El orgullo florece cual girasol al dirigirme a tan magistral funcionario.

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La polvareda se levanta al paso del rebaño. Rumiantes pastan sobre las praderas de Guelatao, el riachuelo serpenteante refresca la frente de quien en lo posterior habrá de llamársele “Benemérito de las Américas”, por construir la nueva mentalidad del latino independiente.

Fue usted perseguido por Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz y encarcelado por Ignacio Comonfort. Reconstruyó al país desde los estados de: Guanajuato, Jalisco y Veracruz. Fue usted un gran héroe ante la intervención francesa.

Las primeras arengas emitidas en zapoteco repiquetean en el valle, así se inicia el primer estadista con voz y pensamiento, consecuente con sus actos.

Los valores que se deslizaron por los capilares de la flauta intelectual fueron: creación del Estado que vele por la armonía social, pensamiento proclive a la paz; firmeza al gobernar; austeridad para administrar; Republicano y devoto ante el servicio público eficiente.

Lamentablemente el 18 de junio de 1872 falleció usted, don Benito Juárez, de un ataque cardiaco, no obstante su legado, ejemplo y sacrificio lo transformó en un mexicano que ha logrado traspasar las murallas generacionales.

Nació en donde la verdad, el polvo y el sacrificio se arremolinan; creció en donde el esfuerzo y la disciplina son las únicas vitaminas.

México le acuñó , de Oaxaca su alma multicultural adquirió. La herencia mayor dejó al continente: su corazón, que hoy late al ritmo de sus principios y dogmas.

Para despedirme rememoro su legado: "Confiemos en que todos los mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo".

Humildemente

Abril Martinez Villafuerte

Monterrey,Nuevo León,México . 5 de abril de 2016