Costos de Vida en Venezuela del siglo XIX

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En cuanto a los casos de Perú y México, con rebeliones más fuertes y articuladas, indica el autor que no fueron casos aislados, sino ejemplos extremos de algo común en todos los procesos de emancipación; a excepción de Cuba donde el paso al liberalismo fue tranquilo a razón de su aislamiento de lo que ocurría en España, además de haber sido reprimida toda idea rebelde por la fuerza y la violencia.

La tercera idea analizada es la de la construcción de las naciones que inició con la ruptura de las colonias con España la cual significó una crisis para ambas partes. En el caso de las colonias surgieron problemas de diversa índole que complicaron la formación de las naciones, las colonias emancipadas debieron lidiar con los problemas de límites territoriales no bien definidos pero que al definirse provocaron un desequilibrio social y económico en los diferentes territorios como Quito y Guayaquil, además de tener que lidiar con las tensiones entre federalismo, centralismo y secesión en el caso mexicano, el fracaso para la formación de Centroamérica o la articulación de los de Perú, Argentina o Colombia, como indica el autor. Fontana señala que la cuestión de integración social fue el principal problema que frenaba la construcción de las naciones, pues el indio no había logrado realmente esa emancipación y reivindicación al apoyar las guerras de independencia, pues el poder había caído en las mismas manos que antes estuvieron a la cabeza durante la colonia. El autor resalta también que en los estudios sobre la participación de las masas populares se niega que éstas tuvieron sus propios objetivos para participar en las guerras independentistas, “con el fin de mantener la suposición de una unanimidad inexistente” además de marginarlos del relato.

La actuación de las masas populares, de acuerdo al artículo, es olvidada por la historiografía oficial, olvidando así que en la difícil construcción de las naciones en las primeras décadas de independencia también hubo una importante actuación de los campesinos, indígenas, gremios que se rebelaban a las élites dirigentes, y hasta hubieron en Perú guerrilleros que formaron su propia federación independiente que sobrevivió casi veinte años.

En general, el artículo es un importante aporte sobre los discursos historiográficos sobre los procesos independentistas en América Latina, gracias a su análisis de fuentes y reflexión sobre los debates en cuanto a la formación de las naciones y la relación con los actores sociales, sobre todo en cuanto a la participación de las masa populares y el acento en que éstas tenían sus propios objetivos, cosa que, aclara el autor, la historiografía oficial niega. Es así que este artículo puede servir como un gran panorama para quienes estemos iniciando el estudio y análisis del tema de las independencias y no verlas como un solo movimiento unánime de los actores sociales, que no tuvo ni contradicciones, ni graves consecuencias o rebeliones tras las independencias de las colonias españolas.

Rosario Gómez Cárdenas

Universidad Mayor de San Andrés