Ética discursiva y Educación en valores.

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En la sexta sección llamada Educar en valores en una sociedad democrática y pluralista, La profesora Adela Cortina afirma que es necesario preguntarse sobre qué tipo de educación moral es apropiada para construir una sociedad democrática y sobre qué tipo de democracia se quiere construir. La dificultad del tema radica en que no hay un solo tipo de democracia y tampoco un solo modelo moral y aquí es necesario hacer también la siguiente pregunta ¿qué modelo de educación es menester adoptar para configurar una sociedad que produzca un modelo de hombre deseable? y resume la autora diciendo que la conciencia racional de las instituciones democráticas se componen de valores como la autonomía y la solidaridad, virtudes que la razón instrumental no mira, por lo que la construcción de una sociedad democrática no es posible apoyándose solo en la destreza técnica de los individuos. Una educación moral en más amplio sentido de la palabra moral es necesaria para lograr la autorrealización y con individuos autorrealizados es posible lograr la autonomía y la solidaridad necesarias para una auténtica democracia.

La séptima sección se llama Modos de entender lo moral y trata sobre las diferentes dimensiones filosóficas de reflexión sobre la moral en la vida de los hombres y sobre estas perspectivas la ética ha sacado conclusiones sobre la naturaleza de la moral dando cuenta por lo menos de tres acepciones de ella. La primera dice que la moral puede entenderse como la formación del carácter individual, que lleva a los individuos a adoptar ante la vida un estado de ánimo determinado. La segunda acepción de la moral es aquella que la entiende como una dimensión comunitaria indiscutible ya que la comunidad al nutrirse de valores y tradiciones culturales hace que el individuo aprenda y socialice esos valores en dicha comunidad; la autora relaciona estas comunidades con la comunicación de la ética dialógica discursiva necesaria para el desarrollo moral del individuo, pero la solidaridad universalista y no simplemente grupal es precisa para una auténtica democracia. La tercera acepción está relacionada con un nivel postconvencional de la moral donde a diferencia del nivel convencional el individuo es capaz de distinguir las normas comunitarias de los principios universalistas con los cuales puede incluso criticar las normas de la comunidad misma. La ética universalista tiene que ver con esta acepción y proponen principios legitimadores de normas frente a las tradiciones; para la autora esto es absurdo ya que las éticas universalistas también están enraizadas en tradiciones y dice que una educación moral en una sociedad democrática debe tener en cuenta los anteriores tres niveles.

Como octava sección, la autora propone el título Sociedad democrática y nivel potconvencional en el desarrollo de la conciencia moral y plantea que la educación en una sociedad democrática exige que se tome conciencia de que solo es posible educar desde una conciencia moral que ha entrado al nivel postconvencional de Kohlberg y propone desde la ética del discurso educar desde el procedimentalismo. Esta tarea tiene su sentido pero también sus límites. El sentido que toma el procedimentalismo ético significa reconocer que no hay principios materiales ni principios con contenido, que todos los miembros de una sociedad acepten.

Finalmente en el último capítulo titulado Ética del discurso y educación democrática Adela Cortina manifiesta que la ética del discurso consiste en una transformación de la ética kantiana y que se interpreta en clave dialógica. El paso del formalismo al procedimentalismo supone el paso del monólogo al diálogo, el diálogo entre los sujetos afectados por una norma son base de una ética discursiva, la cual como discurso racional se empeña en hallar la verdad de las proposiciones teóricas y la corrección de las normas prácticas. De esta manera la autora establece una serie de implicaciones entre las cuales se puede nombrar las siguientes: no existen principios éticos materiales; la racionalidad humana y la indoctrinación moral son contrarias; los principios éticos son procedimentales; los afectados han de tomar las decisiones en condiciones de racionalidad; las decisiones sobre la corrección de normas son siempre revisables; las normas morales pierden carácter de absolutez y definitividad; la pérdida de los principios materiales o las normas absolutas es una razón para recordar que no contar con principios dados y normas intocables pone la decisión acerca de la corrección de las normas; El ethos puede ser calificado de dialógico; el principio procedimental de la ética discursiva debe aplicarse para determinar la corrección de las normas morales; el procedimentalismo lleva un conjunto de valores, que nunca ha sido ni es ahora axiológicamente neutral. La autora concluye que es importante sacar los valores entrañados en los procedimientos y con ellos unir la educación con la ciudadanía y el procedimentalismo de las actitudes con la materialidad de esos valores. De esta forma sería el fundamento de un programa educativo en valores donde la riqueza de la ética del discurso sea aprovechada para este fin.

Breve opinión personal:

La filósofa Adela Cortina plantea un aspecto que no pasa desapercibido por muchos académicos y Nietzsche lo visualiza en su texto Sobre el porvenir de nuestras escuelas, y es el problema que la educación utilitarista tiende a anular la enseñanza de valores, la especialización en áreas determinadas que tienen que ver con la tecnología y la enseñanza de técnicas conllevan a un conflicto ético en un mundo globalizado donde el capitalismo es el sistema por excelencia. Como la finalidad es la producción, la educación queda a la merced de lo pragmático, del bienestar económico, del utilitarismo y la moral queda arrinconada como un ente que no tiene importancia en las relaciones sociales, la deshumanización en este sentido es un aspecto que con el tiempo puede llegar a un nivel de degradación que pueda generar una serie de síntomas sociales con funestas consecuencias.

En este sentido la aplicación de una ética fundamentada en principios en un contexto actual y su enseñanza en el sistema educativo es necesaria pero muy difícil, la dificultad de aplicar una educación en valores en el mundo actual donde precisamente no importa la moral sino la productividad es un tema que la filosofía estudia pero que como lo dice Adela Cortina si la moral está en el ser humano y está enraizada en él y la ética es aplicada a los diferentes ámbitos sociales entonces la interdisciplinariedad está presente y su enseñanza es necesaria como ética cívica en la educación.

Bibliografía: