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EL CICLO ECONÓMICO CAPITALISTA. ALTERNATIVAS DE POLÍTICA ECONÓMICA ANTE LAS RECESIONES

Enviado por   •  31 de Diciembre de 2018  •  5.538 Palabras (23 Páginas)  •  302 Visitas

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¿Y por qué se agota la fase expansiva? Por pura limitación física. Los nuevos productos se difunden hasta que alcanzan su máxima expansión. Al principio, solo el ejército y determinados centros de investigación americanos utilizaban Internet, de allí pasó a las grandes corporaciones, hasta alcanzar finalmente a los consumidores en general y a las empresas de todos los tamaños. Podemos decir entonces que el potencial que tenía Internet como fuente de productividad y como bien de consumo se ha agotado o al menos ha agotado la fase de crecimiento explosivo para pasar a otra fase de crecimiento más lento, orgánico.

Es necesario por tanto encontrar nuevos productos y sectores que cojan el relevo de las tecnologías de la información y la comunicación. Cuando Barack Obama accedió a la presidencia de los EEUU colocó el fomento de las energías renovables en el primer lugar de su agenda política. Afirmaba con razón que el modelo energético basado en los combustibles fósiles estaba llegado a su límite, tanto porque las reservas de petróleo y gas se van a agotar muy deprisa al ritmo actual de consumo, como porque ya se ha agotado la capacidad de la biosfera para asimilar más CO2 del que estos combustibles lanzan a la atmósfera. La apuesta por las energías renovables, por tanto, tenía (y tiene) un sentido económico claro: necesitamos un nuevo modelo energético porque el actual no es sostenible. Pero además, las renovables al difundirse capilarmente por toda la economía (paneles solares en todos los edificios, coches eléctricos) pueden ser también justo lo que necesitamos para entrar en una fase expansiva de la onda larga.

Ciclos medios

El comportamiento cíclico a medio plazo se asocia desde el siglo pasado (Juglar) con la dinámica de inversión de las empresas. Las estadísticas demuestran que las empresas concentran su inversión en determinados momentos y el aumento de las tasas de inversión es lo que lleva a la producción (PIB) a crecer por encima de la media.

Tienen una duración que puede ir desde los tres hasta los quince años, es decir que la “euforia inversora” puede desencadenarse de nuevo con sólo haber transcurrido 3 años desde el anterior pico, aunque también se puede prolongar mucho más tiempo. La explicación de por qué las empresas aumentan su ritmo inversor no está exenta de controversia, pero debemos a Keynes[5] la teoría más comúnmente admitida y con mayor capacidad de influencia intelectual y política.

El argumento de Keynes sobre el ciclo económico es, expresado de manera simplificada, el siguiente:

- Los agentes en la economía privada deciden en función de sus expectativas sobre la marcha de la economía en general y su situación económica particular. Las empresas invertirán si consideran que la demanda de su producto es superior a la oferta que pueden poner en el mercado dada su capacidad presente. Los consumidores por su parte consumirán siempre que tengan confianza en que no va a disminuir su renta disponible en el futuro.

- Pero sucede que:

- los agentes actúan de manera no coordinada. Es decir, en un sistema de mercado, la empresa A no tiene en cuenta lo que produce la empresa B de su mismo sector, o al menos, no del mismo modo que si la cantidad que debe producirse de determinado bien se estableciera por una autoridad central.

- Los agentes, no sólo tienen en cuenta la situación presente, los precios de intercambio actuales, sino también lo que se espera que suceda en el futuro. Pueden esperar sin comprar o sin vender, a la espera de precios que les beneficien.

Con estas premisas no se garantiza que el resultado de la suma de todas las decisiones individuales por el lado de la demanda y de la oferta, sea una situación de equilibrio en el que se vacíen los mercados a los precios dados (no se cumple la ley de Say[6]).

- Más concretamente:

3.1 Los empresarios en una fase de expansión de la economía tienen magníficas expectativas sobre la demanda, por lo que invierten en aumentar su capacidad productiva: nuevas naves industriales, nuevas máquinas.

3.2 Al sumarse las inversiones de todos los optimistas empresarios, se genera un exceso de oferta que la demanda no puede absorber.

3.3 Los empresarios se ven obligados a reducir sus producciones individuales porque no tienen salida en el mercado. En esta situación, prescinden del único factor productivo que tiene carácter variable, despidiendo a los trabajadores (si intentan vender las máquinas, ninguna otra empresa se la compraría ya que está en su misma situación).

3.4 En un entorno de despidos masivos, las expectativas de las familias cambian respecto a la posibilidad de disponer del mismo nivel de renta en el futuro, por lo que reducen el consumo y ahorran.

3.5 El ahorro se canaliza a través del sistema bancario hacia la inversión de las empresas, pero éstas no lo utilizan por muy bajo que caiga el tipo de interés porque tiene exceso de capacidad productiva.

3.6 El resultado es un depresión económica de la que solo se saldrá cuando oferta y demanda vuelvan a encontrare a un nivel mucho más bajo (cuando la capacidad productiva de las nuevas máquinas decaiga por obsolescencia y porque habrá empresas que, incluso, acabarán cerrando), momento en el que arrancará una nueva fase expansiva del ciclo.

Keynes ve en esta modalidad de ciclo económico, el espacio adecuado para justificar la intervención del Estado en la economía en los términos que veremos a continuación, dentro del contexto histórico de la Gran Depresión de la década de 1930.

- La crisis de los años 30. Keynes y las políticas de demanda.

- La solución de Keynes para minimizar el impacto de las crisis cíclicas. Multiplicador del gasto público y estabilizadores automáticos.

El keynesianismo propone que, en las fases depresivas, el exceso de producción lo absorba el Gasto Público de dos formas:

- Consumo e inversión pública, que se traduce en demanda para las empresas, lo que mantiene el empleo y con ello las expectativas de las familias y su propio nivel de consumo.

- Y, para mantener, del mismo modo, el consumo de las familias, transferencias directas en forma, por ejemplo, de prestaciones por desempleo.

Estas medidas generarán necesariamente déficit público de forma coyuntural que se compensará con el superávit generado

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