La propaganda manipula a los hombres; al gritar libertad se contradice a sí misma. La falsedad es inseparable de ella.

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La propaganda en el ideal de libertad, debe ser manejado cuidadosamente de tal manera que no se contradiga en su forma de decir y de actuar, por ejemplo cuando se quiere abolir la tortura y se usa propaganda de rechazo y de no uso de la tortura en las personas que la ejercen, al momento de enjuiciar a los responsables, no se debe de actuar de modo vengativo, y no se debe de usar la actividad que en este caso es la tortura como una solución de juicio, si llegase a ocurrir, la gente que en un principio apoyaba esta forma de pensar por medio de una propaganda convincente, podría verse defraudada o aun algo peor, creer que esa acción compensa el daño ocasionado y que es correcta.

A veces la palabra propaganda nos hace pensar en conspiraciones siniestras dirigidas por gente de alto poder político que busca lavar el cerebro a la gente desprevenida para lograr que hagan ciertas cosas bajo circunstancias normales, pero, la propaganda, no es tan obvia como podríamos suponer, es más sutil y malévolo, necesitamos reconocer que la propaganda es un hecho real de la vida moderna, entonces tenemos que entender que la propaganda no solo afecta a las personas tontas o incultas, y que existen clases sociales inmunes, no , afecta a todos por igual la única diferencia es que a unos en mayor grado que a otros, pero al fin y al cabo afecta.

La propaganda se dirige a las masas, pero especialmente busca dirigirse al individuo que ha sido aislado de las masas, siempre busca derribar la influencia de los grupos pequeños que una vez impactaron las vidas de la mayoría de los individuos, (familias, iglesia, etc.), al “liberar” a los individuos de estos nexos que actuarían como freno para sus acciones, la propaganda busca luego reintegrar al individuo en nuevos grupos moldeados por los creadores de la misma propaganda excluyente.

Otro propósito de la propaganda no solo es moldear su pensamiento, sino que también llevarla a ciertas metas o canales, pero hacerlo tan sutilmente que el individuo sienta que lo hizo por sí mismo y con su propia convicción y sin ayuda.

Sin embargo no podemos suponer que la propaganda es simplemente algo nefasto que destruye vidas, y que atrapa a ciudadanos inocentes y desprotegidos por algunas personas astutas. Al contrario el hombre moderno desea muy en el fondo la propaganda, desea esa dosis de información acerca el mundo tanto cercana como lejana, desea esa sensación de inclusión a la información y a la vida social y la propaganda es el medio para llegar a él.

A medida que los factores hacen que el individuo se aislé e individualice, se siente empujado hacia la pasividad, se siente más restringido, menos independiente y más inseguro del mañana.

La propaganda parece ser más efectiva en las personas que antes tenían un estatus alto de vida y por lo tanto disfrutaban de más lujos y cosas como educación, las personas con suficientes grados en la escuela se sienten lo suficientemente confiados para tener y expresar opiniones sobre cualquier tema o asunto de la propaganda

Conclusión.

Como podemos ver la propaganda confunde bastante a la gente ya que en un principio te hace sentir que no perteneces a un grupo pero al mismo tiempo te moldeas para que pertenezcas al grupo y camino de sus conveniencia, pero al mismo tiempo es algo que el mismo individuo desea (saber información del mundo) y los mismos propagandistas son dependientes del tipo de información que manejan

La propaganda es y será siempre un medio antihumano de manipulación de los hombres, aunque los principios e ideas sean benignas, en el fondo es una herramienta para influenciar en la conducta y valores de las personas, para así, tener su apoyo y su masificación de una idea, puede manifestarse en diferentes ámbitos como: comercial, político, social, económico y los medios para hacerlo llegar a la población son los medios masivos de comunicación (radio, televisión, internet, periódico), los cuales pueden hacer que la propaganda cambie el mundo.

Sobre la génesis de la estupidez

Como lo menciona Horkheimer y Adorno la estupidez es una cicatriz que se implanta en el ser humano de tal forma que se vuelve un obstáculo en sí, frente a una problemática, nos habla de cómo cuando somos pequeños e intentamos cosas atrevidas o complicadas para nuestra edad, y recibimos un estímulo negativo o cualquier tipo de rechazo, nos deja una cicatriz y un obstáculo mental, que nos impide en el futuro hacer o hacer con dificultad ciertas actividades.

La estupidez no es más que la acumulación de intentos hacia una acción o actividad, que al no conseguir resultados se viene la resignación y con ella un obstáculo mental de imposibilidad de completar la misión.

Horkheimer y Adorno nos ponen un ejemplo de un caracol, para explicarlo física y metafóricamente:

El símbolo de la inteligencia es la antena del caracol «de vista táctil», que, si hemos de creer a Mefistófeles, le sirve también de olfato. La antena se retira inmediatamente, ante el obstáculo, al caparazón protector del cuerpo; allí vuelve a formar una sola cosa con el todo y sólo con extrema cautela vuelve a aventurarse como órgano independiente. Si el peligro está aún presente, vuelve a desaparecer, y el intervalo hasta la repetición del intento se alarga. La vida espiritual es, en sus orígenes, infinitamente frágil y delicada. La sensibilidad del caracol se halla confiada a un músculo, y los músculos se debilitan cuando su juego se ve impedido. El cuerpo queda paralizado por la lesión física, el espíritu por el terror. Ambos son, en su origen, inseparables.[4]

Nos menciona la antena del caracol que representa la inteligencia de las personas que cuando no conoce algo crece y se estira para poder percibir más cosas del entorno que lo rodea, pero, cuando percibe una sensación de dolor o desaliento, encoje su antena al grado que la oculta junto con todo su ser, y esta acción viene acompañada de terror espiritual y lesión física, dejando una cicatriz posiblemente física, pero interiormente espiritual, que conforme pasa el tiempo va formado un callo que lo hace insensible e indiferente frente a las situaciones, o cual hace estúpido al individuo.

La estupidez dentro de todo esto, puede ser una especie de protección emocional, metafóricamente el caracol al meterse en su caparazón por percibir peligro o recibir algún tipo de agresión, lo hace cauteloso y por ende se esconde y ya no se aventura más por un tiempo indefinido, o hasta que él se siente seguro de nuevo, hasta que logra superar sus miedos, dejándolo vivir en una especie de felicidad

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