La regencia de María Cristina (octubre 1833-septiembre 1840)

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Será nombrado Calatrava (agosto 1836-agosto 1837) que continuará la demolición del antiguo régimen con la supresión de Mayorazgos y Señoríos, la desaparición del diezmo, desaparición de las censura, ampliación del sufragio y elección popular de los alcaldes. Se promulgará además la constitución de 1837 que será algo más moderada que la del 12 pues busca el consenso progresistas-moderados en la cual se recogía la soberanía nacional, la separación de poderes, las cortes bicamerales (Congreso de diputados (elegidos por sufragio censitario) y Senado (elegido por el rey)), cortes con iniciativa para hacer leyes y un poder ejecutivo fuerte. Pero en agosto de 1837 a causa del pronunciamiento de Pozuelo en Madrid Calatrava dimite.

Entre agosto de 1837 septiembre de 1840 María Cristina elegirá una sucesión de gobiernos moderados que hará que los progresistas ganen influencia en el ejército ya que los gobiernos moderados son incapaces de mandar con regularidad suministros y pagas a tropas en la Guerra Carlista. Así el general Espartero su líder adquiere mayor prestigio después del convenio de Vergara en agosto del 1839. En julio de 1840 se aprueba la ley de Ayuntamientos donde los alcaldes no serán elegidos por voto popular y esto provocará insurrecciones populares en varias ciudades que Espartero se negará a sofocar y María Cristina le nombra jefe de gobierno y dimitirá como regente exiliándose en París.

Espartero es regente provisional hasta mayo de 1841 cuando las cortes discutirán cómo debe ser la regencia donde los progresistas defenderán una regencia triple y los moderados la regencia única que será finalmente aprobada con Espartero como regente.

Espartero gobernara de manera autoritaria reprimiendo protestas moderadas, no teniendo en cuenta a las cortes y no contando con los progresistas lo que provocará múltiple oposición como vascos como consecuencia de la ley Paccionada, catalanes por la política librecambista, demócratas y la alianza de moderados y progresistas. El pronunciamiento en Andalucía y Cataluña contra Espartero hará que el general Narváez derrote a Espartero que renunció la regencia y se exilió en Londres en 1843.