Del caudillo al maximato resumen capitulo 2 libro a la sombra de la revolucion mexicana
Enviado por Stella • 27 de Diciembre de 2018 • 6.369 Palabras (26 Páginas) • 1.858 Visitas
...
La sombra de Washington:
La revolución mexicana tuvo un impacto decisivo en el ámbito interno y trastoco también las relaciones exteriores de México. Desde luego los efectos más notables y peligrosos fueron en las relaciones con las grandes potencias, en particular con Estados Unidos, y en las ligas de México con los países norteamericanos. La constitución de 1917 en particular su artículo 27 pendía como una espada sobre las propiedades agrícolas y petroleras de los extranjeros, pues abría las posibilidades a su expropiación o nacionalización. Al desaparecer Carranza, el gobierno de Washington considero que se abría una excelente oportunidad para replantear todas sus quejas contra México.
El primer paso fue declarar que Adolfo de la Huerta llego al poder de manera institucional y retirar el conocimiento que con tantos titubeos había logrado el gobierno de Carranza. Las relaciones oficiales entre los gobiernos Washington y México quedaron suspendidas. Otras naciones europeas y latinoamericanas imitaron la conducta de Estados Unidos. En mayo de 1920 México volvió a quedar formalmente aislado de los principales centros de decisión mundial.
En mayo de 1921, el gobierno norteamericano propuso a Obregón la firma de un tratado de ´´Amistad y Comercio´´ el proyecto incluía garantías contra la nacionalización, la no aplicación retroactiva de las clausuras de la constitución de 1917, el reconocimiento de los derechos mineros y petroleros adquiridos por ciudadanos norteamericanos, así como el pago de todas las propiedades norteamericanas tomadas a partir de 1910.
La posición de Washington era políticamente inaceptable para Obregón porque la firma del tratado pondría en entredicho la soberanía nacional y la esencia misma de la revolución. Obregón opto por satisfacer en la medida de lo posible las demandas norteamericanas e insistió que solo negociaría en un acuerdo formal como el que se le pedía si antes se le otorgaba un reconocimiento incondicional. El gobierno norteamericano se negó: tenía todas las buenas cartas en la mano y no veía razón para no jugarlas a fondo.
La rebelión conciliadora:
El impasse en las relaciones entre ambos países se mantuvo hasta 1923. Ninguna de las partes cedió en sus posiciones originales, pese a que algunas potencias europeas se impacientaron con Estados Unidos, pues al bloquear sus relaciones con México les impedían tener en ese país la representación adecuada para velar por sus intereses. Para evitar una mayor crisis Obregón consiguió que la suprema corte dictaminara que la legislación que nacionalizaba el petróleo no podía ser aplicada a las propiedades adquiridas por las grandes empresas extranjeras andes de 1917. En 1922 envió a Nueva York a su secretario de hacienda Adolfo de la Huerta para que negociara con los banqueros el acuerdo sobre los términos en que México pagaría su deuda externa.
Las famosas´´ Conferencias de Bucareli´´ tuvieron un lugar entre mayo y agosto de 1923 y su resultado fue no un tratado, sino un acuerdo entre los representantes presidenciales. México se comprometía a pagar al contado toda expropiación agraria mayor de 1,755 hectáreas que afectara a ciudadanos norteamericanos, a cambio Estados Unidos aceptaba el pago en bonos agrarios de toda menor de esa superficie. Obregón logro justo a tiempo restablcer la comunicación con Washington justo a tiempo, pues a los pocos meses tuvo que hacer frente a una rebelión de una parte sustantiva del ejército. Necesito apoyo de Estados Unidos con armamento. El líder rebelde, De la Huerta, consiente de la influencia estadounidense procuro no dañar los interese políticos y materiales de los norteamericanos y mando un representante con Washington para que Estados Unidos se mantuviera neutral. Pero Washington no estaba dispuesto a reabrir su controversia con México y apoyo a Obregón. Al final, cuando la situación de la rebelión era desesperada, De la Huerta saco como bandera el antiimperialismo, acusando a Obregón de haber dañado la soberanía mexicana con los acuerdos de Bucareli, de poco le sirvió este cambio de política y no fue posible evitar la derrota.
La cristiada:
Eliminada la oposición delahuertista y disciplinado el ejército, el general Plutarco Elías Calles realizó su campaña presidencial; fue declarado triunfador y asumió el cargo el 1 de diciembre de 1924. Pero en la oleada del equilibrio catastrófico, tampoco Calles pudo gobernar en paz. Tuvo que hacer frente a una rebelión cristera en parte provocada por él que estallo en 1926, como secuela de una virulenta disputa entre el gobierno federal y las altas autoridades de la iglesia católica. El 31 de julio de 1926 fueron suspendidos los cultos católicos en la república mexicana. El arzobispo Mora y del Río ratifico públicamente en el diario el universal unas declaraciones hechas nueve años antes en el sentido de que la iglesia resistiría cualquier intento de aplicar los artículos anti eclesiásticos de la constitución de 1917.
La respuesta de la jerarquía y de los católicos fue fundar la liga nacional de la defensa religiosa, un organismo que condensaba la irritabilidad de los católicos urbanos y repetía en sus manifestaciones, proclamas y consignas, lo que la jerarquía soltaba en sus cartas pastorales, sus mensajes diocesanos y en los pulpitos de todo el país. La liga promovió entonces entre los católicos un boicot contra el gobierno para crear una crisis económica; debían limitarse las compras a lo indispensable, no debían comprarse periódicos contrarios a la liga, ni billetes de lotería, ni asistir a teatros, bailes o a escuelas laicas. El 25 de julio con una pastoral conjunta, aprobada por el papa Pío XI, anunciando su decisión de suspender el culto católico en las iglesias de México dado que la hostilidad gubernamental hacía imposible mantenerlo.
El congreso o las armas:
Por primera vez en siglos no hubo servicios religiosos en México. Calles aceptó la situación como una bienvenida coyuntura, favorable a la desfanatizacion. Los cristeros se levantaron porque a su juicio el gobierno hacía imposible la vida de su iglesia. El origen histórico es, sin embargo, más remoto, remite a los antiguos conflictos del regalismo, el tema del poder secular en pugna con el eclesiástico. La guerra cristera del México revolucionario expresaba del modo más violento la lucha de un liderato revolucionario crecido en la tradición liberal y en los hábitos laicos del norte de México, contra las tradiciones viejas de las regiones católicas del occidente, el Bajío y el centro del país.
En
...