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La gran Autobiografía Botticelli contenido historico

Enviado por   •  27 de Diciembre de 2018  •  1.889 Palabras (8 Páginas)  •  284 Visitas

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Lorenzo, era un hombre muy pintoresco y uno de los más importantes de toda Florencia, la ciudad había logrado gracias a él y a su familia, ser un pequeño estado independiente, demostrando que era posible alcanzar la supremacía mediante la audacia, la valentía y la astucia. Lo llamaban “El Magnífico”, solía dar grandes fiestas y banquetes para agasajar a todos sus artistas predilectos y allegados, pues su preponderante riqueza y poder, debía ser exhibida. Fue en uno de ellos, donde nos reuníamos para deliberar temas diversos, arte, política, ciencia, filosofía, entre tantos otros, conocí a un chiquillo de personalidad increíblemente creativa, el asistía a la recién fundada escuela de bellas artes y se codeaba con los grandes eruditos de la época, fue acogido a los 13 años en el hogar de los Medici, específicamente por Lorenzo donde era considerado uno más de sus hijos, Su nombre, Miguel Ángel.

Paralelamente a nuestro núcleo urbano el mundo continuaba avanzando desenfrenadamente, el descubrimiento de nuevas rutas comerciales marítimas y terrestres, que acentuaban y definían el rumbo de los opulentos y de toda la humanidad, desarrollando el capitalismo, el alumbramiento de un nuevo continente donde nombres de Cristóbal Colon y Américo Vespucci resonaban por doquier. El intelecto y la razón eran el estandarte del movimiento que resurgió en ese periodo, se produce un fuerte conflicto con lo religioso, donde desde hacía mucho tiempo la iglesia ejercía sus dominios tanto en el individuo como es su pensamiento, era impensable cuestionar la voluntad de dios y mucho menos el accionar de la institución. Cuando creímos al fin romper las cadenas del dogma con el humanismo que promovía al hombre como ser intelectual, individuo capaz de expresar sentir y actuar, de tomar las riendas de su propia vida y de que esta no era dirigida por un ser superior, la admiración por la belleza en todas sus formas, manifestada por el hombre en el arte, la filosofía, la literatura, la poesía, la música, etc. son el reflejo del alma humana, el reflejo de nuestras pasiones positivas y negativas, de amor y de odio, de placer y dolor, de valentía y cobardía, de belleza y fealdad, entre tantas antítesis que destellan nuestra naturaleza y eran reprimidas únicamente por la idea o promesa de salvación.

La ciudad que tanto me dio, ya no sería la misma tras el deceso de Lorenzo “El Magnifico”, la era de oro florentina llegaría a su fin. Savonarolla y su justicia divina asumen el control y junto a él, un manto de oscuridad sobre los ciudadanos, éramos considerados corrompidos e impuros y lo horrorizaban nuestras exhibiciones plásticas de aquellos tiempos, por lo tanto el que no aceptaba el régimen actual promovido por este monje predicador seria eliminado. Algunos preferimos unirnos, pues las opciones no eran muy variadas, sin mi mecenas y el desvanecimiento de aquella idea de ciudad que aparentaba ser perfecta (al menos para nosotros), decidí por la supervivencia. “La Hoguera de las Vanidades” así calificaron un acto de vandalismo y represión, organizada por Savonarolla, consistía en reunir a todo el pueblo frente al enorme fuego de una hoguera y arrojar todo lo que según el predicador corrompía el alma, joyas, libros y pinturas relacionadas a la época de Lorenzo, fueron destruidas. Como prueba de mi arrepentimiento y para garantizar mi supervivencia, fui obligado a arrojar a las llamas algunas de las obras de mi propia autoría. Parte de mi murió al verlas desaparecer entre las llamas, hasta convertirse en la nada misma. Los años siguientes conseguí tener algunos encargos, sin duda marcados por las nuevas reglas, predominante temática religiosa. Uno de mis últimos trabajos para los Medici fue la ilustración de los 100 cantos de la obra que encendió en mí la chispa de mi futura profesión y que me lleno de satisfacción. Mi inspiración se desvanecía conjuntamente con el pasar de los años, la vejez ya no me permitía pintar ni trabajar, y nuevos artistas y pensadores surgían cada uno mejor que otro, el chiquillo que frecuentaba aquellas reuniones de los Medici ya exponía su DAVID y la genialidad de Leonardo Da Vinci, maravillaba al mundo entero, sus conocimientos filosóficos, astronómicos, matemáticos, sus pinturas y esculturas…es decir...¿Hay algún hombre capaz de igualar a este ser? AUN NO…ya imposible se superar el tiempo, las decisiones tomadas y la vejez que cruelmente me arrastra hacia mi partida, me hago a un lado del camino.

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