La obligación ha estado presente en la sociedad desde la antigüedad

...

Otra forma importante de extinción de la obligación es por muerte o disminución de capacidad, sólo en caso de contratos de sociedad o mandato y en algunos delitos como el actio furti.

Considero estas formas de extinción como las más destacables o probablemente las más comunes, llevadas incluso a la actualidad. Como bien sabemos, hoy en día una obligación desaparece al pagar la deuda, y no queda incertidumbre alguna, que la obligación se extingue por completo al morir el deudor.

Pondré de ejemplo esta última extinción de la obligación, toda vez que es la de más fácil comprensión, si hablamos de la evolución que han experimentado las obligaciones a lo largo de los años. En la antigüedad, sí se extinguía la obligación por muerte del deudor, sin embargo, sólo contemplaba algunos casos, de tal modo que los que no estaban contemplados, no permitían la extinción de la misma, y pasaban a ser obligación de los familiares.

Actualmente, al menos en nuestro país, al fallecer una persona con la obligación de dar, hacer, no hacer o permitir, perece consigo todas sus obligaciones, no transmitiéndoselas a sus familiares.

Resulta grato saber, que en Roma consideraron diversos aspectos que permitieron que las personas, se hicieran responsables por decisiones o actos cometidos, intentando en medida de lo posible, que el deudor no se librara de pagar y el acreedor no resultara afectado.

Asimismo, el surgimiento de las obligaciones ha permitido cumplir con los cometidos de la justicia, que como lo dijo Ulpiano, consiste en: vivir honestamente, no dañar a nadie, dar a cada quien lo suyo.

Me parece que es una definición sumamente acertada, que va de la mano con cumplir con las obligaciones contraídas, ya sea por mutuo acuerdo, como en el caso de la celebración de un contrato, o por el deber adquirido por la comisión de un delito.

Sea cual sea el caso, en la definición de justicia, dada por Ulpiano, nos dice: vivir honestamente, me parece que aquel que pretenda vivir honestamente no debe nada, cumple con sus obligaciones en tiempo y forma y busca siempre con sus actos generar el bien común; del mismo modo cuando dice: no dañar a nadie: ni con sus actos ni con la reserva de los mismos; y por último dar a cada quien lo suyo, la obligación busca que cada quien tenga lo que le pertenece.

Cabe mencionar, que el incumplimiento de las obligaciones traerá aparejadas una serie de consecuencias que buscan en primera instancia, que se cumpla lo prometido o se cubra los daños y perjuicios, o bien se reciba un castigo por no ser responsable de los actos llevados a cabo.

En definitiva, contraer obligaciones es una enorme responsabilidad, y cumplir el acuerdo resulta de vital importancia para no afectar el bienestar propio ni el de terceros, pues sabemos que cada obligación que no se acata conforme a lo establecido, traerá consigo una consecuencia difícil de asumir, pero que busca se haga justicia para las partes conforme al Derecho.

Por último, me gustaría añadir, que de no existir obligaciones se crearía un completo caos al no existir sanciones por el incumplimiento de alguna cosa adquirida o cometida, por lo que desde la antigüedad, en el presente y en un futuro, las obligaciones seguirán siendo vitales en toda sociedad que desee vivir en armonía.

BIBLIOGRAFIA.

Bialostosky, Sara. (1982) Panorama del Derecho Romano. México UNAM (Ers).

González, Héctor (2007) Derecho Romano. México (Oxford University Press).