EL ARTE DE LA EDAD MEDIA

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- Arte gótico

La austeridad y la concepción del arte cisterciense no fue suficiente, y casi al mismo tiempo el abad Suger trazaba en París los esbozos del arte gótico, por tanto a mitad del siglo XII, coinciden un arte románico ya maduro con la revolución cisterciense y los primeros pasos del arte gótico. En el Románico también se construyeron catedrales, que fueron sustituidas por catedrales góticas. Por este motivo ka arquitectura del Románico está más emparentada con un ámbito rural. Por otro lado, la catedral es una iglesia que representa el poder del obispo en las ciudades, muchas de ellas en bajo crecimiento demográfico durante la baja Edad Media. Por lo tanto, la catedral es una iglesia urbana. Tanto así que la silueta de muchas catedrales góticas forma parte del paisaje actual de muchas de nuestras ciudades.

Gran parte de la arquitectura gótica de las catedrales gira en torno a la luz, una luz divina que, al filtrarse a través del colorido de las vidrieras, inunda y unifica el interior del edificio. A partir de esto, el abad Surger ideó un programa arquitectónico que permitiese adelgazar el grosor y el peso de los muros. Para ello tuvo que alterar los sistemas de soporte, sustituyendo la bóveda de crucería, más apuntada y más ligera, y que al mismo tiempo, repartía mejor las presiones de los muros. Estos recursos arquitectónicos permitieron a las catedrales ganar en tamaño, hasta que en el año 1272 la nave de la catedral Beauvais se alzó hasta una altura de 48 metros. Doce años más tarde, el techo se hundió, demostrando así que la arquitectura gótica tenía un límite.

La iconografía en el arte Gótico cambia sustancialmente, tanto en escultura como en pintura. Por ejemplo, el Cristo triunfante del Románico, irreal, de otro mundo, es sustituido por un Cristo más terrenal, humano, que incluso puede sufrir como cualquier mortal. Por otro lado, la temática religiosa se amplía e incorpora nuevos pasajes como la Crucifixión, que podemos encontrar en la fachada principal de la catedral de Reims, o la Coronación de la Virgen, que puede contemplarse en la catedral de Senlis. De todas maneras, en Italia se asistió a una agresiva liberación de la escultura del marco arquitectónico, en parte gracias a la labor de Nicola Pisano, quien imprimió un formato diferente de sus trabajos, más acordes con las formas más amables del pasado clásico que con la dureza del Gótico.

La labor de Nicola Pisano fue el primer aviso de modernidad que llegaría desde Italia. Y el segundo aviso de la modernidad llegó con la pintura italiana del siglo XIV, más conocida como Trecento, en la que destacó la figura de Giotto. Fue éste artista florentino, avanzado a su tiempo, quien empezó a desenmascarar las limitaciones de la pintura gótica, caracterizada por sus desórdenes compositivos y especiales, sus incongruencias anatómicas y la poca expresividad de los personajes representados. Giotto, con todas las innovaciones mostradas en los muros de la capilla Scrovegni, en Padua, anticipa la pintura moderna del Renacimiento a pesar de encontrarse todavía en la Edad Media.

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