Historia chilena del siglo XX
Enviado por poland6525 • 28 de Noviembre de 2018 • 1.285 Palabras (6 Páginas) • 442 Visitas
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La Guerra Fría en Chile, supone una adaptación de una serie de modelos ajenos a nuestra realidad. A pesar de lo anterior, Chile no es un títere de las fuerzas generadas por las potencias de la Guerra Fría, mas bien, es un actor con fuerzas y dinámicas propias. Chile vive su política con sus propios actores, los cuales no se mantienen al margen de las tendencias globales.
Las fuerzas opuestas de la Guerra Fría influyen en la política del país, la URSS indirectamente en los partidos de izquierda (particularmente comunistas) como apoyo y fuente de inspiración, y por otro lado, Estados Unidos en forma directa, canalizando políticas derechamente anticomunistas a través de la CIA. En vista de lo anterior, es posible calificar a Estados Unidos como un agente activo, y a la URSS como un actor pasivo de la emulación criolla del conflicto internacional.
.- ¿Qué se entiende por “transición” en el contexto de la historia reciente de nuestro país?.
El siglo XIX chileno, se caracteriza por el rol de la institución en la política. Como contraparte, a lo largo del siglo XX, vemos cómo toma fuerzas la figura del presidente, dirigiendo la política hacia un modo de gobernar basado en personalismos y populismos, que recurrentemente establecen una relación con el poder militar.
Las estructuras del siglo XX, se ven continuamente afectadas por el contexto internacional del período, en que se desarrolla la Guerra Fría, produciendo múltiples colapsos que dan paso a una permanente revolución que debe terminar en algo. Este algo no es un quiebre, sino una etapa de transición. Transición que pretende el retorno a la democracia en Chile.
Para muchos, la transición comienza explícitamente con el término de la dictadura (Aylwin, 1990), pero hay quiénes sostienen que la transición comienza unos años antes. Para el historiador Alfredo Jocelyn-Holt, la transición se inicia con el discurso refundacional del general Augusto Pinochet en Chacarillas (1977). Ceremonia en la cual se habrían anunciado públicamente los términos del nuevo capitalismo, y los plazos para el desenvolvimiento en el escenario político, constando de: una etapa de recuperación, transición y de normalización (consolidación). Tal como señala el historiador, en su libro El Chile perplejo:
“En la etapa de recuperación, el poder político se encuentra en manos de las Fuerzas Armadas para abrir paulatinamente los canales para la colaboración del mundo civil. En la etapa de normalización, cumplido el proceso tradicional de la refundación, el poder será ejercido directa y básicamente por la civilidad. De este modo la constitución garantizará el papel tutelar de las Fuerzas Armadas sobre la institucionalidad y la seguridad nacional en las proyecciones modernas”1
Según lo establecido en la Constitución de 1980, se ha llegado a una etapa de normalidad y consolidación de acuerdo a la Constitución, diseñada por el gobierno cívico-militar. Esta Constitución señaló que los garantes de la institucionalidad son los militares, aunque el gobierno sea ejercido por los civiles. Lo que supone para los años posteriores, la inexistencia de la transición a la democracia como se ha pretendido desde el gobierno de Aylwin, por parte de la Concertación.
La transición ha tenido un signo autoritario, proyectando una línea de cambio-conservación ahistórico. Sin duda alguna, la Constitución de 1980 es la principal responsable de esto, puesto que legitimó y permitió la continuidad del sistema económico neoliberal en el país, probablemente, a perpetuidad. Consecuencia directa de ello es que el actual modelo político tiene un arraigo fundamental a los cambios que supusieron esta transición: El corporativismo, expresado principalmente en el creciente poder del ejército, la Iglesia, y el empresariado chileno en la actualidad.
Referencias:[pic 2]
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