Protocolo la introducción del libro de Herbert Marcuse

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Entre estas necesidades se habla de las verdaderas y las falsas. Las necesidades verdaderas se definen según cada individuo pero considerando las condiciones podría tratarse del alimento, el vestuario, el acceso a la cultura que nos sea posible obtener, y esto se resume a lo básico para poder vivir. Por otro lado las necesidades falsas nos hablan de lo que por medio de la publicidad y el mismo sistema, sentimos la necesidad de descansar, amar lo que otros aman, odiar en igual medida, divertirse y hacer parte de la sociedad de consumo como lujo adicional a lo básico.

Marcuse nos habla de la alienación, que es la perdida de la identidad, la conciencia y se percibe otra realidad que es ajena así misma, en consecuencia esto le permite al sistema usar esto en beneficio de todos los grupos de intereses sociales. Le sedemos el derecho a que ellos controlen cualquier contradicción u oposición que surja de la sociedad, porque al hacer que perdamos el sentido de pertenencia, lo que es nuestro dejará de importarnos y podremos cedérselo todo a ellos. Esto a su vez forma parte del control que ejerce a los individuos y al conjunto de individuos que están en contra o no han caído en alienación.

Después de esto se hablo sobre el poder político que se ejerce en la maquina ya que esta sobrepasa el poder del individuo y genera más productividad y esto moviliza toda la sociedad económicamente, esto en las palabras de Marcuse: productos de una sociedad cuyos intereses

dominantes requieren la represión.(Marcuse,1954, p,35).

Por consiguiente algo importante para rescatar de este primer capítulo es, como lo cita el autor: “la libertad se puede convertir en un poderoso instrumento de dominación”, esto hace parte del rasgo distintivo de esta sociedad industrial que busca sofocar las necesidades que pretenden ser liberadas. Es decir, crear una falsa idea de libertad que aun así es controlable por el sistema.

Para concluir este primer capítulo Marcuse nos indica que el trabajo, la industrialización y las satisfacciones humanas, se han vuelto tan ligadas al ser, que somos completamente manipulables por la industrialización que pretende avanzar tecnológicamente hacia un futuro donde se habrán creado tantas necesidades que al final el hombre pasará a ser gobernado, en cuerpo y mente y esto a futuro generará su autodestrucción y esto sucederá en todos los ámbitos sociales ya sean públicos o privados.