Carta del jefe piel roja Seattle al presidente de EE.UU

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Acaso esos pueblos que viven más en contacto con la naturaleza, con los bosques, las montañas, las praderas, el río, el mar, el viento y las estrellas, han sido capaces de sentirla con más profundidad que los habitantes de una ciudad más tecnológica. El jefe piel roja fue un hombre que vivió en la naturaleza y que fue capaz de amar y respetar al sistema que le dio la vida y capaz de ofrecer una gran lección al Presidente de los Estados Unidos y a su gobierno. Una lección que nadie considero, pero que esta presente como testimonio de que una forma más primitiva de ver las cosas, es más profunda y más humana que el evolucionado pensamiento tecnológico del ser humano urbano.

Hemos sido y somos parte de la tierra, nuestro planeta; pero hemos faltado el respeto a todo un sistema que nos dio la vida. Llego el momento de cambiar, seamos capaces de reconocer, asumir y confrontar nuestros errores, saquemos la basura debajo de la cama y pongámosla donde es debido, por nosotros, por nuestras generaciones venideras, por el solo hecho de respetar las condiciones únicas que nos dieron la vida. Cabe redundar que somos parte de la tierra; pero hagamos que la tierra sea parte de nosotros.

SOLUCION:

El presidente de los Estados Unidos debió reconocer la soberanía del, pueblo de los pieles roja sobre su tierra sin crear en ellos el temor de arrebatársela.

CONCLUSIONES:

El jefe piel roja demuestra una admirable y sabia concepción de la tierra, considerándola como sagrada como el mayor y mejor bien que se puede poner y por ello debe ser conservada y respetada.

El hombre blanco no ha comprendido el verdadero valor que tiene la tierra por el contrario contribuye a su constante destrucción generando que la vida se termine y el hombre empiece a sobrevivir