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Ma Monserrate González

Enviado por   •  15 de Septiembre de 2021  •  Biografías  •  6.177 Palabras (25 Páginas)  •  319 Visitas

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Ma Monserrate González

Ma Monserrate González “Oba Tero”. Nacida en Nigeria. Era originalmente de Egbado, una ciudad que formaba parte del Imperio Oyó (lo que ahora llamamos Yorubaland) y de donde provienen la mayoría de los rituales ceremoniales cubanos. De las tres Olosha, las leyendas que rodean la vida y las actividades de Oba Tero en Matanzas, representan la fuente más rica de información. Con toda probabilidad. Oba tero era la mas vieja de las 3, aunque es imposible saber exactamente cuando nació.

Era originalmente de Egbado, una ciudad que formaba parte del Imperio Oyó (lo que ahora llamamos Yorubaland) y de donde provienen la mayoría de los rituales ceremoniales cubanos. Monserrate fue coronado con Shangó y nombrado Oba Tero. Fue traída a La Habana Cuba en la década de 1840 durante la trata de esclavos. Debido a su estatus real en Egbado; Fue comprada fuera de la esclavitud por los esclavos leales a ella. Es una de las fundadoras Lucumí en Matanzas y madrina de Fermina Gómez Las leyendas que rodean la vida y las actividades de Oba Tero en Matanzas, representan la fuente más rica de información. Con toda probabilidad, Oba Tero era la más vieja, aunque es imposible saber exactamente cuándo nació. Muchos especulan que ella estaba bien pasada de los 100 años. Es altamente probable que Oba Tero fuera de la región Egbado de Yorubaland y fue traída a Cuba como esclava. Los descendientes convienen que su nombre yoruba de nacimiento era Apóto y que Oba Tero – “El rey tiene gran calma” – era el nombre que le dieron cuando ella fue ordenada en su Egbado nativo a Shangó, el Orisha del trueno, el patrón de Oyó y posiblemente uno de los reyes del imperio.

Según la tradición oral, Oba Tero llegó a Cuba alrededor de los mediados del siglo XVIII, posiblemente entre los años 1840 o 1850. Debido a los esfuerzos de Gran Bretaña de terminar con el comercio trasatlántico de esclavos, ella pudo haber sido pasada de contrabando a la isla en una de las muchas naves esclavistas clandestinas que transportaron esclavos de África ilegalmente en esa época. De ser así su experiencia habría sido similar a la de Soledad Crespo, una conocida Sacerdotisa Lucumí de Obbatalá que viajó a Cuba vía Sierra Leona y fue pasada de contrabando a la isla, probablemente ocultada dentro de un barril. Nada se sabe sobre los años iniciales de Oba Tero en la isla. La mayoría de los informadores acentuaron que ella había sido una esclava en una plantación de azúcar, sin nombre, posiblemente Oba Tero había sido llevada directamente a Matanzas. La dureza de la vida de la plantación pudo haber sido una razón por la que ella era renuente a hablar sobre los primeros años de su vida en Cuba con sus descendientes. O, si ella lo discutió, pudo haber sido considerada como irrelevante por sus descendientes y cualquier detalle que se pudiera haber sabido, ha sido largamente olvidado. Aunque los detalles de la vida de Oba Tero bajo esclavitud hayan caducado de la conciencia de sus descendientes religiosos, el orgullo que toman sobre su lugar de nacimiento es extremadamente fuerte. Es aceptado universalmente que Oba Tero nació en Egbado.

Vida Religiosa

En Matanzas, donde su herencia conserva mucha de su pureza original, el linaje y sus tradiciones fueron continuadas por la heredera religiosa inmediata de Oba Tero Fermina Gómez (Osha Bi) hasta 1950, y desde entonces por los descendientes de Osha Bi. Incluso hoy, cuando los miembros del linaje discuten cuestiones referentes a la autenticidad religiosa y los acoplamientos del grupo a África, estos continúan siendo fuente de muchas calurosas discusiones y acentúan que son Lucumí Egbado y que Oba Tero fue llevada de (Egbado). Esta contención es apoyada por la existencia, dentro del Ilé Osha de Oba Tero, de los Orishas que se consideran tener origen Egbado.

Aunque Yemayá es el Orisha que se liga lo más de cerca posible al Egbado, los Orishas que en Cuba son los más comúnmente posibles asociados con Egbado son Oduduwá, el progenitor de la gente del yoruba y Olokun, el Orisha yoruba del océano. Mientras que estas Deidades se conocen en muchas áreas de Yorubaland y no exclusivamente en Egbado, la mayoría de los Olorishas en la isla las consideran de origen de Egbado, posiblemente porque fueron introducidos por los Egbado. Indudablemente, estos Orishas eran de gran importancia en el Egbado del siglo XIX. En su revisión de documentos primarios escritos por europeos que vivían en Yorubaland en el siglo XIX, Peter Mackenzie indicó que en 1846: “Vieron que todos los ciudadanos de Ado [una ciudad de Awori- Egbado] se dedicaban a uno o a otro de estos Orishas Oduduwá, Obbatalá, o Yewá”.

Tan fuerte es la asociación entre estas deidades y este linaje religioso, que Oba Tero, la más conocida de entre un puñado de Iyalorishas cubanas que poseía estos Orishas, sea a quién se le acredite la introducción de la adoración de Oduduwá y de Olokun en Cuba. Hasta alrededor 1950, a través de sus descendientes, el linaje de Oba Tero continuó siendo la fuente más importante para la adoración y la difusión de Olokun en la isla. Hay muchos artefactos culturales en la casa de Osha Bi en la calle Salamanca en Matanzas, que fueron confiados a ella por Oba Tero a su muerte. Los cuales sirven como evidencia para apoyar los orígenes Egbado de Oba Tero. Entre éstos está el único juego de tambores Egbado que todavía existen en Cuba. Estos tambores fueron, con toda la probabilidad, hechos para Oba Tero en La Habana por el famoso Onilú (fabricante de tambores) Ño Filomeno García (Atandá), que también se cree que esculpió el primer juego de tambores Batá ortodoxos en Cuba.

De muchas maneras, es irónico que los elementos de la vida de Oba Tero se puedan reconstruir a través de los instrumentos musicales que se prohibían tocar a las mujeres. Oba Tero probablemente había mandado a construir estos tambores cuando ella vivía en Guanabacoa, un suburbio de La Habana y la ciudad vecina de Regla, “La Cuna” Lucumí. Regla era un importante enclave Lucumí en la Cuba del siglo XIX y comienzos del XX. Muchas tradiciones Lucumí que sobrevivieron en Cuba vinieron a la isla a través del puerto de Regla. Durante principios del siglo XIX, la influencia Egbado parece haber sido fuerte allí. El gran investigador Fernando Ortiz reporta que una celebración destinada a Olokun ocurría en Regla anualmente el 6 de enero, junto a la celebración tambores católica del día de Reyes. Los de Egbado, según Fernando Ortiz, eran tocados por músicos Egguado que: “Sabían los golpes y los ritmos”. Eventualmente, dice Fernando Ortiz, cuando estos músicos fueron muriendo, no había nadie que supiera tocar los tambores Egbado para substituirlos. A medida que el tiempo pasó, las tradiciones de Oyó eclipsaron las de Egbado y los tambores del Batá de Oyó se convirtieron en el instrumento musical dominante.

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