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Historia Argentina y Americana.

Enviado por   •  5 de Diciembre de 2018  •  3.505 Palabras (15 Páginas)  •  387 Visitas

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Asimismo, Ariel de la Fuente en discusión con Halperin y con Oszlak, plantea que estos desdibujaron las resistencias u oposiciones que no ocurrieron en un vacio sino en los Estados Provinciales que dan forma al Estado, es decir que las resistencias influyeron en el proceso de centralización. El proceso de formación del Estado, de manera contraria a lo que exponía Oszlak, genero resistencia entre las clases bajas y rurales, y esta resistencia es la que va a afectar en el ritmo y en la forma que tomo el proceso. Halperin, por su parte, le restaba entidad a estas resistencias, el hablaba de poderes locales, de los ex federales, de una lucha entre la elite y aquí se puede observar lo faccioso, en contraposición con De la Fuente que pone cierto valor o acento en lo local, que manifiesta que el Estado en formación genero resistencias y toma como ejemplo el caso de La Rioja: una de las provincias más conflictivas de las del interior, donde se dio lugar a seis rebeliones, que fueron la respuesta a la ocupación militar y a la represión que el Estado, que estaba formándose, llevo a cabo en esta región. Ariel de la Fuente vuelve a hacer hincapié en el hecho de que la presencia del Estado Nacional influyo y modifico las expresiones locales de las identidades partidarias. Ahora bien, la forma en que penetra el Estado Nacional en la Rioja es muy distinta a como lo hace en Buenos Aires, esto tiene que ver con la especificidad nombrada por Oszlak. En la Rioja, De la Fuente nos plantea que la represión apareció de diversas formas: detención de mujeres y niños, confiscación del ganado y campos sembrados, etc. La guerra significaba la muerte de aquellos hombres que trabajaban, dejando huérfanos a aquellos que dependían de estos hombres. Muchos de estos gauchos fueron no solo muertos en combate sino que asesinados por los unitarios. El autor señala que todo esto no se limitaba a los dirigentes del Estado sino que también incluía el nivel de los oficiales que llevaban a cabo la represión contra los federales.

Por otra parte, De la Fuente va a exponer que el reclutamiento para la guerra del Paraguay también generó resistencias. La forma más directa de resistir era la de huir a los montes. También, los que ya estaban reclutados provocaban el levantamiento, y cuando estos no tenían éxitos los alentadores de la insurrección habían arriesgado su vida. El reclutamiento fue parte del discurso federal. El autor también exhibe que los reclutamientos generaban actos de violencia colectiva.

En una última instancia, Ariel de la Fuente, va a esbozar el tema de la tributación. Esta misma va a generar tanta oposición como los casos anteriores y también va a afectar a los gauchos de la misma forma. Esta tributación era considerada un fraude porque en primer lugar los impuestos no eran algo común en la Rioja y en segundo lugar el dinero que se recaudaba era enviado a la capital provincial.

En base a los temas de la represión, el reclutamiento y la tributación, De la Fuente nos permite ver cierta oposición con respecto a los enfoques de Halperin y de Oszlak que como plantea el autor, deben ser revisados en primer lugar por su escasa visión de las resistencias de los gauchos y de lo local, en donde hay una nueva concepción popular de la identidad partidaria.

Por su parte, Eduardo Míguez y Beatriz Bragoni (Un nuevo orden político. Provincias y Estado Nacional (1852-1880) van a complejizar la formación del Estado aunque no se focalicen en este tema en particular sino en revisar algunos aspectos del problema porque es el trasfondo de los debates que se presentan en los trabajos de su libro, donde cada provincia argentina deja de ser una singularidad, lo que hay es un eje en común, en cuanto a cómo se integraron las provincias a un orden político superior, en cuanto al papel de las elites y a las formas de movilización y participación popular, que ya vimos más específicamente en el caso de La Rioja.

Los autores van a criticar las perspectivas de Halperin y de Oszlak por realizar un análisis del Centro a la Periferia y por esbozar una imagen unidireccional, donde solo está presente una lucha facciosa entre elites no teniendo en cuenta, por lo menos de manera suficiente para Miguez y Bragoni, la situación de la Periferia al Centro, es decir desde las provincias y con los caudillos y dentro de estas provincias, también la situación que se daba de la periferia al centro. Miguez y Bragoni van a plantear que Halperin y Oszlak visualizaron al proceso de unificación política argentino a partir de las herramientas montadas por una elite dirigente que uso al Estado nacional para acabar con cualquier levantamiento territorial o “faccioso” que vaya en contra del orden político. También plantean el tener en cuenta que Halperin abordo este periodo (1852-1880) mediante una historia política de las elites letradas. Por otro lado, los autores también discuten con Oszlak, el cual no tiene en cuenta que el Estado nacional se construye sobre un mosaico de Estados provinciales que se encuentran dentro de la confederación, no sobre la nada. Es decir que lo que señalan los autores es que existen formas institucionales propias de una dominación social estatal, aunque se tendió a mostrar la debilidad del gobierno provincial para hacer efectiva su presencia en el territorio de su jurisdicción y por lo tanto, su subordinación a otras formas de poder, especialmente al liderazgo local. Los autores explican que esta debilidad tiene que ver con los bajos recursos económicos y humanos y con el problema de construir formas alegóricas impersonales de respeto a las instituciones. Miguez y Bragoni, ponen el ejemplo concreto de La Rioja (el estudio de Ariel de la Fuente) y señalan como este ejemplo muestra la inhabilidad que tiene el Estado provincial para estar presente en esa región retirada y poco poblada. El orden social yacía en la preferencia de notables locales, los cuales no tenían funciones estatales, pero tenían una gran autoridad personal de lo que era ser un caudillo local. De esta manera, se plantea que los unitarios no podían mantenerse en el poder sin tener un apoyo externo con lo cual el conflicto social de la Rioja trascendía en la persistencia del gobierno provincial. Miguez y Bragoni de forma contradictoria a Oscar Oszlak plantean que lo que emerge no es un nuevo actor, es decir el Estado nacional que se impone sobre la sociedad civil, sino que surge una nueva forma de organización central que se estableció a partir de la convergencia de catorce formas (provincias) que lo antecedieron; el Estado nacional tampoco es una forma absolutamente nueva porque existía en la cosmovisión política de las elites provinciales, pese a esto la precipitación de una identidad política nacional sacio en el curso de la revolución de independencia,

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