Conociendo a Frida. Entrevista con Alejandra Marín Medero
Enviado por Rimma • 24 de Octubre de 2018 • 1.679 Palabras (7 Páginas) • 379 Visitas
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A pesar de las aventuras de Diego con otras mujeres, y de mis infidelidades, la pareja lograba complementarse en muchos aspectos.
Los trajes tradicionales mexicanos, consistentes en largos vestidos de colores y joyería exótica que vestía, se convirtieron, junto a mi semblante cejijunto, en mi imagen de marca. Él amaba su pintura y fue también mi mayor admirador. Yo, por mi parte, fui la mayor crítica de Diego.
¿Qué significa la pintura para usted?
Mi pintura lleva con ella el mensaje del dolor. La pintura ha completado y acompañado mi vida.
¿Considera que sus pinturas tienen algo de surrealismo?
En 1939, expuse mis pinturas en Francia, gracias a una invitación de mi amigo, André Breton, quien intentó convencerme de que eran «surrealistas», pero yo nunca he pintado cosas fuera de la realidad, ni pinto sueños o pesadillas. Pinto mi propia realidad y reflejo a lo lejos el sufrimiento del mundo.
¿Cuál es la razón por la que pinta tantos autorretratos?
Pinto autorretratos porque estoy mucho tiempo sola y me observo en el espejo; nunca espero quedar perfecta porque nadie es perfecto.
¿Qué experiencias vivió durante su época en EUA?
A mi esposo le surgieron encargos en el país vecino, trasladando nuestra residencia allí entre 1931 y 1934 y pasando la mayor parte del tiempo en Nueva York y Detroit.
En abril pinte Aparador en una calle de Detroit muy influenciada por Giorgio de Chirico. Se volvió una crítica con la forma de vida estadounidense y lo deje reflejado en mis pinturas de entonces. En agosto de 1932 contemple un eclipse solar, por lo que incorpore a algunos de mis cuadros el dualismo noche y día, convirtiéndose en un elemento iconográfico frecuente y recurrente de mi obra.
¿Pinto alguna otra obra de arte estando en ese país?
Encontrándome en esta ciudad, sufrí otro aborto. Durante mi recuperación pinte mi autorretrato Aborto en Detroit, realizado en un estilo más penetrante, inspirado en los pequeños cuadros votivos del arte popular mexicano que recibían el nombre de retablos. Esta pintura era totalmente independiente de lo que hacía mi esposo. El, consciente del valor de la obra y de este periodo, decía: «ella empieza a trabajar en una serie de obras maestras sin precedentes en la historia del arte, pinturas que exaltaban la cualidad femenina de la verdad, la realidad, la crueldad y la pena. Nunca antes una mujer había puesto semejante atormentada poesía sobre la tela como Frida en esta época de Detroit «.
¿Cómo fue su reconocimiento artístico?
Después del divorcio, continuamos compartiendo gran parte de la vida social, artística y política que nos unía. Llegue en septiembre a San Francisco y solo dos meses más tarde, decidimos volver a casarnos. El nuevo acuerdo amistoso consistía en vivir juntos, compartir los gastos, continuar con la colaboración artística y excluir de su relación la vida sexual de pareja.
Durante estos años, el reconocimiento artístico a mi obra se fue incrementando, especialmente en EE. UU. Participe en importantes exposiciones colectivas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston y en el Museo de Arte de Filadelfia.
A partir de 1943 di clases en la escuela La Esmeralda de México, D. F..
En 1950 fui ser hospitalizada en Ciudad de México permaneciendo en el hospital un año.
¿Cómo fue el proceso del divorcio con Rivera?
El 6 de noviembre de 1939, nos divorciamos tras una serie de infidelidades, donde el asunto más doloroso para mí fue la relación entre Diego y mi hermana. regrese temporalmente a mi casa de Coyoacán. Fue un período de ánimo depresivo en el que consumí alcohol como manera de aliviar mis sufrimientos físicos y psicológicos. Hubo dos producciones pictóricas importantes en mi período de separación: Las dos Fridas y Dos desnudos en un bosque. El 24 de mayo de 1940 se produjo el primer atentado fallido de Siqueiros contra Trotsky, a raíz del cual se realizó un allanamiento en la Casa Azul y yo estuvo detenida por la policía durante algunas horas.
¿Le ha pasado por la mente por qué nunca ha dejado a Diego Rivera?
Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego y por qué no lo dejo. No quiero que nada lo hiera, que nada lo moleste y le quite energía que él necesita para vivir, vivir como a él le dé la gana, Pintar, ver amar, comer, dormir, sentirse solo, sentirse acompañado; pero nunca quisiera que estuviera triste. Si yo tuviera salud quisiera dársela toda, si yo tuviera juventud- toda la podría tomar.
¿Alguna vez cree que dejará de sufrir y veremos plasmada una Frida que pinte lo alegre que tiene la vida deje de sufrir?
Acorazar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore y destruya desde adentro. He intentado hundir mis sufrimientos y sentimientos feos, pero ellos aprendieron adaptarse junto a mi pintura, que muestra la realidad de mi vida, sobre todo mi vida amorosa y mis problemas físicos.
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