Las unidades básicas del análisis arqueológico..
Enviado por Ledesma • 1 de Abril de 2018 • 5.514 Palabras (23 Páginas) • 407 Visitas
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- Entornos secos: la gran aridez o sequedad evitan la descomposición gracias a la escasez de agua, que permiten el desarrollo de numerosos microorganismos destructivos.
- Entornos fríos: la refrigeración natural puede detener los procesos de descomposición durante miles de años.
- Entornos anegados: los materiales quedan sellados en un medio anaeróbico que favorece su conservación. Las turberas ácidas son favorables para la madera y plantas pero pueden destruir el hueso, el hierro y la cerámica. Los yacimientos lacustres mantienen en buenas condiciones la mayoría de los materiales, incluidos los cuerpos.
Las técnicas de estudio
La búsqueda del registro arqueológico implica el diseño de un proyecto de investigación que debe contar con un OBJETIVO, la formulación de HIPÓTESIS, la formulación de una ESTRATEGIA de investigación, el TRABAJO DE CAMPO (organización de un equipo, recogida y registro de la evidencia a partir de la elección del lugar, prospección y excavación), el ANÁLISIS de la evidencia y su interpretación a través de la contrastación con las hipótesis originales, y la PUBLICACIÓN de los resultados.
Descubrimiento de yacimientos
Una de las tareas principales del arqueólogo es localizar y registrar la ubicación de yacimientos y estructuras. Además de los grande monumentos que nunca se perdieron y de los hallazgos casuales, lo fundamental son los hallazgos intencionales de los yacimientos que, por lo general, se encuentran enterrados. Una vez descubiertos, es importante el registro de yacimientos, dando la situación geográfica y cartográfica y la designación e inclusión en un sistema de registro normalizado.
Inspección superficial: puede realizarse a partir de fuentes documentales (textos históricos o literarios, mapas antiguos), como parte de una arqueología de rescate o de una prospección superficial. Esta se realiza gracias a la visibilidad de restos prominente en el paisaje o de artefactos dispersos.
En función de cada región, es necesario determinar la escala y límites (naturales, culturales o arbitrarios) de alcance superficial de la prospección..
La prospección superficial asistemática consiste en recorrer a pie cada zona del área, recogiendo y registrando los artefactos superficiales.
La prospección sistemática, en cambio, emplea un sistema de red o de recorridos equidistantes para que ningún área quede sub o sobrerepresentada.
Cuando no es posible estudiar la totalidad de un yacimiento extenso o todos los yacimientos de una región, debe recurrirse a algún método de muestreo. El muestreo no probabilística se basa en estudiar la áreas más accesible o destacadas del paisaje.
El muestreo probabilística, por su parte, permite obtener conclusiones generales sobre un yacimiento o región a partir del muestreo de áreas pequeñas.
- Muestreo aleatorio simple: se determinan lo límites del yacimiento y las fracciones de muestreo se escogen al azar.
- Muestreo aleatorio estratificado: se divide la región según las zonas naturales y se seleccionan las cuadrículas aleatoria y proporcionalmente a la superficie de cada zona.
- Muestreo sistemático: selección de puntos equidistantes.
- Muestreo sistemático estratificado: se divide la región en estratos (bloques de cuadrículas por ej.) y luego se elige una de ellas aleatoriamente. Puede proyectarse en cualquier dirección.
En la prospección a gran escala suelen ser preferibles los transectos a las cuadrículas. Lo mejor puede ser combinar los transectos para cubrir distancias largas y las cuadrículas cuando se encuentren concentraciones importantes de material.
La prospección extensiva combina los resultados de proyectos individuales para conseguir una perspectiva amplia de los cambios en el paisaje y de los asentamientos en el tiempo.
La prospección intensiva es el método más adecuado para tener una imagen completa de un yacimiento concreto o de una aglomeración de ellos. Consiste en la inspección exhaustiva de la superficie sobre áreas relativamente pequeñas, realizada por observadores separados a intervalos regulares y utilizando cuadrículas artificiales. En la aplicación práctica, la gran variabilidad de las condiciones geográficas hace necesario conocer algunos datos previos, como la accesibilidad y visibilidad del terreno y la perceptibilidad de cada yacimiento.
Reconocimiento aéreo: se hace a partir generalmente de la fotografía. Se utiliza para la localización de yacimientos, así como para registrar e interpretar y para verificar los cambios temporales.
La interpretación de las fotografías se hace a partir de los efectos de luces y sombras (con luz rasante, determinando la configuración de estructuras enterradas), la coloración diferente del terreno (marcas de tierra de distinto color y textura, túmulos por ej.; diferencias de humedad) y del crecimiento diferencial de plantas (huellas de cultivo positivas indican una zanja o foso enterrado, mientras que las negativas un muro o estructura subyacente).
Otras técnicas incluyen la fotografía infrarroja, la termografía y la teledetección desde gran altura (satélites y radares).
Evaluación de la distribución de yacimientos y estructuras
Consiste en la valoración del tamaño, tipo y distribución de los yacimientos para estudiar los patrones de asentamiento, los sistemas de yacimientos y la arqueología del paisaje sin recurrir a la excavación.
La prospección es el conjunto de trabajos de campo y de laboratorio previos a la excavación y que incluyen sobre todo el estudio de una zona geográfica con el fin de descubrir el mayor número posible de yacimientos allí existentes.
Prospección superficial: es el análisis y documentación de la localización de estructuras supervivientes y la recogida de artefactos de superficie. Resulta útil aplicar algún tipo de muestreo y la confección de mapas. Como prueba de la representatividad o no de los hallazgos superficiales respecto de los niveles profundos puede abrirse una cata de sondeo o aplicar algún método de prospección geofísica.
Prospección geofísica: la técnica tradicional consiste en sondear el suelo con barras o taladros para identificar cuerpos sólido o cavidades o para estudiar los sedimentos.
Teledetección
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