Relación Descartes y Parménides.
Enviado por Jerry • 28 de Marzo de 2018 • 1.481 Palabras (6 Páginas) • 602 Visitas
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Ahora bien, en el poema de Parménides se habla de los caminos, así el énfasis de su argumento se basa en la unidad del ser, concebida como el camino de la verdad; por lo tanto, se entiende que todo pensamiento de una entidad es, a la vez, pensamiento del ser de dicha entidad. Para Parménides ésta es la revelación que los inmortales dan a los filósofos, ya que, el otro camino, el camino de la apariencia, es el que siguen los seres mortales, que viven en el mundo de la ilusión.
El pasado párrafo tiene mucho que ver con lo que afirma Descartes, este propone, al igual que Parménides, que los sentidos son ilusorios y nos hacen errar, para Descartes debemos ir en busca de la verdad, sin embargo, los sentidos están, constantemente, llenándonos de ideas falsas, lo cual nos imposibilita llegar a la verdad absoluta según Descartes, por lo tanto, relacionándolo con lo anterior, nosotros seguimos el camino de la apariencia, aquí está inscrito lo que el filósofo cartesiano llamó el genio maligno. Tanto en Parménides como en Descartes, no hay una concepción empírica del ser, sino que se trata de un pensar concentrado en el ser mismo.
Por otro lado, Descartes en sus Meditaciones Metafísicas (1984) muestra la realidad objetiva de la idea de Dios: “…lo más perfecto, es decir, lo que contiene en sí más realidad, no puede ser consecuencia y dependencia de lo menos perfecto…” (p.137). Por lo tanto, “…no podría haber en mí la idea de una substancia infinita, siendo yo un ser finito, de no haber sido puesta en mí por una substancia que sea verdaderamente infinita.” (p.141). Parménides relata los caminos a la verdad revelados por una diosa, lo real para los mortales es ser y no ser (aludiendo un poco a Heráclito, quien erra, según Parménides, al afirmar que el ser es y no es), para lo divino el ser lo llena todo y es eterno. Asimismo, establece que si el ser no se pudiera pensar, tampoco se podría llegar a él, debido a que es impensable, por lo tanto, lo mismo es pensar y ser (como mencioné párrafos antes), por lo tanto, sin el pensar no hay ser y sin el ser no es posible pensar.
Ahora bien, personalmente creo que el argumento ontológico de Parménides y de Descartes exige diferenciar dos dimensiones en la identidad entre el ser y el pensar: la dimensión lógica y la dimensión ontológica. El pensamiento humano (finito) no puede pensar todo el pensamiento de Dios o del ser (infinito), ni por vía natural ni por revelación, mientras que en Dios se da una identidad total entre ser y pensar, en la criatura finita (humana) inteligente se da una identidad parcial. Con esto quiero decir que, en la dimensión lógica finita se puede pensar la palabra que indica la cosa, y en la dimensión ontológica finita se puede pensar la cosa misma.
A modo de conclusión, no hay duda que en Parménides el ser se puede identificar con el Espíritu o con Dios, pues es único, eterno, inmóvil, sin principio ni fin. Lo mismo acontece en Descartes. Con el tema de ser y pensar, los argumentos de Parménides nos lleva a relacionar el ser con el pensar, de lo contrario el ser en vez de ser una suficiencia perfecta sería una insuficiencia perfecta e ilógica por su falta de pensar, Descartes nos lo plantea de una manera distinta, llegando a la misma conclusión, utilizando a Dios en lugar de ser, y al ser humano como ente, de manera que podemos estar seguros de que pensamos, eso es innegable, al igual que Dios. El Ser en su suficiencia perfecta y en su dimensión inteligente representa un pensamiento lúcido en lugar de uno turbado y, por lo tanto, perfecto. Este pensamiento perfecto del ser corresponde, necesariamente, a la persona divina, es decir, Dios.
Referencia Bibliográfica
- Descartes, R. y García, M., M. (1984). Discurso del método, Meditaciones metafísicas. Madrid: Espasa-Calpe, 7th ed. (pp. 115-180)
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