende la respuesta del niño a la iniciativa del adulto al juego. Estos cuatro rasgos que caracterizan al juego aparecen articuladas entre sí y varían en cada juego particular.
El juego dramático característico de estos grupos consiste en situaciones en las que los niños se disfrazan adoptando uno o varios objetos para caracterizarse: sombrero, traje, anteojos, cartera, portafolios. Una vez vestidos, imitan y recrean algunas actividades de los adultos, tales como cocinar, alimentar a los muñecos, ir al trabajo, planchar, hablar por teléfono, hacer dormir al bebé, etc. Los niños que participan de la situación “saben” que el lugar donde juegan no se trata de una casa real sino de un juego. Es significado real de las acciones ha queda encodillado para dar lugar al significado ficcional de las mismas. Hay un jugar como si fuese una casa. La ficcionalidad es un marco de significación que todos los jugadores comparten sin verbalizarlo; el marco da significado a lo que pasa dentro, no son acciones reales sino representadas, pero abrevan de la realidad cultural compartida por todos.
La maestra debe incluirse en el juego dramático para enriquecerlo. Ella entra dentro del campo de la ficción verbalizando lo que sucede. Es la única que lo hace, con sus comentarios, “da vida” a los muñecos que van a dormir, sostiene la idea de que la niña acerca la vajilla para jugar a “como si” fuéramos a comer.
En muchas ocasiones el juego parece solitario, sobre todo en la sala de 2 años, y se puede observar que muchos de los niños desarrollan un juego en apariencia paralelo, es decir que cada uno arma su propia trama. Mirando con mayor atención puede verse de que modo el juego de cada uno afecta el de los compañeros ya que van tomando “prestadas” las ideas del juego del otro que están observando y que por momentos las tramas se cruzan y coordinan estableciendo los rudimentos de un juego de roles.
En el juego dramático convergen diferentes formas de expresión: Expresión oral, gestual, sonora, musical, plástica, etc., pueden manifestarse en los diversos momentos de la actividad. Con ello, el juego dramático pasa a ser un elemento importante de la globalización educativa, al representar un nexo entre las diferentas modalidades expresivas.
Es fundamental que los niños cuenten con tiempo disponible para desarrollar su juego ya que éste posibilita los intercambios. También es importante que el docente disponga para la actividad de un espacio amplio y de elementos diversos que vayan rotando y renovándose a lo largo del año.
Durante la dramatización los niños pueden asumir distintos roles, que se verán favorecidos si cuentan con materiales en los que apoyarse para enriquecerla. La ambientación, que remeda en miniatura el espacio de una casa –cocinita, utensilios, mesa y sillas, cama, etc.- resulta especialmente interesante para las dramatizaciones. Los niños encuentran un ámbito similar al que conocen, establecen un nexo con su hogar y pueden desplegar roles y situaciones conocidas.
En el jardín maternal, existen modos de enseñanza particulares. El juego también tiene una forma particular de ser enseñado, dado su componente social y el carácter intencional de la tarea docente. Ante esto, ¿Cómo participa el maestro en las situaciones lúdicas?, ¿Cómo enseña a jugar a los niños de 0 a 3 años?
Se reconocen dos grandes modos de participación del docente. El primero es compartido por la mayoría de las actividades que se realizan en el
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