Vision critica de la nueva era.

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“Por Nueva Era se entiende un movimiento que se ha producido principalmente en la naciones industrializadas de occidente, entre personas de clase media y alta que, ante las grandes crisis de supervivencia por las que pasa la humanidad, practican una “Nueva conciencia”. Este movimiento se halla enclavado en parte, dentro de los llamados “Nuevos

movimientos sociales o movimientos alternativos”; está arraigado principalmente entre los adversarios de la energía nuclear y entre los propugnadores de iniciativas en favor de la paz, en los diversos ámbitos de los movimientos ecologistas, en los sectores de la biomedicina alternativa, en el movimiento feminista, en grupos que practican la auto experiencia y en otros movimientos recientes de terapia psicológica como por ejemplo, la psicología transpersonal... este movimiento, sin actos de violencia va extendiendo cada vez más por el mundo occidental una enorme “red” sin organización central, una red que constituye una alternativa a las instituciones existentes, y que está integrada por individuos, grupos, iniciativas y movimientos. Gracias a ella se va superando la antigua “conciencia” del hombre (es decir, su relación fundamental consigo mismo, con los demás, con la naturaleza y el medio ambiente, con la técnica y la ciencia, con el universo, con Dios, con el futuro), y se va introduciendo una nueva conciencia, un nuevo paradigma que regula todas las relaciones del hombre consigo mismo y con el mundo”.[3]

1.2 Orígenes remotos y próximos.

1.2.1 Orígenes remotos.

La Nueva Era es lo más añejo que existe y se dio en los inicios del cristianismo, es el mismo paganismo mezclado con filosofías orientales, ocultismo, masonería. Sus orígenes remotos los podemos ubicar en las siguientes etapas: antecedentes, fundación, consolidación y madurez.

“La etapa de los acontecimientos abarcaría los años 1.920 - 1.940, y estaría ligada al descubrimiento de la religiosidad y cultura oriental que permite abrirse a estudios más profundos de la mente y el espíritu; la etapa de fundación entre los años 1.940 - 1.966, y estaría marcada fuertemente por los estragos de la segunda guerra mundial, resurgiendo el deseo de estructura un nuevo orden y bases para reconstruir la humanidad; la tercera etapa, la de consolidación, entre los años 1.960 - 1.980 hasta nuestros días, cuya manifestación fundamental la constituiría el nuevo paradigma científico, holístico y ecológico unido a varias formas de psicologismo humano”.[4]

De otro lado, la dependencia de la Nueva Era respecto de movimientos del pasado, es indiscutible. Se le asocia especialmente con el gnosticismo, un movimiento filosófico y religioso que se desarrolló con especial vigor en los siglos II y III d.C. El gnosticismo constituyó para el cristianismo una visión absolutamente extraviada del mensaje y por ello un enemigo especialmente peligroso, puesto que, entre otras cosas, fincaba la salvación del hombre en la conquista del conocimiento o gnosis (contra la doctrina cristiana de la salvación por la gracia) y en la realización puramente espiritual al margen de la vida, del cuerpo y de la historia.

El gnosticismo está marcado por un fuerte dualismo: oposición entre la materia, la carne y las pasiones por un lado (pertenecientes al mundo del mal) y el espíritu y el alma, por otro lado.

1.2.2 Orígenes próximos.

En los tiempos modernos podemos dar como orígenes próximos de la Nueva Era los siguientes:

- Masonería, secta diabólica dirigida personalmente por Satanás y cuya finalidad es destruir a Cristo y a su iglesia, pretende trabajar por el bien de la humanidad y la unificación del género humano. Públicamente proclama la libertad, la igualdad y la fraternidad universal.

- Teosofía, del griego theosophía, ciencia de Dios. Es una herejía que se basa en la pretensión de tener un conocimiento directo de la unión con la divinidad prescindiendo de la razón de la fe, sus fines son: la hermandad de todos los pueblos y desarrollar las facultades del hombre.

- Espiritismo, doctrina de los que suponen que por medio del magnetismo animal o de otros modos, pueden ser evocados los espíritus de los muertos para hablar con ellos.

- Orientalismo, defiende y busca la unidad “monismo”, y ofrece medios para alcanzarla: la meditación, el control mental, la fusión con la naturaleza y con la vida mística. Los teóricos de la Nueva Era dan particular importancia a la sabiduría china, entre ellos, la esencia última de la realidad era el “tao”, definido como la base en el simbolismo de los polos opuestos: Yin y Yan.

El Yin (femenino, receptivo, conservador, intuitivo, relacionado con el medio ambiente) y el Yan (masculino, activo, agresivo, creador, egocéntrico, analítico). Los aspectos citados anteriormente constituyen la fundamentación de la Nueva Era.

1.3 ¿Por qué “Nueva Era” hoy?

El ambiente que ha permitido la aparición del fenómeno de la “Nueva Era” está constituido ante todo por la situación del hombre a finales del siglo XX, la angustia creada por los conflictos y los riesgos, la desilusión que ha generado la caída de las ideologías y el fracaso de los sistemas, el deseo de armonía, bienestar, felicidad, seguridad ante el futuro, fraternidad, posibilidad de expresión y de creación.

La “Nueva Era” es un movimiento sincretista en el que se fusionan diversas ideas, aspiraciones y movimientos de índole muy variada, todos tendientes a alcanzar la “nueva espiritualidad” y la “nueva religiosidad” que hagan feliz al hombre y le permitan ser “él mismo”; dicho movimiento es el resultado de una búsqueda angustiosa y permanente de la humanidad por auto comprenderse y alcanzar la perfección.

Algunas de las razones por las cuales muchos cristianos se dejan atraer por este movimiento religioso o para-religioso las expone el Padre K. Burther, a saber:

“En nuestro tiempo las condiciones sociales, políticas y económicas son caóticas. Estas condiciones nos presionan con interminables exigencia frecuentemente sin sentido. Una ideología que lo saca a uno de la objetividad del mundo y deja las responsabilidades reales para que sean definidas a un nivel puramente subjetivo, tiene un atractivo comprensible, si no aceptable. El éxito de la “Nueva Era” hoy puede explicarse porque todos buscamos dar sentido a los sucesos del mundo, y ésta a la vez ofrece vías y respuestas, aunque algunas son frecuentemente extravagantes”.[5]

Muy