LOS PRIMEROS TIEMPO DE EUROPA
Enviado por Christopher • 15 de Abril de 2018 • 5.696 Palabras (23 Páginas) • 323 Visitas
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La decadencia de este pueblo que siempre construyó sus ciudades fortificadas, lo que nos da una idea de su carácter guerrero, se atribuye no a cuestiones naturales como en el caso de los minoicos, sino a las invasiones externas y a los conflictos sociales internos. En el primer caso, hay autores que se refieren a los dorios, pueblo que ya estaba asentado en tierras griegas. Otros estudiosos ven más probable que fueran los llamados Pueblos del Mar ([3]). Finalmente, también se maneja la teoría de que fue la clase social alejada de palacio la que inició una revuelta contra los privilegiados, debido al paulatino empobrecimiento que estaban experimentando. Para otros es probable que fuera una conjunción de circunstancias internas y externas lo que causase la desaparición de este pueblo que nos legó gran cantidad de cerámica de muy diversa forma, así como otras manifestaciones culturales que atestiguan su paso por tierras del Viejo Continente. De entre ellas, destacan los enterramientos, en donde es muy llamativo el deseo de los micenos de dejar constancia de su estatus social y su poder en la tierra, por lo que se enterraban en lugares especiales (espacios sagrados para los muertos) y acompañados de un importante ajuar. Dentro de los diversos enterramientos destacan las llamadas tumbas de Tholos, consistentes en una gran cámara mortuoria circular muy diferente a cualquiera de los enterramientos realizados en tierras griegas. Ahora bien, los micenos no estuvieron solos en la zona del Egeo, otras ciudades o polis importantes que también alcanzaron esplendor contemporáneamente a ellos fueron Tebas, Pilos o Tirinto.
Es importante señalar que la famosa guerra de Troya, en donde los micénicos o aqueos asediaron a los troyanos, puede considerarse como una de las últimas manifestaciones de poder y expansión de este pueblo. Si bien los datos son muy confusos, el momento cronológico de la guerra parece coincidir con la época de crisis de la civilización micénica, como lo atestigua la cerámica encontrada perteneciente a esa época.
En cuanto a los etruscos, fue un pueblo que procedente de la región de la Toscana (Italia) y descendiente de la cultural Villanova que se desarrolló a los pies de los Alpes, llegó a tener un gran poderío naval. Desde su región de origen, a lo largo del siglo VI a J.C., se expandieron por el centro y norte de Italia y hacia el mar Egeo, donde chocaron con las ciudades-estado griegas. Fue un pueblo principalmente comerciante, aunque la riqueza de sus ciudades fortificadas y su situación geográfica hicieron que sufrieran diversas invasiones. Su poder se vio mermado cuando se enfrentaron casi simultáneamente a celtas, griegos y cartagineses. Finalmente fueron derrotados por los romanos, quienes iniciaron sobre el legado etrusco (los tres primeros reyes romanos fueron etruscos) una nueva civilización llamada a dominar casi todo el mundo entonces conocido.
Esta civilización, predecesora por tanto de la de Roma, puede considerarse también un puente entre el Mediterráneo occidental y el mundo helénico del que heredó rasgos dominantes de su cultura e industria, como la orfebrería, arte en el que destacaron, igual que en la cerámica o la pintura. Al mismo tiempo tuvo elementos novedosos, como el papel que se le asignaba a mujer, quien participaba junto al hombre en diversos actos sociales y ejercía las funciones del marido en el caso de quedarse viuda. Además era ella, a través de su linaje, la que transmitía la herencia. La sociedad etrusca, gobernada por un rey con poderes militares, religiosos y políticos, se organizó en torno a los propietarios de la tierra, la verdadera oligarquía aristocrática que asumía tareas de gobierno y administración. Junto a ellos, el pueblo estaba formado por hombres que aunque libres, se relacionaban con los señores por medio de sistemas de clientelismo que también serían propios de los romanos. Los mercaderes y artesanos muchas veces eran extranjeros, sobre todo griegos. Por último, parece que existía un amplio grupo de esclavos dedicados a tareas domésticas y agrícolas.
Paralelamente al desarrollo experimentado por los pueblos del Mediterráneo, el interior del continente se mantuvo más atrasado. En general, los pueblos que lo habitaron fueron de lengua indoeuropea y desconocían la escritura, lo que ha dificultado su estudio. Uno de los pueblos que más destacó en este periodo, aunque hoy se sabe poco de él y del que quedan solo vestigios, fueron los celtas. Su desarrollo coincidió en el tiempo con el fin de la Edad de Bronce y el inicio de la Edad de Hierro, lo que se conoce como cultura de Hallstatt, practicada por pueblos de lengua celta. A ello siguió el periodo de La Téne o segunda Edad de Hierro, época de apogeo de los celtas, que se extendieron principalmente por lo que hoy sería Francia, parte de Europa central, norte y centro de España y las Islas Británicas. Por escritos griegos y romanos se sabe que fueron un pueblo que construyó ciudades fortificadas y mantuvo regulares relaciones comerciales con el mundo greco-romano. Hoy solo quedan de los celtas los recuerdos y lenguas como el vasco o el galés, aunque su origen celta dista de ser aceptado por todos los autores. Otros pueblos indoeuropeos fueron los dacios, los escitas o los tracios, así como los baltos y los germanos, que se desarrollaron desde la zona del mar Adriático en el sur, hasta el mar Caspio en el norte.
EL MUNDO GRIEGO CLÁSICO
Para finales del siglo VIII tenemos un panorama en el que el mundo griego era un conglomerado de ciudades estado o polis independientes, dirigidas por la clase aristocrática y centradas en el comercio, que en esta época resurgió con gran fuerza y en donde la moneda como elemento de intercambio tuvo un papel fundamental. Militarmente, ninguna de estas ciudades tuvo capacidad real para imponerse a las demás, aunque a lo largo del tiempo muchas de ellas se vieron envueltas en enfrentamientos diversos por garantizar la propia supremacía, ya sea política o comercial.
Frente al pensamiento político del antiguo Oriente, que nunca llegó a ser patrimonio del pueblo y se caracterizó por la simbiosis con las ideas religiosas, filosóficas y morales, se desarrolló un mundo griego en el que el proceso de desacralización y racionalización operados en su seno transformó a la política en una actividad independiente de otros pensamientos. Esto hizo que se convirtiera en algo propio de los hombres, que como dijo Aristóteles, eran esencialmente animales cívicos y políticos (zoon politikón), ya que para el filósofo, la ciudad, como la asociación natural más perfecta, era el único marco que permitía al hombre desarrollarse socialmente, y por tanto, políticamente. Según el pensador griego,
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