Economía “Crisis asiática de 1997”
Enviado por klimbo3445 • 30 de Noviembre de 2018 • 6.498 Palabras (26 Páginas) • 277 Visitas
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NAFTA (North American Free Trade Agreement): en español; Tratado de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN.
IPC: índice de precios al consumidor
Ingresos Fiscales: Son todos los recursos monetarios que percibe el Estado a través de la aplicación de las leyes que sustentan el cobro de los impuestos, tasas, recargos, etc.
COPOM: Comité de Política Monetaria
Divisas: se refiere a toda moneda utilizada en una región o país ajeno a su lugar de origen.
Volatilidad: cambios del precio de un activo o de un tipo.
TC: tipo de cambio
RICHI ESTO LO HIZO LA BARBARA SON HASTA 4 PAGINAS
Resultado de la Investigación
Crisis asiática
La crisis asiática surgió en Tailandia a mediados de 1997 y fue la segunda con efectos sistemáticos del modelo de globalización financiera promovido desde los años ochenta, cuando en la gran mayoría de los países, tanto centrales como periféricos, se pusieron en práctica procesos de liberalización y desregulación económica y financiera. Como en el caso de la primera crisis del modelo (la de México en 1994 y 1995), la asiática respondió a los efectos desestabilizadores de los flujos privados internacionales de capital. Se trató de una crisis de deuda-deflación que puso fin al largo ciclo de expansión en la zona que prolongó hasta la década de los noventa.
Como antes en México, y al igual que en Rusia y Brasil, la crisis asiática fue impulsada, agudizada y amplificada por un sistema monetario y financiero internacional pragmático, sin reglas claras y explícitas, con base en el financiamiento de los desequilibrios externos por medio de flujos foráneos de capital mayoritariamente especulativo. Esta crisis no fue, como postulan los organismos internacionales, el "costo del aprendizaje de la globalización", sino que representó un nuevo cuestionamiento del modelo globalizador neoliberal y su patrón de financiamiento.
Las crisis asiática, rusa y brasileña demostraron que cuando los operadores financieros globalizados consideran que los desequilibrios provocados en gran medida por la propia operación de sus capitales (déficit en las cuentas corrientes, sobrevaluación de las monedas, endeudamiento externo de corto plazo) ya no son sostenibles, inician los ataques especulativos contra las monedas y causan la estampida de capitales, con un efecto de dominó en los mercados de otros países en condiciones semejantes. 3 El efecto desequilibrador de los flujos externos en las variables económicas clave se presenta desde antes de la crisis financiera.
En el período anterior a la debacle, el intenso ingreso de capital especulativo generó, entre otros fenómenos, sobrevaluación de la moneda, aumento del déficit externo, y sobreendeudamiento. En otras palabras, el ingreso de capital afectó los "fundamentales" de la economía, pero en un sentido negativo. Una vez que irrumpe la crisis, empero, se producen los efectos contrarios. La estampida de capitales hacia otros mercados precipita la devaluación de la moneda, el derrumbe de los precios de los activos financieros e inmobiliarios, la contracción del crédito y los efectos deflacionarios que han acompañado
a todas las crisis financieras importantes desde los años ochenta. Las "ganancias extraordinarias" son un factor fundamental en la lógica del capital financiero globalizado.
La búsqueda de rendimientos más altos en los países emergentes explica su extrema volatilidad, pues cuando los operadores en un país advierten que las condiciones están cambiando y juzgan que la situación es insostenible, deciden salir en forma precipitada y se llevan las ganancias acumuladas durante el auge, lo que precipita la crisis financiera. El carácter desestabilizador de los flujos privados externos es un hecho reconocido hasta por los organismos multilaterales, 4 aunque hacen poco para corregirlos. Incluso el autor más identificado con el Consenso de Washington, John Williamson, luego de ser cuestionado sobre si hoy mantendría sus recomendaciones de 1989 sobre política económica, admitió que "sería ahora un poco menos entusiasta sobre la liberalización financiera. Vimos situaciones de crisis, en especial las liberalizaciones muy prematuras. La de la cuenta de capital puede ser benéfica, pero también muy peligrosa". 5 La devaluación repentina de las monedas y el desplome de los mercados bursátiles del Pacífico Asiático sacaron a la superficie una situación de sobreendeudamiento externo e interno gestada y expandida durante el largo período de crecimiento dinámico de esas economías.
Cuando éstas se desaceleraron y abrieron sus cuentas de capitales recurrieron en forma excesiva al endeudamiento externo, sobre todo privado y de corto plazo. En consecuencia, en la mayoría de esos países se desencadenaron crisis de deuda-deflación que transmitieron tendencias recesivas en sus propias economías y en las del resto del mundo. La crisis asiática interrumpió en forma brusca los procesos de crecimiento económico e inversión de los países de la zona y de otras del mundo, lo que dio lugar a círculos viciosos de caída del empleo y los salarios reales, así como de los niveles de demanda efectiva, y causó la bancarrota y la restructuración financiera de corporaciones y bancos. Por la relación entre flujos externos de capital y sistemas financieros internos, los derrumbes financieros provocaron agudas crisis bancarias. Los programas de ajuste impuestos por el FMI agravaron las tendencias a la deflación. El círculo vicioso sobreendeudamiento-deflación recesión fue reforzado por las políticas exigidas por el FMI para concretar los programas de salvamento financiero. Después de Asia, la crisis global pasó por dos nuevos episodios de crisis financiera con riesgos sistémicos: la crisis rusa de agosto de 1998 y la brasileña de enero de 1999. Si bien ambas se pueden atribuir a los efectos negativos de la crisis asiática, se encuentra de nuevo como causa de fondo de las crisis el efecto desestabilizador de los flujos privados externos en las economías de estos países.
Impacto de la crisis en América Latina.
La crisis asiática y rusa afectó a América Latina desde mediados de 1998. Los efectos se extendieron a toda la región, pero de manera diferenciada. América Latina registró ese año una tasa de crecimiento de 2.1 %, frente a 5.4% en 1997. En 1999 la caída fue aún mayor, pues hubo un estancamiento
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