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LA COMPETITIVIDAD DE MÉXICO A PARTIR DE LA FIRMA DEL TLCAN.

Enviado por   •  13 de Marzo de 2018  •  3.566 Palabras (15 Páginas)  •  365 Visitas

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También este tratado establece la reglamentación y la posibilidad de inversiones, de la función de las instituciones financieras, y de otros servicios, que realizarán los nacionales de uno de los tres países miembros, en cualquiera de los otros dos países firmantes de este acuerdo, otorgando este último las mismas ventajas que para con sus nacionales.

El TLCAN y sus implicaciones económicas en México.

El cambio en la estrategia de desarrollo a favor de una reducción del tamaño del Estado y de una liberalización del comercio que se puso en marcha a mediados de los años ochenta- y que culminara con el TLCAN es el acontecimiento más relevante de la historia económica de México durante las cinco últimas décadas.

En este sentido, Jaime Serra- Secretario de comercio de México en el momento de la firma (en el año 2004)- argumenta que el TLCAN fue muy importante y beneficioso para México (Serra, 2004).

En un estudio publicado por el Banco Mundial sobre eta cuestión (Lederman et al, 2004), se concluye que sin el TLCAN el total de las exportaciones de México hubiesen sido un 25% más bajas, el flujo de las inversiones directas extranjeras un 40% más bajo y su ingreso per cápita un 55% más bajo que en la actualidad. Dichos estudios admiten que el TLCAN por sí mismo no puede garantizar la convergencia económica con los Estado Unidos pero, a pesar de esto, concluyen que el acuerdo de comercio ayudó a acercar el nivel de desarrollo de México al de sus socios comerciales (Moreno, J.C. Rivas, J.C.; Ruiz, P.2005:2)

El gobierno mexicano interpretó el acuerdo (TLC) como un instrumento para conseguir tres objetivos: el primero es el intercambio de comercio y el flujo de inversión extranjera directa (IED) con los Estados Unidos y con Canadá. El segundo punto es inducir que las empresas, tanto locales como extranjeras (dentro y de fuera de la región TLCAN) a que invirtiesen en México en la producción de mercancías comercializables de cara a explotar su potencial como plataforma de exportación a los Estados Unidos.

Para Canadá, y especialmente para México, a partir de 1994, implico la entrada de nuevas instituciones financieras extranjeras- intermediarios financieros no bancarios, especialmente-, que gozarán de mayores ventajas y beneficios en el marco del TLCAN.

Para el caso de la libre penetración en el mercado mexicano de las instituciones bancarias y financieras de Canadá y EEUU ha pretendido aumentar la competencia del sector financiero, elevando su eficiencia y disminuyendo márgenes financieros que aún en el año 2000 eran muy altos para México, 6.2% en promedio contra el 3.5% en EEUU; el 3.2% en Canadá; 2.35 en España y 1.2% en Japón (Margarita Camarena Luhrs, 2013: 41).

Incluso hoy en día es difícil precisar una evaluación completa de los efectos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sobre la economía mexicana por varias razones.

Una de las principales es que antes de dicho tratado se había dado ya una amplia liberalización de la economía y se había realizado la mayor y más rápida desgravación arancelaria.

Otra buena razón es que después del tratado ocurrió la grave crisis financiera que condujo a una fuerte devaluación, por lo que se hacen las extrapolaciones de ambos fenómenos.

Como tercera razón, tenemos la propia negociación del TLCAN que previó un gradualismo para reducir los aranceles y otras barreras: existen mercancías y servicios cuyos aranceles se redujeron a cero desde el día en que entró en operación, y otros altamente sensibles cuya eliminación progresiva se programó para 5, 10, 15 y hasta 25 años (Carlos Alba Vega 2003:141).

Como cuarta razón y última tenemos que desde la puesta en marcha del TLCAN la economía estadounidense ha estado en auge, de donde cabe el interrogante de si muchas variables que se observan hoy en día no serían las mismas aún si no se hubiese firmado el tratado.

De 1991 a 2005 las exportaciones se multiplicaron por seis, al pasar de 31.1 a 194.3 miles de millones de dólares (Banco de México 2005). Sin embargo cerca de un noventa por ciento de las exportaciones se destina a los EEUU, con lo que México desplazo a Japón como segundo socio comercial después de Canadá. (Carlos Alba Vega 2006: 36).

La presencia de ciertos productos mexicanos en el mercado de Estados Unidos y Canadá es ya muy relevante, los principales de ellos, según la cuota o parte del mercado que representan, son: los aparatos de televisión (70%), los equipos para la distribución de electricidad (58%), los medidores y contadores (53%), las plantas y partes eléctricas rotativas (29%), la maquinaria de poder eléctrica (25%), los vehículos de motor (24%), los minerales y concentrados de metales precisos (22%), los aparatos eléctricos para conectar circuitos (18%), los tráileres y otros vehículos no motorizados (17%), los aparatos e instrumentos médicos (16%), la ropa interior de punto o tejida (16%), la ropa exterior para hombres y niños (16%), los muebles (15%), el vidrio (15%), otros equipos domésticos eléctricos y no eléctricos (15%), equipos de calefacción y de enfriamiento (15%), las frutas y nueces frescas o secas (15%) maquinaria y aparatos eléctricos (15%), las confituras de azúcar, excepto chocolate (14%), artefactos sanitarios, de plomería, de calefacción y de iluminación (14%). (Máttar, Moreno Brid y Peres 2003, 149, (Carlos Alba Vega 2006: 37)).

Fuente de elaboración propia. [pic 3]

Quizá desde los años setenta, la economía mexicana depende cada vez más de los Estados Unidos y sus cambiantes condiciones económicas. Con la entrada en vigor del TLCAN, ha sido evidente la sensibilidad extrema de la economía nacional con respecto particularmente de EEUU, como lo demuestran el volumen de exportaciones hacia EU, que representa casi el 70 5 de las importaciones de EU y casi el 50 % de las importaciones de México, que están libres de impuestos. Por ejemplo en 2008, las exportaciones nacionales ya representaban el 31% del PIB, superior al 10% de veinte años atrás, y más del 80% de las cuales fueron a los Estados Unidos. (Villarreal, 2010: 6. (Margarita Camarena Luhrs, 2013: 47)).

Es cierto que el TLCAN, como parte del paquete de reformas económicas que se llevaron a cabo en México, ayudó a producir un boom exportador, un rápido y fuerte crecimiento de las exportaciones manufactureras, así como un flujo de inversiones extranjeras que eran muy necesarias y con ellas una transferencia de tecnología.

El TLCAN ofrece nuevas oportunidades pero también importantes retos. La necesidad

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