América en el siglo XVIII Ideas revolucionaras en América
Enviado por Rebecca • 10 de Junio de 2018 • 2.022 Palabras (9 Páginas) • 402 Visitas
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En 1802, Napoleón Bonaparte envió una flota con 58.000 hombres para someter a los antiguos esclavos. Saint Domingue (Haití) era la colonia más rica del mundo y sus aportes a Francia eran necesarios para la conquista de Europa.
Toussaint fue capturado; de inmediato se restableció la esclavitud y se inicio la guerra contra Francia. Hacia finales de 1803 las tropas francesas fueron derrotadas. El 4 de enero de 1804 fue proclamada la independencia de Haití, mientras que la otra mitad de la isla quedo bajo el dominio de los franceses hasta 1809.
Rebeliones latinoamericanas
Situación de las colonias
Desde su conquista y colonización en el siglo XVI, la política de las colonias españolas en América había estado dirigida por un aparato jurídico y administrativo centralizado por la Corona. Los problemas eran tratados y solucionados por el Consejo de Indias. La iglesia controlaba la educación y además era dueña de innumerables propiedades; al igual que el estado, se mantenía de las contribuciones, tributos y donaciones que obtenían de los americanos.
México, Centroamérica y Suramérica constituían una región económicamente aislada, dado el exceso de proteccionismo de metrópolis.
En las colonias hispanoamericanas existían marcadas distinciones raciales, las cuales se proyectaban en la estructura social y la distribución de la riqueza. La mayoría de la población estaba conformada por indígenas, negros y mulatos, que trabajaban en las haciendas, minas y manufacturas, mientras que los criollos y mestizos, llamados también pardos, tenían una mejor situación social: eran dueños de las haciendas, fincas y minas; realizaban trabajos artesanales, ocupaban cargos religiosos y civiles menores, tenían acceso a las universidades y controlaban el comercio.
Los blancos peninsulares fueron el grupo minoritario que controlaban los altos cargos políticos, religiosos y económicos.
Las colonias tenían intensa actividad comercial: exportaban grandes cantidades de materia prima, como azúcar, café, cacao, cueros, tabaco, entre otros. La actividad minera era la más importante. A mediados del siglo XVIII, la Corona aplico en América una serie de reformas con el fin de la metrópolis.
Estas medidas resultaron perjudiciales a sus intereses; fue entonces cuando se comenzaron a organizar rebeliones que tuvieron como principal causa los nuevos impuestos.
La insurrección de Cochabamba
En 1730, Alejo Calatayud, en Cochabamba, se rebelo contra la tributación impuesta a los mestizos e indígenas. Aunque se estableció el pago de tributos a todos los sectores sociales, este recaía más sobre los indígenas. En un intento por equiparar estos gastos, el gobierno español determino que los indios y mestizos debían pagar lo mismo. La acción de las autoridades puso de manifiesto las diferencias sociales entre indios y mestizos; por esta razón, los mestizos urbanos se alzaron contra el tributo.
Los comuneros de Paraguay
A mediado del siglo XVIII, se difundió entre los criollos la idea de la soberanía popular. A los partidarios de este principio se les llamaba “comuneros”. En 1764 los comuneros de corrientes se negaron a obedecer la orden del gobernador y pidieron su destitución. Las autoridades nombraron nuevos funcionarios con los que tampoco estuvieron de acuerdo, por lo que fueron reemplazados.
La rebelión de Túpac Amaru II
El siglo XVIII fue un ciclo de crisis, dificultades, perdida de la hegemonía y rebeliones para la colonia del Perú. Para este proceso histórico influyeron la lenta pero perceptible recuperación de la población india y mestiza, la desmembración del Virreinato del Perú, que dio origen a otros virreinatos como el Virreinato de Nueva Granada y el Virreinato del Rió de la Plata, el malestar causado por la intensificación de la opresión colonial, la decadencia de la producción minera en Potosí que cayó al 30 % respecto al siglo XVI y una nueva atmósfera intelectual, resultado de la influencia de la Ilustración y de fenómenos de trascendencia universal como la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa.
El establecimiento del libre comercio limitado, mermo la importancia de Lima y el Callao, la supresión de las encomiendas empobreció a la nobleza virreinal, y el Estado colonial se militarizo, dando preferencia en el gobierno del Virreinato del Perú a los militares de carrera que pudieran enfrentar los nuevos “tiempos revueltos” que se aproximaban. La rebelión de Túpac Amaru II se inscribe dentro de este proceso de cambios y acusado descontento
Levantamiento de los comuneros
El 16 de marzo de 1781, en la población de Socorro inició una de las sublevaciones más importantes contra el poder virreinal en la historia de la Nueva Granada. El motivo de la protesta eran las nuevas reformas administrativas y económicas implementadas por la corona española, bajo el control de los Borbones. En particular, fue determinante un incremento en los impuestos al tabaco, al aguardiente y los relacionados con salida y entrada de bienes al virreinato, para mejorar el recaudo en general de sus colonias.
La revuelta, iniciada por Manuela Beltrán, pronto se esparció por poblaciones vecinas, y se convirtió en un movimiento armado que llegaría hasta las puertas de la misma Santa Fe. Este movimiento se organizó en una junta, llamada la junta del "común", de la cual saldría el nombre de "comuneros" para los miembros de la revuelta.
Asustado, el Virrey envió a negociar al entonces arzobispo de Santa fe, Antonio Caballero y Góngora, quien lograría un acuerdo con los rebeldes, comprometiéndose a que el gobierno eliminaría la mayoría de los impuestos, a cambio de que detuvieran su avance hacia la capital.
Sin embargo, el gobierno virreinal traicionaría a los comuneros y apenas estos se dispersaron, derogó los acuerdos a los que se había llegado. Los líderes de la revuelta fueron capturados, enviados a prisión, trabajos forzados o ejecutados.
Esta revuelta es de suma importancia en la historia de la Nueva Granada por varias razones. Por un lado, aunque no buscaba ni mucho menos una independencia de España, sí marca un punto de descontento hacia muchas de las reformas económicas llevadas a cabo por los Borbones. Este descontento se terminaría convirtiendo a la postre en una de las causas de la Independencia.
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