Introduccion al conocimiento historico trabajo practico

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3- Según Francois Hartog la inflación de patrimonializacion actual implica: “(…) Hacer entonces de nosotros el museo de hoy, mirándonos como si fuese mañana. Museificar nosotros mismos nuestro tiempo, incluso meternos nosotros mismos en el museo e irnos a visitar. Si el patrimonio es de aquí en adelante lo que define quienes somos, el movimiento de patrimonializacion, este imperativo, este deber, será el signo distintivo del momento en el que vivimos: la crisis del presentismo

La memoria y el patrimonio valen, como respuestas y como síntomas”.

Ejemplifica este fenómeno con un caso de la ciudad de Rosario y de la región, interpretando pasado, historia y memoria local.

Cementerio El Salvador:

El Salvador se erige como un cementerio monumental, dicho patrimonio concentra un conjunto material arquitectónico, histórico y artístico influencia de tradiciones europeas, un catalogo a cielo abierto de obras funerarias diseñadas en materiales nobles: piedras, mármol, vidrio y bronce donde artistas como Fontana, Gerbino, Scarabelli y Blotta dejaron su impronta en ángeles dolientes, retratos y placas, imponiendo su originalidad y sentido estético.

El primer camposanto de la ciudad estaba ubicado al lado de la catedral. Cuando la ciudad comenzó a tomar dimensiones, se convierte en un importante puesto de acceso para recibir inmigrantes provenientes de Europa: españoles e italianos que trajeron el arte y la arquitectura funeraria urbana, de estilos, técnicas, usos y costumbres que la burguesía local rosarina adaptaba ávida de progreso y con las características de las practicas, el uso y la disponibilidad de recursos locales.

Se habita un segundo cementerio en los terrenos del que luego fue el Sanatorio Británico y la Estación Ferroviaria Rosario Central (hoy distrito centro).

Inaugurado el 7 de julio de 1856 y en 1872 cuando comienzan las obras para construir el ferrocarril, el cementerio es trasladado, frente al Parque Independencia; comprendido por las calles Ovidio Lagos, Av. Pellegrini, Av. Godoy y Av. Francia, posee dos ingresos el mas antiguo por calle Ovidios Lagos.

La fachada la realizo en 1888 el arquitecto alemán Oswald Menzall, el pórtico responde al estilo Neoclásico griego del orden Dórico.

Muchas de las esculturas alegóricas del cementerio fueron realizadas por encargo a Europa, las obras están realizadas en mármol, granito. Existen panteones con simbología masónica.

Personalidades destacadas de nuestra ciudad, fueron sepultados en el como Ovidios Lagos, periodista del diario La Capital y Ángel Guido, arquitecto del monumento a la bandera, hay héroes de la guerra en Paraguay de Curupayti.

La necrópolis cuenta con un patrimonio histórico y cultural que lo convierte en un espacio para el desarrollo de actividades que ofrece al publico un recuerdo de personajes y vivencias pasadas.

Hoy emerge de la red urbana, aguarda en silencio el reconocimiento del valor que encierra su iconografías, fastuosidad y representatividad de sus monumentos o simplemente la mirada atenta de los rosarinos reconozcan en el la historia de muchas vidas vividas.

Hace tiempo el cementerio El Salvador ofrece visitas guiadas gratuitas una vez por mes, para que los visitantes puedan ser parte de la historia y recordar la importancia que tiene para nosotros. Ofrece al visitantes obras e intervenciones de carácter artístico y simbólico que resignifican el sitio.

La Memorabilia es un espacio dentro del cementerio, un escenario con valor y sentido de pertenencia concebido desde y para la memoria. Rostros de ángeles y placas recordatorias ya desalojados del espacio funerario, motivan al observador a hacer una lectura diferente, a resignificar los tradicionales símbolos asociados a la muerte.

Algunos fotógrafos confluyen un collage de imágenes, donde aquellos ciudadanos comunes que históricamente han “desaparecido”, de pronto “aparecen” devolviendo la mirada, su imagen proyectada.

La memorabilia es un proyecto que no tiene antecedentes, así como la ciudad es un espacio donde influyen pluralidades, también en “la ciudad invisible” se intersectan en un particular calidoscopio los nombres no tan ilustres, aquellos velados por el anonimato. Junto con el Paseo de los Ilustres , construido con el objetivo de recordar destacadas personalidades de la ciudad, conforman un solar de recuerdos que hacen a la historia local, en este caso con quienes trascendieron y legaron a la ciudad su trabajo y su saber.

Además de los servicios propios que presta un cementerio, se suman aquellos de tinte cultural que ofrecen a los visitantes recorridos que rescatan parte de nuestra historia.