La prostitución y el trabajo

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y por supuesto cuando exista subordinación limitada por las carácter de la prestación, continuidad y pago de una remuneración previamente definida. Esto quiere decir que aunque no la fomente como un trabajo, se debe proteger a quienes lo practiquen, no ha modo independiente sino al servicio de un establecimiento de comercio, en donde existe subordinación y una normativa en el modo, el tiempo y el lugar, además de un salario. Nuestra carta política en varios de sus artículos, en especial los artículos 13 y el 53, hablan de igualdad humana y de la del trabajador, se debe eliminar cualquier tipo de discriminación en razón de las condiciones de la persona. Así que negar la calidad de trabajador y de igual forma los derechos que se adquieren con esta, sería un grave error, que acarrearía consecuencias muy graves, entre ellos el desconocimiento de derechos fundamentales.

Ya que hemos aclarado que una trabajadora sexual, adquiere los derechos que para esa calidad establece la ley, entre estos la protección de estabilidad laboral a la mujer cabeza de familia y a la trabajadora embarazada, por lo tanto una trabajadora sexual tiene derecho a tener una estabilidad reforzada por motivo de estas condiciones que de cierto modo la hacen más vulnerable.

El estado sustenta la protección otorgada, en determinar a los trabajadores sexuales como sujetos en condiciones de vulnerabilidad manifiesta, merecedores de especial protección constitucional, a quienes no se podía dejar en el abandono ilegítimo en razón a la protección al derecho a la igualdad. Finalmente, como parte de las órdenes impartidas exhortó a la Policía para que protegiera los derechos de los trabajadores sexuales:

“Pues al ser la prostitución una actividad cuyo ejercicio no está prohibido, ni para quien la ejerce, ni para quien tiene un establecimiento de comercio dedicado a ella, están unos y otros llamados a desplegar las actuaciones de su competencia con las cuales se protejan los derechos de estos últimos, pero en particular de quienes ejercen la prostitución, no sólo para cuidar de su salud y abrir sus perspectivas de desarrollo, sino también, para asegurar las garantías laborales que en el caso de trabajar por cuenta ajena merecen”.

Podemos concluir que si bien en la legislación colombiana existe un vacío en cuanto al asunto de la prostitución, esto no es excusa para negarles a aquellos que realicen la actividad derechos. Derechos que por la naturaleza su calidad, adquieren, como lo son en este caso los derechos de los trabajadores. Las trabajadoras sexuales están expuestas a una trasgresión de sus derechos y son un grupo históricamente discriminado, por lo tanto necesitan protección y garantías por parte del estado, de igual forma que se les reconozca como trabajadores y se brinden los mismos beneficios, además que se les debe proteger en su integridad y respetar el derecho a ejercer su profesión.