Resumen Gorgias

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La posición de Sócrates, en este asunto con Cacicles es antagónica, y cree que, en principio, es la mayoría, la masa social quien debería gobernar la sociedad, aunque en otra parte del texto, también encontramos que habla sobre el gobierno del más sabio, y se centra en un sistema con varios caracteres.

La culminación del diálogo, llega con esta intervención de Calicles, donde se trata cuál es la conducta correcta en la vida de un hombre.

Mediante la narración de un mito sobre el destino de las almas y retomando algunas ideas anteriores, Sócrates concluye que las ideas sobre la manera de vivir y el objetivo que debe perseguir la vida tiene también repercusiones escatológicas, lo que no me parece demasiado esperanzador en mi juicio. Según él debe perseguirse la vida en búsqueda de la virtud; la otra forma de vida, defendida por Calicles, no vale nada.

Juicio critico

Sobre todo y en mi opinión, en este dialogo encontramos tres aspectos relevantes a mi parecer:

-En primer lugar, cabe resaltar que la lectura de este diálogo platónico es muy interesante, no sólo por su temática sino porque es de plena actualidad, y en cierta manera los personajes que intervienen encarnan arquetipos e ideologías de diversa índole que gobiernan las sociedades actuales. De hecho, el pensamiento de Gorgias, Polo y Calicles, especialmente el de este último, pueden recordar la carga ideológica de muchos gobernantes y “supuestos” representantes políticos, intelectuales y personalidades influyentes de nuestro entorno. Particularmente, en el ámbito jurídico, existe un aspecto de contraste que afecta a la profesión de abogado, pues sus herramientas son las palabras, la oratoria y las leyes vigentes para defender a su representado en un pleito.

Al abogado se le presentará siempre un dilema ético si hace lo que dice Sócrates en esta obra. Dado que si obtiene del juez o tribunal una sentencia afín a los intereses de su cliente a sabiendas de una injusticia, como profesional estaría cooperando a través de su retórica en una interpretación y aplicación utilitarista de las normas. Y por otra parte, si el abogado se convierte exclusivamente en moralista, no llevaría casos realmente problemáticos o sustanciales en su despacho, porque nadie confiaría en él si supiera su mandante que prestaría más atención a la justicia general que a sus intereses inmediatos.

-En segundo lugar, en lo referente al plano político y más concretamente en el marco de la política legislativa, se hace efectivamente patente, desde mi punto de vista, que una gran parte de normativas que se han ido aprobando en los últimos tiempos desde los parlamentos de nuestro entorno político (España y Unión Europea), están claramente promovidas e influenciadas por doctrinas ideológicas muy parecidas a las que representan los sofistas del dialogo platónico, e incluso más perniciosas.

El derecho identificado como fuerza sin consideración de justicia, se convierte en un sistema de control social por vía de dominación. Es posible que, por la complejidad y abundancia de las leyes positivas vigentes, la técnica jurídica sea más sibilina y los contenidos de las normas aún más desconocidos para los súbditos. Sin embargo, los efectos de estas transformaciones políticas de las que el derecho es su herramienta más útil son más potentes hoy que antes. El resultado consiste, a mi juicio, en la transformación progresiva de la realidad social conforme a un modelo materialista.

-En tercer lugar, se presenta una dificultad de orden práctico si se piensa en la compatibilidad o no de la felicidad con el hecho de llevar una vida justa, tal como el personaje de Sócrates defiende durante toda la obra. La persona que se condujera de una forma justa sería “peligrosa” para toda estructura de poder, ya que supondría una confrontación permanente con el orden establecido y sus principios ideológicos. El Estado moderno en el que vivimos pretende concedernos la “Paz”. Una paz social que supuestamente ha de garantizar la felicidad de los vasallos. Por eso, el Estado no admite una felicidad basada en la justicia y en la búsqueda de la verdad, pues ello atentaría frontalmente contra los postulados que desde inicios de la Modernidad han justificado la atribución de poderes al Leviatán estatal y su deriva absoluta.