Arte y Cultura Contemporánea
Enviado por Stella • 28 de Marzo de 2018 • 1.242 Palabras (5 Páginas) • 422 Visitas
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Este cuadro fue realizado en el verano de 1909 a la vuelta de la cuarta exposición internacional de Sorolla a comienzos de ese mismo año en varias ciudades de Estados Unidos. El éxito que alcanzó en la ciudad de Nueva York se aprecia en el vitalismo y gran colorido de esta obra. Es difícil su clasificación estilística, aunque la mayoría de autores la sitúa en el postimpresionismo español, debido al tipo de pincelada suelta, la luz, el color y el movimiento que transmite la obra.
Paseo a orillas del mar ha permanecido en el estudio del pintor en Madrid desde el año 1911, convertido en Museo Sorolla desde 1932.
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1916
[pic 4]
Nombre de la obra: La bata rosa
Óleo sobre lienzo
Iconográfico: La escena refleja una escena cotidiana dentro de una caseta cerca de la orilla de la playa. Una mujer mayor ayuda a otra más joven a quitarse su bata de baño aún mojada. Las siluetas de las mujeres recortadas a contraluz, los pliegues de sus ropas que recuerdan los "paños mojados" de las esculturas griegas y los cuerpos de rotundas formas en una pose que trae a la memoria las figuras de las Tres Gracias, confieren al trabajo la dignidad de una obra de la Grecia Clásica.
La luz que todo lo inunda entra del exterior entre el cañizo, por las aberturas del techo, se filtra entre las telas, se refleja en las túnicas blancas e ilumina el cobertizo y a las mujeres en todas sus modalidades. Contraluz, luz reflejada, directa, filtrada, natural, todas las variantes de la luz son plasmadas por Sorolla en este lienzo a base de brochazos rápidos, certeros y fugaces que parecen querer retener la efímera luminosidad del momento.
Iconológico: Las batas rosas eran frecuentes en las playas valencianas de finales del siglo XIX principios del XX. Era costumbre que los hijos de obreros y pescadores se bañaran desnudos hasta los cuatro o cinco años edad en la que, aunque los niños seguían bañándose desnudos hasta la adolescencia, las niñas lo hacían vistiendo una bata rosa o blanca.
Sorolla pintó varios lienzos con esta misma temática pero quizás sea en este trabajo de 1916, una de sus obras maestras, donde el artista alcanza su mayor madurez afianzándose plenamente como el "pintor de la luz".
Otra importante faceta que desarrolló en aquellos años fue la de retratista. Posaron para él personajes como Cajal, Galdós, Machado, su paisano Vicente Blasco Ibáñez, o políticos como Emilio Castelar, el rey Alfonso XIII, el presidente William Howard Taft, además de una buena colección de retratos de su familia y algunos autorretratos.
En 1914 había sido nombrado académico, y cuando terminó los trabajos para la Hispanic Society, trabajó como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. En 1920, mientras pintaba en el jardín de su casa uno de los muchos tediosos retratos a los que se comprometía (el de la mujer de Ramón Pérez de Ayala), sufrió una hemiplejia que mermó sus facultades físicas, impidiéndole seguir pintando. Murió tres años después en su residencia veraniega de Cercedilla el 10 de agosto de 1923.
Más tarde, su casa de Madrid fue reabierta como Museo Sorolla. Su principal discípulo fue Teodoro Andreu.
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