Origen del hombre americano.

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Por lo que al disminuir la caza mayor, la economía sufrió un cambio radical: la fuente de alimentación pasó a ser vegetariana. La recolección de frutos y raíces silvestres se intensificó. La búsqueda y experimentación de nuevas plantas alimenticias llevó mucho tiempo. Sin embargo esto permitió permanencias más prolongadas en determinados lugares hasta que se consumía la cosecha. La forma de vida se modificó a semisedentarios hasta llegar a los agricultores sedentarios, evolución que abarca desde 15 000 a 3 000 años a. de C. El instrumental que entonces se emplea consta de raspadores, machacadores, martillos de mano, “metates” de forma irregular y sus “manos”.

Se inició, asimismo, la fabricación de objetos de arcilla, o cerámica, hubo una organización social más elaborada y las aldeas formadas por varias familias.

Es posible la afirmación de que se colocaron las bases de la civilización mesoamericana en México y en América Central, iniciándose los primeros testimonios de la escultura y de la arquitectura. Los hombres de entonces comenzaron a medir el tiempo de una forma rudimentaria.

VIDA SEDENTARIA

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- La agricultura y su influencia en la vida material e intelectual de las primeras aldeas permanentes

El contacto diario del hombre con las plantas originó necesariamente la familiarización con la vida vegetal. Logrando que el hombre inventara la agricultura. Para esto hizo acopio de semillas y las sembró en el lugar que le pareció más conveniente y esto fue cerca de los ríos. Llegado el momento de la cosecha no tuvo que desplazarse para recolectar los frutos, pues los tenía muy cerca de su residencia.

El cambio de recolector a agricultor fue lento pero muy sustancial. Se aceleró en la medida en que se fueron domesticando más plantas. Hacia el año 5 000 a. de C., ya se cultivaban en el Valle deTehuacán, Puebla; la calabaza, el zapote, el amaranto, el fríjol, el chile y el maíz.

No se sabe con certeza en que lugar de Mesoamérica se logró la domesticación del maíz , pero se supone que su origen se encuentra en las altas mesetas del centro de México o de Guatemala; lo cierto es que el cultivo del maíz se extendió rápidamente por todo el continente Americano, y hacia el año 1 000 a. de C. ya existían pueblos agricultores en varias regiones de México (en Morelos, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Yucatán). De las plantas cultivadas en América, ninguna tuvo tanta importancia como el maíz.

El sistema empleado para el cultivo del maíz debió ser el de rosa y quema que consistía en desmonte, limpia del terreno, quema de las malezas, siembra del grano, escarda y cosecha. Para cortar los árboles se usaba el hacha de piedra y para sembrar y escardar, la coa. Agotado el terreno, al cabo de unos cinco o más años, era abandonado para ir en busca de otro “descansado”. Este sistema se empleó especialmente en las tierras cálidas de los declives del Golfo y del Pacífico.

Tal es el punto de partida de una nueva etapa en la evolución del indio mexicano quien, libre ya de la constante preocupación por el alimento cotidiano, pudo dedicar su esfuerzo y su tiempo a otras actividades de tipo intelectual y artístico, que dieron su fruto en la formación de las “Culturas Preclásicas”.

El cambio de régimen alimenticio trajo como consecuencia un cambio en los instrumentos de trabajo. Para satisfacer las nuevas necesidades se inventaron los utensilios adecuados. Aparecen el metate y el molcajete para triturar el alimento y facilitar su masticación. Con el nuevo sistema se dispuso de reserva de alimentos; y los momentos libres los empleaban para fabricar nuevos instrumentos y perfeccionar la cestería.

Otro invento importante fue el de la “cerámica o alfarería” que, junto con el uso de la piedra pulida, el aumento de recursos alimenticios por la domesticación del perro y el guajolote, el perfeccionamiento de armas de piedra para la caza y la pesca, completan el cuadro de esta etapa final del Horizonte Prehistórico.