¿Es necesario hacer más cambios en el currículo o... ya son suficientes?
Enviado por klimbo3445 • 1 de Marzo de 2018 • 1.777 Palabras (8 Páginas) • 488 Visitas
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En materia de curriculum, a pesar de todo lo que se diga en contra del conductismo, más o menos a partir de los años 50 - 60 del siglo XX, esta corriente pedagógica enriqueció no sólo la concepción de éste, sino que lo tecnificó y le inyectó una gran dosis de rigor científico. El conductismo aportó al curriculum las. ideas de teoría curricular (qué es el curriculum), doctrina curricular (cómo debe ser el curriculum) y técnica curricular (cómo hacer X para lograr Y, en materia de trabajo curricular), que más tarde dio origen a otros términos como: planificación curricular, programación curricular, evaluación curricular, etc., que lograron integrarse en lo que se dio en llamar Tecnología Educativa.
La Tecnología Educativa de hechura neta del conductismo, enriqueció al currículo con las famosas taxonomías de objetivos educacionales. Fueron famosas las taxonomías de Benjamín Bloom, la de Robert Gagné y posteriormente la de Renzo Titone. Igualmente, otros estudiosos del currículo como Robert Mager y la pareja formada por Popman y Baker aportaron con técnicas bastante precisas para redactar objetivos, especialmente los objetivos operacionales. Tanta pegada tuvieron estas técnicas, que la educación de ese tiempo enfermó gravemente de "objetivitis", que dio origen a que el currículo en su instancia de materialización de libro o documento, consistiera en toda una larga lista de objetivos de aprendizaje (de sistema, del nivel, de la modalidad, de grado, de unidad de experiencia, de sesión de aprendizaje), etc. En síntesis, el conductismo cambió los contenidos y las actividades de la escuela nueva, por objetivos de aprendizaje, en los cuales el ."sentido " estuvo dado por la conducta 4 lograr, (un verbo en infinitivo, por ejemplo identificar), y el "contenido que estaba dado por el conocimiento seleccionado (las partes de la planta).
El aporte del constructivismo al curriculum, a partir de los años 80 - 90 del siglo XX radicaría fundamentalmente, además de cuestionar desde sus raíces al conductismo y tumbarlo, en cambiar los objetivos por competencias. Una competencia inicialmente fue concebida como tres tipos de contenidos: conceptuales, procedimentales y actitudinales. Como ya se sabe que el término "contenido" fue usado como equivalente a conocimiento, el objeto del aprendizaje siguió siendo éste, pero sacralizado, porque la competencia exigía no sólo que el estudiante domine la parte conceptual en sí, sino también que precise los procedimientos para su aprendizaje y aplicación posterior. Pero la parte más graciosa fue exigir al alumno que haga una valoración positiva del aprendizaje de ese conocimiento para su vida o para cualquier otro menester.
Se calcula que el constructivismo y toda su influencia en el curriculum se acabó con el segundo milenio, es decir, demasiado pronto. Su principal aporte fue reemplazar el concepto de aprendizaje como la adquisición de una conducta más o menos permanente del conductismo, por la de un proceso complejo de construcción mental del conocimiento, devolviéndole por primera vez su carácter mental o cognitivo al acto de aprender. Lo real es que el cognitivismo fue el que le dio el puntillazo final al conductismo, sobre la base de una seguidilla de pobres y lamentables resultados en las evaluaciones internacionales de los aprendizajes por parte de los alumnos. Una de estas evaluaciones es la denominada PISA (por sus siglas en inglés). Los alumnos que en sus centros educativos estudiaban con currículos estructurados en función de las "competencias constructivistas " eran los que salían con resultados más pobres y los estudiantes que trabajaban con "capacidades" „eran los que ocupaban los primeros lugares de los rankings internacionales subsiguientes a esas evaluaciones.
Los currículos de ahora están estructurados por capacidades, es decir, en ellos predomina la idea básica dé que el contenido (sacrosanto conocimiento) sólo debe ser considerado un medio para desarrollar la capacidad. Ésta es entendida, por su parte, cómo ese conjunto de potencialidades cognitivas (mentales) con las cuales viene equipado el cerebro de una persona a partir de su nacimiento. Leer es una capacidad, así como escribir o comprender lo que se lee, pero hay muchas más como analizar, inferir, demostrar, razonar, resolver problemas, comparar, evaluar, clasificar, etc., así, el conocimiento "las plantas " puede servir para que el alumno desarrolle su capacidad de analizar, comparar, discriminar, clasificar, categorizar, etc.
Entonces... ¿se necesitan más cambios por ahora en el currículo o, ya son suficientes los que ha experimentado? Dejar el conocimiento como objeto del aprendizaje para darle el rol de medio para desarrollar nuestras capacidades, sí que fue hasta hoy, un salto cualitativo en materia curricular. En consecuencia los currículos del tercer milenio sólo deberían contar con un panel de capacidades y otro de contenidos. Nada más, claro está, aparte de sus otros componentes complementarios obvios, porque evolucionar es simplificar las cosas, no complicarlas ni mucho menos inventar nuevos términos para que el docente se confunda. Evolucionar significa dejar de lado para siempre a los conocimientos, porque nos olvidamos de ellos tarde o temprano. En cambio, si se aprende a leer... eso jamás se olvida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
- Da Costa, R.: (2006), "Las definiciones de las siete artes liberales y mecánicas en la obra de Ramón Llull", Revista Anales del Seminario de Historia de la Filosofía. Madrid: Publicaciones Universidad Complutense de Madrid (UCM), vol. 23, p. 131-164 (ISSN 0211-2337)
- Izquierdo, W. (2014): Diagnóstico y propuesta de lineamientos para el currículo de formación profesional de docentes en la escuela de educación primaria de la Universidad San Pedro, Filial Cajamarca. Tesis. Biblioteca de la USP, Cajamarca, Perú.
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