La Historia argentina y latinoamericana

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Tras la era de predominio europeo del gran emperador, España empezaba a centrarse en si misma para acentuar lo hispánico. Europa empezaba a delinear otras formas de vida, de las que España quiso mantenerse al margen. Hubo quienes quisieron incorporarse pero debían mantenerlo en silencio o escapar a otras tierras, propósito que Felipe combatió impidiendo que los españoles se fueran a estudiar al extranjero, así poco a poco se fue cerrando dentro de sus propios límites sin admitir el cotejo de ninguna otra doctrina, a las que condenaba. El catolicismo español conformo uno de los pilares fundamentales de la Contrareforma.

Francisco Suarez dio nueva vida y renovada fuerza al pensamiento medieval, reconstruyendo una doctrina firme y vigorosa.

Vitalizaba esta doctrina un autentico sentimiento religioso, pero era la imposición estatal la que aseguraba su indiscutida primacía.

El surgimiento de las colonias rioplatenses

Mexico primero y después Peru, constituyeron los ideales y los paradigmas de la colonialización. Por su expansión y su riqueza, estos países parecieron las dos presas con mayor importancia y en ellas se ensayaron sistemas de organización política, de ordenación social de la población indígena y de la explotación económica; pero cuando se empezó a colonizar el Rio de la Plata, advirtiéndose de las grandes diferencias que el país y su gente ofrecían y sus oportunidades muy diferentes y muy inferiores en cuanto al rápido enriquecimiento del coquistador. Asi fue como el Rio de la Plata fue decepcionante para los primeros conquistadores y sólo sirviese de entrada y salida de mercancía para los países del norte.

Tal fue, pese a los preparativos ya las capitulaciones, la opinión de Pedro de Mendoza y sus capitanes en 1536. Fundada Buenos Aires, partieron de ella los exploradores que querían hallar la ruta al Peru y se internaron en el Parana y el Paraguay, torciendo luego hacia el noroeste en dirección a la meseta. Mientras Juan de Ayolas luchaba con la naturaleza tropical y con los indígenas, sus compañeros fundaban la ciudad de Asunción en la confluencia del Paraguay y Pilcomayo. Para la función de punto de apoyo que ocupaban estas ciudades, esta última posición resultaba mucho más útil que Buenos Aires. Así, mientras se conservó la esperanza de establecer una ruta entre el Rio de la Plata y el Perú a través de los ríos, Asunción creció en importancia. Se despobló Buenos Aires en 1541.

Ya para ese entonces se había realizado la entrada en la llanuras desde el Peru hacia el sur. Con rutas más accesibles Diego de Rojas y sus compañeros llegaron al noroeste argentino. Muy pronto empezaron a surgir otras ciudades: Santiago del Estero, Tucuman y Cordoba fueron consecuencias de la via que buscaba al mar. Mientras se fundaba Cordoba, Juan de Garay fundaba en el Rio Parana la ciudad de Santa fe. En 1950 refunda Buenos Aires. Buenos Aires empezó a crecer y Asunción a declinar. Asunción era un centro productor importante, se habían fundado pueblos a su alrededor y se obtenía de su trabajo algún provecho en productos de agricultura, ganadería y manufacturas. Pero Buenos Aires se prestaba más para la vida de los colonos, las llanueras eran muy buenas para la cria de ganado, y Garay empezó a traerlos forjando así las bases de una riqueza que permitió, ya en fines del siglo XVI exportar lana, sebo y cueros. Otra ventaja que tenía Buenos Aires era su mayor cercanía a España.

Un gobernador criollo, Hernando Arias de Saavedra, trabajo mucho para lograr concretar las aspiraciones de Garay sobre Buenos Aires. El propuso a la Corona dividir su jurisdicción en dos capitales, propuesta que fue aceptada, estableciéndose en 1617 la separación entre Asuncion y la de Buenos Aires.

Desde entonces el Río de la Plata comenzó a adquirir mayor importancia. Así crecieron Buenos Aires y su provincia durante el siglo XVII. El puerto fue constantemente atacado por los enemigos de España y sus tierras se vieron amenazadas por las invasiones indígenas. El contrabando proveía de mercancía a sus habitantes. De pronto, a partir de 1640, la ciudad adquirió una insospechada importancia política. Los portugueses, independizados de España, comenzaron a reclamar su pertenencia sobre las tierras en litigio y cuarenta años más tarde, fundaron frente a Buenos Aires la Colonia de Sacramento. La capital de gobernación se apresto para la lucha, defendió sus derechos y se apodero del establecimiento portugués que volvió a manos de sus fundadores por un convenio suscrito en la metrópoli.